Descubrir nuestra vocación no es tarea fácil y no siempre es un camino lineal, pero lo importante es aprender en el trayecto, estar dispuesto a experimentar y volver a empezar. “La verdad es que nunca tuve una vocación definida, la fui encontrando con los años, de adulta, y la misma fue cambiando según mi desarrollo personal”, contó a Empresas & Negocios María Inés Lorenzo, ahora encargada del área de Responsabilidad Social de GDU.
“Cuando terminé el liceo ingresé a la facultad de Economía, pero por inercia, porque algo debía hacer. Realmente no sabía a qué quería dedicarme. No me gustó, y dejé. Luego estudié un año pintura en lienzo -pintaba cuadros e incluso hice dos exposiciones de arte que recuerdo con mucho cariño- y posteriormente comencé a estudiar comunicación social – orientación periodismo- . Me sentí a gusto con la elección y me di cuenta que la comunicación era importante, comencé a identificar que representa una de las expresiones más complejas de las relaciones humanas y por ende sería de vital utilidad para el mundo del trabajo también”, rememoró sobre su camino profesional la ejecutiva.
Luego de esto sumó experiencias en una agencia de Diseño, en la web de Canal 12 y en diversos medios, así también como en la agencia Quatromanos.
Desde el 15 de enero de 2018, fecha que recuerda con exactitud, Lorenzo forma parte del equipo de GDU.
“Había tomado la decisión de renunciar luego de varios años a mi trabajo de ese entonces y siete meses después me contactan de GDU porque había una vacante en el área de Responsabilidad Social Empresarial. No lo dudé. Siempre me encantó el trabajo que GDU llevaba adelante en esta área, una empresa comprometida con la sostenibilidad y la comunidad en la que opera, con los niños, niñas y adolescentes de contexto vulnerable, con el fomento de hábitos saludables y el cuidado del medioambiente. Sentía que podía aprender mucho en la empresa, y así fue y sigue siendo”, precisó.
En un escenario donde la sostenibilidad ocupa un rol cada vez más protagónico en el mundo de los negocios, manteniendo al mismo tiempo un firme compromiso con la sociedad, los desafíos y las oportunidades son diarios para la entrevistada.
A nivel personal, la encargada del área de Responsabilidad Social disfruta de estar en contacto con la naturaleza, hacer yoga, gimnasia, cocinar rico y saludable y compartir momentos con su pareja, amigos y seres queridos, actividades que resume en disfrutar de las pequeñas cosas, “que son muchas veces las más valiosas y lo olvidamos”.
‘Los cuatro acuerdos’, de Miguel Ángel Ruiz, libro sobre la sabiduría tolteca y el poder de las palabras y ‘Cómo’, del médico funcional colombiano Carlos Jaramillo, experto en metabolismo, nutrición y bioquímica, sobre el arte de comer bien para estar bien, son sus libros de cabecera en este momento.
“Soy de cuestionarme cosas con el fin de tratar de ser lo más fiel a lo que pienso y siento. No siempre se puede, pero trabajo mucho en ello y puedo decir que gracias a la terapia, el yoga, la meditación y la alimentación que llevo he aprendido a conocerme más y a aceptarme, con lo lindo y lo no tanto también. Todo eso me ha permitido tener mayores herramientas para manejarme en la vida y en el trabajo”, cerró Lorenzo sobre lo que ha aprendido en su camino profesional y personal.