María Laura Rodríguez: «Desconocemos el costo que tendrá esta crisis, pero sí sabemos que nos encuentra con muy poco margen de maniobra»

María Laura Rodríguez, economista Responsable de Asesoría Económica, Comunicación y Medio Ambiente de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU)


El coronavirus, y la parálisis global que esta pandemia ocasionó, llevaron a que el sector de las exportaciones también se haya visto golpeado por la crisis. En diálogo con Empresas & Negocios, María Laura Rodríguez, asesora económica de la Unión de Exportadores, indicó que en los primeros dos meses del año se sintió una caída en la actividad. No obstante, al iniciar marzo, se está viendo cierta recuperación debido a que China está volviendo a funcionar.

 – La epidemia desatada por el Covid-19 frena -y frenará- la economía mundial. ¿Cuáles serán los países más perjudicados?

– Creo que es muy apresurado sacar conclusiones ahora. Es como si estuviera avanzando sobre nosotros un huracán categoría 5 y pretendiéramos evaluar daños antes de que termine de pasar. Además, habría que separar entre el impacto que recibe cada país y cómo ese país afecta en el resto del mundo. Por ejemplo, China puede tener algún punto menos de crecimiento este año -si es que se recupera y en el segundo semestre crece lo suficiente- y tal vez ese impacto sea menor al que pueda tener algún otro país muy golpeado por esta crisis. Sin embargo, el efecto de China sobre el resto del mundo es enorme debido a su peso en el comercio mundial y su impacto sobre el precio de los commodities.

En principio se podría pensar que los países que viven esencialmente del turismo serán los más afectados por el brusco freno en las actividades, pero otros se verán muy perjudicados por la vía comercial o por precios de exportación más bajos.

A nivel de sectores productivos, todo lo relacionado con el ocio y tiempo libre está recibiendo un shock muy fuerte: comercios, restaurantes, teatros, cines, espectáculos, transporte… Hay una infinidad de servicios que forman parte de nuestra vida cotidiana que han tenido que parar.

– ¿A qué momento del mundo es comparable esta crisis?

– Creo que no es comparable a nada. En algunos aspectos se puede parecer a la crisis financiera internacional de 2008 debido a la fuerte caída de las bolsas de valores, que tuvieron que cerrar en varias oportunidades para detener pérdidas, o la respuesta contundente de los bancos centrales del mundo, como ser la baja de la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en una reunión extraordinaria. Sin embargo, son situaciones, contextos, razones diferentes, y que también tendrán impactos distintos.

– En su opinión, ¿cómo se sale de este mal trance?

– Con mucha coordinación a la interna de los países, con todos colaborando y dejando de lado enfrentamientos previos; y con mucho apoyo también entre los países. Es un problema global y como tal hay que tratarlo. Entre todos debemos aportar en la búsqueda de soluciones, compartiendo información, aprendiendo de lo que han hecho otros países, siendo muy innovadores y creativos. Desde el punto de vista económico la política monetaria mundial ya está en modo expansivo, tasas en casi cero, mayor liquidez en la economía, y también la política fiscal está haciendo su aporte con un mayor gasto público y beneficios fiscales en esta coyuntura tan especial.

– Estados Unidos anunció que sale al rescate de la economía y apuntala a los mercados con una inyección de liquidez multimillonaria a través de diversas vías. ¿Cómo impacta esto a nivel mundial?

– Debido a la relevancia de Estados Unidos en la economía mundial, es fundamental que logre evitar la caída. Tal vez la dificultad se presente cuando se logre superar esta etapa; una vez más tendremos una inundación de dólares y será difícil volver a la normalidad, pero en este momento hay que enfrentar el temporal.

– ¿Cuáles son los efectos de la pandemia en la economía uruguaya? ¿Cuáles serán las áreas más afectadas?

– Las áreas en principio son las mismas que las mencionadas más arriba a nivel mundial. Todavía es temprano para analizarlo. Ya sabemos que los sectores de comercio, restaurantes, hoteles, transporte y actividades recreativas son los que hoy han tenido que cerrar, pero no sabemos por cuánto tiempo; y desconocemos si se sumarán otras actividades. Desconocemos el costo que tendrá esta crisis en su conjunto, pero sí sabemos que nos encuentra con muy poco margen de maniobra debido al déficit de casi 5% del PIB y el nivel de endeudamiento.

– ¿Qué políticas debería implementar el nuevo gobierno para paliar la situación?

– Como decía, esta crisis nos toma en una situación delicada a nivel fiscal. De todas formas, creo que las medidas que se están tomando van en el sentido correcto, de una política monetaria que deje fluctuar el tipo de cambio -que en parte es lo que nos permite hacer frente a un shock negativo externo como el actual-, y al mismo tiempo reordenar gastos para focalizarlos en aquellos sectores más afectados. Esto tendrá un costo y generará mayor endeudamiento, por lo que una vez superada esta situación habrá que retomar rápidamente medidas para mejorar el resultado fiscal.

– A nivel del sector exportador, ¿cuál es la realidad hoy? ¿Hay caída de las exportaciones?

– Tuvimos caídas en enero y febrero, principalmente por China, pero en marzo se está dando cierta recuperación también debido a que el gigante asiático está volviendo a funcionar. De todas formas, la crisis se va corriendo de zona geográfica. Ahora la peor parte se la está llevando Europa y va avanzando en Estados Unidos y en América Latina. Si bien en términos generales no se han cerrado las puertas al comercio hasta ahora, el hecho de que los países hayan detenido sus actividades implica menores compras, enlentecimientos y dificultades; y mucha incertidumbre.

– ¿Cómo es el intercambio comercial en estas semanas con China y el resto de los países que se ubican en el top cinco de los países a los que Uruguay exporta?

– Hay dificultades por vuelos cancelados para aquellos que exportan por vía aérea, demoras de navieras, oficinas que están trabajando de forma remota y que pueden complicar algunos trámites, pero se trata de que el comercio no se detenga y que se logre sobrellevar lo mejor posible esta situación.

– Parece inminente un ajuste de tarifas. Algunos analistas dicen que hay que postergarlo y otros que se debe hacer ahora. ¿Cuál es su opinión?

– Desde la UEU se viene analizando cómo bajar costos de producción y nos gustaría que las tarifas fueran menores. Es un tema para seguir trabajando con las autoridades, pero ahora hay que atender la situación de emergencia.

– Aumento del dólar e inflación parecen ir de la mano. ¿Cuál es el panorama futuro?

– El aumento del dólar en general tiene una repercusión en la inflación, a menos que el nivel de actividad baje tanto que los precios no se ajusten porque, de lo contrario, no se vende, que tampoco es una buena noticia, pero es lo que puede estar pasando en estos meses. Hay que recordar que el tipo de cambio flotante como el que tenemos funciona como amortiguador de shocks externos, como el actual. Es importante que el dólar fluctúe y que suba si tiene que subir, porque además es lo que está sucediendo en el mundo y no podemos quedar aislados en ese sentido.


El otro tsunami

– En lo que respecta al petróleo, debido a que la ya débil demanda en medio de la desaceleración del crecimiento global y el brote de coronavirus, el auge de la oferta en un mercado que ya tiene exceso de oferta sugiere una combinación de precios a la baja no vista desde 1930, según algunos expertos. ¿Es casualidad que justo en este momento, donde se lucha contra la pandemia de coronavirus, aparezca una guerra en el mercado del petróleo? ¿A quién beneficia y a quién perjudica esta crisis del petróleo?

– El petróleo está teniendo el efecto del Covid-19, que está haciendo que caigan los precios de todos los commodities debido a una menor demanda mundial, lo que se suma a la guerra en el mercado petrolero en la que los grandes productores no han llegado a un acuerdo en los niveles de producción. Los distintos países petroleros tienen diferentes costos de producción, dependiendo de la facilidad de extracción y la tecnología utilizada. Si bien uno podría pensar que precios bajos no benefician a ningún productor petrolero, no es tan así, esto afecta mucho a los que tienen un costo de extracción más alto; por ejemplo, los productores que utilizan fracking en Estados Unidos. Sin embargo, países como Arabia Saudita, que tienen un costo de extracción menor, pueden convivir con precios más bajos a cambio de recuperar posiciones en el mercado petrolero. En particular para Uruguay es un alivio la baja del petróleo, sobre todo si se pudiera reflejar en las tarifas de combustibles. Sin embargo, tiene una contracara, que es el efecto negativo que tengan en sus economías los países productores de petróleo y como eso afectará sus compras a Uruguay.