Por Jordi Carrión, General Manager de Salus Uruguay
El cambio climático y la desigualdad están cuestionando la subsistencia de los sistemas naturales, sociales, y económicos de los que depende la humanidad. ¿Es posible hacer algo desde el rol empresarial para revertir esta situación? En efecto: desde hace algunos años, un movimiento global de empresarios está redefiniendo el sentido del éxito, adaptando sus modelos de negocios para solucionar los mayores desafíos sociales y ambientales.
Sistema B es un movimiento que nace desde la economía, pero va mucho más allá y promueve no interpretar las empresas exitosas como aquellas que son más rentables, sino las que además generan realmente un bienestar para la sociedad y el planeta. Así, las empresas se proponen ser sustentables buscando a la misma vez lograr un triple impacto: económico, social y ambiental. Se trata de un enfoque superador que plantea utilizar el negocio mismo como una fuerza para el bien. Con esta lógica, en el mundo existen aproximadamente 125 millones de empresas, es decir 125 millones de oportunidades de aportar soluciones a los problemas que preocupan y afectan a la humanidad, especialmente aquellos relacionados a la desigualdad social y el medio ambiente, para, en definitiva, lograr el triple impacto.
Este año se creó el Consejo Empresarial de Sistema B en Uruguay, que cuenta con importantes apoyos empresariales con el objetivo de transicionar hacia una nueva economía y liderar la agenda del triple impacto, con el fin de unir a los principales actores del sector público, privado, organizaciones civiles y a la academia. Representar a Salus en la fundación de este consejo es una acción alineada al trabajo diario de la promoción de la salud y la sustentabilidad que forman parte de los compromisos de la compañía.
Acciones recientes, como el lanzamiento de un envase elaborado con material reciclado y 100% reciclable, o el apoyo desde hace años al programa educativo Mamá Papá Prefiero Agua, que tiene como propósito destacar la importancia de la alimentación variada y equilibrada para la salud de los más pequeños, son claros ejemplos de este compromiso.
Mas allá de formar parte del Consejo Empresarial de Sistema B en Uruguay, nos motiva la posibilidad de impulsar y poner en marcha en Uruguay modelos de negocio exitosos que tengan un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente.
Estamos siendo testigos de una transformación cultural en la que el desarrollo sostenible y el cuidado medioambiental son prioridad. Las empresas tenemos la responsabilidad de tomar el liderazgo y ser parte de la solución para un mundo mejor. Todos debemos ser agentes activos en esta transformación.