Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
Una pieza de madera, cualquiera sea su especie, tiene un olor particular, colores, texturas. Pero solo una cosa marca la esencia de un trozo de madera: sus vetas. Esas curvas, formas, líneas confusas, que se entremezclan… De la madera al mueble, una historia de distancia; y del mueble a su hogar, otra. Algunos muebles construyen su historia pasando de la abuela a la madre, de la madre a la hija y de la hija a la nieta; una generación tras otra.
¿Cómo preservar la esencia y la historia del mueble sin que se vea anticuado o desgastado? La restauración suele ser una opción para aquellos que quieren llevar sus muebles de la antigüedad a la modernidad, pero ocurre que a veces ocultan su esencia. Hace alrededor de un año, Nadia Rivas encontró en Pistacho la forma de dar a los muebles antiguos un toque de modernidad, pero dejando alguna veta al descubierto, símbolo de su origen e historia. “Se ven sus años pero, a su vez, se la vuelve a la vida”, explicó.
El color es el distintivo por excelencia en los muebles de Pistacho. Un amarillo, rojo o azul piedra hacen de puente entre aquella época antigua -donde nació el mueble-, y el tiempo actual. Pero siempre dejando entrever algún trocito de la madera de origen. El resultado son piezas únicas que, donde se coloquen, dan un toque de luz al ambiente.
Su interés por la restauración de muebles comenzó cuando tenía 18 años. Aprendió un poco en un taller, y otro poco en base a páginas web y tutoriales de YouTube. Unos años más tarde, puso en práctica lo aprendido cuando se mudó con su novio Christian, quien hoy la ayuda con su emprendimiento.
En el desarrollo de su espíritu emprendedor, Rivas realizó talleres en la universidad ORT para mujeres emprendedoras, y hoy forma parte de la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay (OMEU). Esto le ha permitido generar intercambios, y una red de contactos de colaboración mutua. Sin embargo, la idea salió de su propia cabeza y manos, y hoy apuesta 100% al emprendimiento que tanto la satisface.
Las principales compradoras de Pistacho son mujeres, que suelen ser quienes se preocupan por la decoración del hogar. Mujeres jóvenes y no tanto, algunas que heredaron muebles y quieren darles vida, otras que se mudan a una nueva casa. Para alegrar el dormitorio, un living o la cocina. Cada una puede encontrar allí su opción ideal.
Rivas trabaja por encargues, y escucha las ideas de sus clientas. También tiene varios modelos ideados por ella, que se pueden encontrar en los locales de ‘Entre Aurelias y Aurelianas’ y ‘Casa Ernesta’. En el mes de mayo, Pistacho inaugurará su propio local en Sinergia Design, de la mano de ‘Claire Tejidos’, quien añadirá la parte textil al negocio. En la inauguración del local, cuya fecha no está definida, podrán encontrarse los más diversos muebles, combinados con alfombras y cubrecamas de ‘Claire Tejidos’, para sumar otras opciones.
Por ahora, Pistacho solo tiene puntos de venta en Montevideo, pero muchos de sus muebles han viajado al Interior del país. La emprendedora realiza envíos a cualquier punto del país, mediante medios propios o empresas de transporte, para que nadie se quede sin un toque de luz en su hogar.