Escribe: María Dolores Benavente, presidente de la Academia Nacional de Economía
La mañana del 26 de enero nos sorprendió con la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido amigo, directivo y Académico de Honor, Prof. Ricardo Pascale.
Es difícil condensar en una columna la enorme trayectoria de esta personalidad multifacética.
Contador Público, doctor en Sociedad de la Información y del Conocimiento por la Universidad Abierta de Cataluña, con la calificación de Sobresaliente Cum Laude. Además, docente de la Facultad de Ciencias Económicas, creador del primer posgrado y la primera maestría de Finanzas en Uruguay.
Fue presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) al retorno de la democracia, donde, pese al período crítico en que se desempeñó, fiel a sus convicciones de mirar siempre hacia el futuro, impulsó tres innovaciones de relevancia: la Revista de Economía, las Jornadas de Economía y el Premio de Economía. Durante su segunda presidencia en el BCU encomendó la emisión del primer billete con la figura de una mujer poeta: Juana de Ibarbourou.
En 2015 fue nombrado profesor emérito de la Facultad de Ciencias Económicas. En dicha oportunidad, el entonces decano, Rodrigo Arim, comentaba que Pascale era «el padre de las finanzas en el Uruguay y uno de los mayores especialistas internacionales en el área».
El 8 de noviembre de 2021, la Academia Nacional de Economía le realizó un homenaje y le nombró Académico de Honor. Los oradores fueron Ricardo López Murphy, que se refirió a su faceta de servidor público como presidente del BCU; Margarita Roldós, que destacó sus cualidades de docente, mentor e inspirador; y Carlos Steneri, que recordó las épocas de trabajo en el equipo económico, junto a Ricardo Zerbino y Ariel Davrieux, así como su bonhomía.
Todos destacaron, a través de diversas anécdotas, la importancia que daba a la amistad y el enorme amor que sentía por su familia.
Fue presidente del Consejo de Administración del Institut Pasteur de Montevideo, desde donde impulsó el papel de la innovación como motor del desarrollo del país.
Precisamente, una de sus últimas contribuciones en los ciclos de conferencias de la Academia Nacional de Economía, esta vez junto a la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay y la Academia Nacional de Medicina, en el año 2022, refiere a la estimación del Índice de resiliencia para Uruguay: cuántos períodos tardó la economía uruguaya en recuperarse de la crisis del Covid 19. Este índice se había calculado para muchos países, pero hasta el momento no se había estimado para Uruguay. Los expositores fueron los autores del trabajo: Ing. Daniel Gianola y Prof. Ricardo Pascale. Los comentarios estuvieron a cargo del Dr. Rafael Radi. (1)
Tanto en materia económica -en sentido amplio- como en su faceta artística, se puede apreciar que Pascale era -en palabras de Marco Maggi- un hombre del Renacimiento, proyectado al futuro.
Sus ideas en materia de finanzas, plasmadas en sus primeros libros, fueron desarrollándose y complementándose con nuevos hallazgos, tales como la economía del comportamiento.
El 12 de agosto de 2021, en la charla organizada por la Academia, justamente sobre Innovación y Economía del Conocimiento, Pascale comentaba su admiración juvenil por Schumpeter quien ya en 1911 afirmaba que no hay país que pudiera crecer sin tener innovación. Desde esas primeras aproximaciones al tema, llega a la concreción de varios libros, entre ellos, sus dos últimas publicaciones: ‘Del Freno al Impulso’ y ‘El Uruguay que nos debemos’, donde profundiza en las causas y consecuencias de la falta de convergencia del país hacia tasas de crecimiento más altas, similares a las de los países más prósperos.
“Quiere decir que, en mi humilde opinión, Uruguay debería de tener el coraje de tener los consensos y que eso sé que no son fáciles, hay que saber consensuar, hay que saber perder, hay que saber ganar, hay que saber empatar, hay que saber, en fin, todas las cosas que tiene un consenso, pero esto no se arregla ni con una persona ni con un libro ni con muchas personas ni con un partido, sino que se arregla si los uruguayos queremos salir”.
Posteriormente, el 5 de abril de 2022, en otra charla de la Academia sobre Crecimiento y Protección del Conocimiento, expresaba: “El crecimiento económico se explica por el conocimiento, no se explica ni por el trabajo ni por las inversiones en capital fijo, como era otrora como cuando uno era estudiante, porque no se había descubierto nada de esto”.
Su faceta artística
En el citado homenaje de la Academia en el año 2021, estuvo también presente un artista plástico de prestigio internacional, Marco Maggi, quien señalaba: “Siempre pensé que Ricardo era un lujo, un hombre importado del Renacimiento. Una personalidad multifacética capaz de ejercer a gran nivel actividades paralelas e irreconciliables: arte y matemática, economía y psicología, asesor internacional y cocinero, alumno y docente, presidencias del Banco Central, presidente de la Comisión de Bellas Artes y al mismo tiempo presidente del Institut Pasteur de Montevideo. De las crisis financieras a la pandemia, de Peñarol al Fondo Monetario, del taller de Nelson Ramos a instalar sus esculturas, en forma permanente, en lugares emblemáticos de Nueva York, Venecia o Berlín…” Pero aclara: «La vocación de Ricardo no es renacentista sino urgente y contemporánea cómo lo deja claro su último libro ‘Del freno al impulso’. Ricardo es un zurcidor interdisciplinario que conecta y armoniza en carne propia diferentes zonas del conocimiento, no para disfrutarlas o destacarse, sino para poder ensamblarlas con sensibilidad y experticia. No ejerce varias actividades, su única misión es tender puentes, proponernos la unión de lo contrario».
Destaca también su participación en la Bienal de Venecia y su permanente apoyo para que otros artistas nacionales también pudieran exponer allí.
Más adelante, comentó: “En el 2017 Pascale hizo una notable exposición en el Museo Gurvich y escribí una breve introducción para celebrarla. ‘Se recomienda apagar el celular, tomar el ascensor y subir una escalera. Resultará saludable elevarse antes de observar con detenimiento lo nunca visto: sobre el piso de la sala descansa la estatua del viento. El método geométrico, basado en aproximaciones de solución, nos permite visualizar la biografía de una brisa o un huracán… cómo se gesta y gestiona, cómo fluye y confluye. El genio matemático de Julio Vales no previó que su alumno Pascale estableciera en el año 2017 el primer diálogo entre el ánimo, la meteorología y la escultura. Esa naturalidad para lo imprevisible está en el ADN del viento y en la forma de ser y hacer de un gran artista’”.
Para redondear esta faceta artística, el propio Carlos Steneri compartió una anécdota en el día del homenaje al Prof. Pascale.
«Hace unos años, visitando Egipto, tuve la idea de ir a ver la biblioteca de Alexandría, todo lo que habíamos visto, escuchado y con emoción fui al lugar donde era, donde estaba la biblioteca, donde Naciones Unidas o la Unesco construyó un enorme edificio, espectacular, en el propio lugar. Muy bien, hago la cola para entrar, en su hall principal -se accede por una escalera mecánica, el hall está hundido sobre los cimientos de lo que fue la biblioteca original- y ahí, en un montón de esculturas de escultores famosos, veo una escultura de madera unos 20, 30 metros, porque el espacio es enorme y pensé para mí, ‘qué escultura parecida a las de Ricardo’. Me acerco y creo que casi me desmayo, decía simplemente: Old smoking, el nombre de la escultura, Ricardo Pascale. Tenía un celular, era la época de los celulares, lo tuve que llamar por teléfono y le dije: ‘No sabes dónde estoy Ricardo, estoy frente a Old smoking’. Creo que se me caían las lágrimas”.
No solo expuso en Alejandría, también en Estados Unidos y por supuesto en Uruguay, en España, en Alemania, en Perú y en Italia. Tuvimos el privilegio de que Ricardo compartiera la foto de las dos cruces que recientemente había realizado: una de ellas se la obsequió al Papa Francisco y la otra está en la iglesia del pueblito de sus ancestros, en San Fele.
Su legado
Con una personalidad brillante, generosa y multifacética, este amigo nos dejó en medio de una de sus producciones más fructíferas e innovadoras: ‘El Uruguay que nos debemos’, donde plantea la imperiosa necesidad de avanzar en una economía basada en el conocimiento para poder lograr tasas de crecimiento adecuadas que nos permitan converger a los países más prósperos.
«Los paradigmas basados en las cantidades producidas y bajo progreso tecnológico aplicado, cuyos precios los fijan otros centros y, por tanto, determinan nuestro nivel de bienestar, no representan un sendero aconsejable para poder converger. Así solo se divergirá más».
«Este libro se ocupa de presentar un esbozo de estrategia para converger, que se basa en una economía que haga uso intensivo de la ciencia, lo humano, y así mejorar su productividad, su competitividad y aumentar el bienestar de los uruguayos».
La Academia Nacional de Economía recoge el desafío que plantea Pascale, y así seguirá trabajando en busca de consensos en torno al nuevo paradigma que propone: avanzar en una economía basada en el conocimiento, con una adecuada educación, inserción internacional, y desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.