La entidad financiera Scotiabank, se unió a la celebración del Día Internacional del Orgullo LGBT a través de la iniciativa de izar la bandera que representa a la diversidad, en cada una de sus sucursales en Uruguay.
Scotiabank cuenta con una política que, expresamente, prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, de manera directa o indirecta. Es por esto que, en un acto simbólico para reiterar el compromiso del banco con la creación de una cultura de inclusión para el personal y la clientela, izó banderas en sus oficinas.
Juan Carlos Raffo, Strategic Communications Head de Scotiabank Uruguay, explicó a Empresas & Negocios que la idea de izar la bandera de la diversidad en cada sucursal busca un golpe de efecto sensibilizador. “Es algo que no esperas en la puerta de un banco de nuestro país. A quienes pasan por la puerta de nuestras sucursales les genera intriga, preguntan, y esa es una buena oportunidad para hablar de la importancia de abrazar la diversidad y ser inclusivos”, aseguró.
Pero esta no es la primera vez que la entidad realiza acciones al respecto. El año pasado se colocaron banners dentro de algunas sucursales que aún se mantienen. Además, se publican mensajes en sus redes sociales e intervienen el logo de la firma con el arcoíris característico de la diversidad.
La política de generar este tipo de acciones por parte del grupo es global, pero cada país decide de qué manera impulsarla. En cuanto a esto, Raffo destacó el multiculturalismo de Scotiabank, “como institución con presencia en más de 50 países, somos una empresa diversa por la propia naturaleza de nuestro negocio”.
“Una cultura abierta a la diversidad, respetuosa e inclusiva nos hace más fuertes a los individuos y a las organizaciones. Derribar prejuicios o, al menos, comenzar a reflexionar sobre los mismos, es un buen camino para conseguirlo”, apuntó.
Scotiabank trabaja activamente con diferentes colectivos, y desde la firma aseguraron estar determinados a construir ambientes inclusivos en donde todos los colaboradores, clientes, proveedores y distintos grupos de interés se sientan seguros, valorados y respetados, permitiendo así que alcancen su máximo potencial.
“La inclusión no solo es un deber ético y la mejor manera de desarrollarnos como individuos, sino también una forma moderna y sustentable de hacer negocios que impacta directamente en la rentabilidad y en la salud organizacional de las empresas”, sentenció el empresario.