Seedorina es una empresa que hace dispositivos de robótica y de automatismos dirigidos a la industria agropecuaria. Actualmente se enfoca en las necesidades de los productores hortifrutícolas, para lo cual ha desarrollado un robot que ya se encuentra en el mercado.
Es tendencia en el mundo: la tecnología llegó al agro para quedarse, y Uruguay debe acompasar ese avance. Con ese desafío, tres emprendedores formaron Seedorina. Gracias al capital semilla de la Agencia Nacional de Innovación e Investigación (ANII) y a la incubadora Rabbit, lograron empezar a comercializar los robots que fabrican.
Hace un año y medio, una investigación que hicieron arrojó resultados que desembocarían en su creación. Con ese estudio confirmaron que los productores hortifrutícolas y florales estaban invirtiendo en el final de la cadena productiva, es decir, lavado, cortado y empaquetado de las hortalizas. Sin embargo, no había inversión dirigida al comienzo de la cadena de valor, ya que prácticamente no existían soluciones que apuntaran a ese segmento.
Así fue como comenzaron a diseñar sus robots y automatismos, con el objetivo de mejorar los tiempos del llenado de las bandejas, el compactado, el sembrado y el regado.
Lo que hace este sistema es dosificar el sustrato (tierra) en cada celda de la bandeja de sembrado; compactar el sustrato a la profundidad requerida; colocar semillas con alta precisión; dosificar múltiples fluidos (agua, enraizantes, fertilizantes, entre otros); tapar las semillas con sustrato. Además, funciona como una impresora para material biológico, puede trabajar en forma desatendida por horas y se pude chequear remotamente mediante una pantalla para minimizar los errores.
A su vez, posibilita que el productor cuente también con otro tipo de información para tomar decisiones. Por ejemplo, a qué proveedor le conviene comprarle la semilla, dependiendo de cuál fue el rendimiento y la calidad de las plantas, tal como explicó entrevistado por Empresas & Negocios el cofundador del emprendimiento, Nicolás Franco. Su hermano lidera el área técnica de la empresa, y juntos tienen otro socio que es ingeniero en electrónica.
Las ventajas
La utilización de este robot, además de los elementos ya mencionados, brinda muchos beneficios para los productores del sector. Por un lado, se gana en productividad, en el sentido de que se ahorra muchísimo tiempo para poder sembrar. En este caso, dado que la iniciativa está enfocada sobre todo en las verduras de hoja, además del ahorro del tiempo, se otorga más información, versatilidad y una mayor precisión al momento del sembrado.
También permite el crecimiento del área de producción. “En el mercado vimos que había productores que querían aumentarla, pero estaban un poco temerosos de tener que incrementar la cantidad de personal para lograrlo”, explicó Franco.
Camino por recorrer
Hoy existe una predisposición a nivel mundial a utilizar robots en el agro, pese al alto costo que ello conlleva. De hecho, hay soluciones en Europa, por ejemplo, pero por cómo están armados los dispositivos, no aplicarían para el tamaño de la producción en Uruguay, sostuvo el desarrollador. De todas formas, admitió que la robótica para el campo de nuestro país es algo que ya llegó, y lo hizo para quedarse, con el propósito de brindar mayor productividad, tener mejor información y que se puedan tomar decisiones con más herramientas.
Igualmente, en Uruguay todavía queda camino por recorrer en materia del uso de la tecnología en el sector agropecuario, en comparación con otros países. Esto, lejos de ser un problema, para este emprendimiento representa una oportunidad, puesto que “hay muchísimo por hacer en el país”, remarcó.
Inclusive, comentó que cuando se presentaron en la edición de la Expo Prado de este mes, recibieron cientos de consultas de los propios espectadores, quienes tuvieron la posibilidad de observar en el lugar el funcionamiento del robot.
“Creemos que falta muchísimo para hacer en el país. La ANII está dando un apoyo más que importante para poder comenzar con este tipo de emprendimientos, pero creo que es necesario tener una política de Estado para poder crecer en el rubro. Entre otras cosas, porque Uruguay es un país productor y, de lo contrario, vamos a quedar muy atrás respecto a la región y al mundo”, reflexionó.
Hacia la expansión
En este momento, tal como el robot de Seedorina está diseñado, está pensado para productores hortifrutícolas y también florales. No obstante, con el tipo de tecnología que estos emprendedores han desarrollado, que tanto el software como el hardware es 100% de su propiedad e integralmente de industria uruguaya, ya están armando aplicaciones para otro tipo de proyectos para el agro.
La empresa cuenta con un segundo robot dedicado al análisis y al desarrollo, a fin de satisfacer las necesidades de los laboratorios que trabajan con investigación basada en semillas. En este caso, se utiliza el mismo tipo de tecnología. “Cuando viene una nueva variedad de semillas y se quiere investigar cómo es la germinación o cómo reacciona cuando está germinado el mix de fluidos y a determinada profundidad, el robot lo que hace es tomar la semilla, la planta a la profundidad que quieran los investigadores y brinda el mix de líquidos que ellos necesitan para poder hacer los ensayos”, indicó Franco.
El respaldo comercial
Este proyecto cuenta con el apoyo del banco BBVA, que fue quien le cedió el espacio en el Pabellón de España para tener su propio stand y poder mostrar el funcionamiento del robot en la Expo Prado 2019.
Además, la entidad brinda la financiación a través de un préstamo a 24 meses a tasa 0% en dólares, para poder comprar el dispositivo. También está la opción de financiarlo a cinco años con tasa a 6%.
Franco agradeció al banco la oportunidad de poder exponer el proyecto en su primera Expo Prado, y dijo que espera volver en futuras ediciones.
Finalmente, instó a los emprendedores a que se animen a desarrollar soluciones para los distintos problemas que hay en el país. “Es un proceso complicado que lleva tiempo, dinero, pero que es lindo y podemos decir hasta que es divertido”, concluyó.