BBVA y El Celler de Can Roca lanzan ‘Sembrando el futuro’, una iniciativa para concienciar sobre la relación entre la alimentación y el bienestar medioambiental.
La biodiversidad es imprescindible para asegurar un futuro sostenible e inclusivo. Además de ser clave para asegurar la salud de la humanidad y salvaguardar la seguridad alimentaria, contribuye al sustento de las dietas saludables y nutritivas, mejora los medios de subsistencia rurales y refuerza la resiliencia de las personas y comunidades en todo el mundo. Sin embargo, su preservación está en peligro: con el 86% de las especies en riesgo, los expertos en biodiversidad alertan sobre la responsabilidad de la acción humana en esta amenaza.
Ante esta situación, y comprometidos con la promoción del equilibrio económico, social y medioambiental, BBVA y El Celler de Can Roca han emprendido un nuevo proyecto para profundizar y documentar la importancia de la biodiversidad agrícola. La iniciativa, presentada en El Celler de Can Roca (Girona), coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación y la Semana de la Alimentación Sostenible, pone el acento en la alarmante pérdida de diversidad de los cultivos (no en vano, fuentes como FAO, apuntan cómo alrededor de tres cuartas partes de las variedades agrícolas se han perdido durante el último siglo).
Así, a través de ‘Sembrando el futuro’, ambas entidades buscan poner en valor la apuesta por una gastronomía consciente, responsable y sostenible como semilla de nuestro bienestarfuturo. Esta nueva aventura conjunta, que será recogida en una pieza documental que se estrena este mes de noviembre, también ahondará en los efectos que la pérdida de biodiversidad tiene sobre la memoria gastronómica y cultural a nivel global.
“Existe una relación inseparable entre la diversidad cultural y biológica. La desaparición de especies, variedades de cultivos y técnicas agrícolas no solo empobrecen nuestra tradición culinaria, también merman nuestro conocimiento y patrimonio. En nuestro proyecto con BBVA, siempre hemos apoyado los productos locales, cuidados, de primera calidad y a los productores que apuestan por ellos. Para nosotros, es una forma de preservar tanto nuestro entorno, como nuestra memoria y nuestros sabores: en última instancia, la cocina es un vehículo clave para la sostenibilidad, el desarrollo, la innovación y la inclusión social”, dijo Joan Roca, cocinero y copropietario, junto a sus hermanos, de El Celler de Can Roca.
“Desde BBVA y El Celler de Can Roca llevamos años trabajando para ayudar a las personas en la transición hacia una vida sostenible que asegure un futuro verde, inclusivo y resiliente. Más allá de la lucha contra el cambio climático, la preservación de la biodiversidad es también fundamental. Se estima que entre 1992 y 2014 el capital natural por persona disminuyó en casi un 40% y que más de la mitad del PIB mundial depende moderadamente o en gran medida de los ecosistemas. Una dependencia que se acentúa todavía más en América Latina”, señaló Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable en BBVA.
“La biodiversidad, las dietas saludables y el cambio climático están indisolublemente vinculados. Sin una amplia diversidad de plantas y su diversidad genética, no podemos alcanzar una nutrición de calidad para una vida sana y productiva, adaptar la agricultura al cambio climático o lograr los objetivos globales de desarrollo sostenible”, indicó Álvaro Toledo, subsecretario (a.i.) del Tratado Internacional de la FAO sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, una de las entidades que ha colaborado con BBVA y El Celler de Can Roca en este proyecto.
El acto de presentación contó con la presencia de chefs internacionales vinculados a la gastronomía sostenible como Christian Petersen (Argentina), Harry Sasson (Colombia), Jorge Antonio Vallejo García (México), Leonor Espinosa (Colombia), Maksut Askar, (Turquía), Rodrigo Pacheco (Ecuador) y Santiago Blondel (Argentina); así como de entidades comprometidas con la preservación de la biodiversidad como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Crop Trust, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD) y Slow Food.