Pedro Soust, director general forestal
Desde la restauración democrática, el desarrollo del sector forestal se planeó en base a tres aspectos: el económico, el social y el medioambiental. Hoy, tras 30 años de aprobada la Ley Forestal, se ven los frutos: es uno de los principales rubros de exportación del país, reguló el trabajo en un medio rural caracterizado por la mala calidad de vida de los peones, y el impacto ambiental es altamente controlado por el Estado. Así lo expresó Pedro Soust, titular de la Dirección General Forestal (DGF) del Ministerio de Ganadería, en diálogo con Empresas & Negocios.
Escribe: Magdalena Raffo | @MaleRaffo
Se cumplen 30 años de la Ley Forestal, que superó las metas de inversión del sector e hizo que vinieran empresas internacionales a aplicar tecnología y desarrollo. Hoy la actividad es un dinamizador de la economía, donde hay trabajo todo el año. ¿Qué balance hace del rubro?
Creo que el tema puede encararse desde varios ángulos, y en términos generales yo diría que casi todos ellos nos dan un resultado muy suficiente, muy adecuado y muy bueno.
La Ley Forestal fue discutida por todos los actores que en ese momento estaban participando en el sector: los productores rurales, la Asociación de Ingenieros Agrónomos, la Facultad de Agronomía, la Facultad de Ciencias, los empresarios que conformaban la Sociedad de Productores Forestales (SPF), la DGF. Eso hizo que hubiera una discusión muy amplia junto con los legisladores, y determinó que se votara prácticamente por unanimidad, lo cual es muy relevante porque hizo que tuviera credibilidad y se mantuviera más allá de todos los ataques que se producen siempre cuando hay una innovación o una legislación nueva.
Hubo cierta resistencia.
Siempre hay resistencias, entonces, la parte política mantuvo firme su posición en llevar adelante aquel desarrollo forestal o propender a los objetivos que se pusieron en la ley, y eso nos da una enseñanza muy grande, máxime que hoy, inclusive, estamos en caminos bastante similares con algunas otras leyes que tienen el apoyo total, pero siempre existen resistencias. Los partidos tuvieron que ceder en determinadas cosas, tener flexibilidad, pero eso nos demuestra que así es que los eventos democráticos son los que avanzan.
La ley tuvo dos objetivos fundamentales, que fueron la preservación del bosque nativo y realizar acciones que generaran una masa forestal que permitiera la instalación de industrias o agroindustrias en los lugares más deprimidos del país. Esos dos objetivos fueron básicos y muy claros, y a partir de eso se hizo ese marco legal. Por supuesto, después vinieron todas las reglamentaciones, decretos reglamentarios y otras leyes. La Ley Forestal pretendía que en Uruguay se desarrollara un manejo forestal sostenible, o sea, que estuvieran integradas y atendidas las tres patas de la sostenibilidad, que son lo social, lo medioambiental y lo económico.
Si nos vamos al aspecto meramente económico, fue excepcional; el país tuvo en estos 30 años la consolidación, el crecimiento, y va tendiendo a un desarrollo del sector forestal donde las exportaciones, que en aquel entonces, en el año 90, andaban alrededor de los 15 millones de dólares, ya están en 1.500 millones de dólares, y vamos camino a tener 2.500 millones de dólares si se instala una nueva planta de celulosa de la magnitud de la que se está hablando. Entonces, desde el punto de vista económico, fue brillante, se transformó en uno de los principales rubros de exportación del país. Que tiene posibilidades de mejorar y tiene críticas, quizás sí.
¿Y en el aspecto social?
En el aspecto social, Uruguay ha tenido un cambio; hay regiones del país que se han dinamizado tremendamente, se han generado puestos de trabajo de forma bastante importante y, en determinados lugares, como el caso de los viveros, hay mayor cantidad de funcionarios femeninos que masculinos, o sea que el género fue considerado. En el medio rural nunca se había visto que una mujer tuviera un trabajo ni similar al hombre, y mucho menos más relevante, como lo tiene en este momento en el sector forestal. Por otro lado, la normalización del trabajo prácticamente no existía, los trabajadores estaban casi todos en negro.
“Desde el punto de vista económico, el sector forestal fue brillante, se transformó en uno de los principales rubros de exportación del país”
¿Se refiere a la regulación laboral?
A la inscripción en BPS, donde el trabajador gozara de todos los derechos y las obligaciones que tiene el patrón hacia él y viceversa. Eso se normalizó de una forma estupenda en el campo, generó conflictos con otras ramas de actividad porque el sector forestal se veía como el que había venido a mover un poco la tierra de lo tradicional.
La remuneración del trabajo forestal era muy superior, por eso generó también un conflicto, porque todo el mundo quería –y quiere hoy- migrar al sector forestal. Esto fue acompañado también con otras leyes laborales como la de ocho horas, y eso se empezó a cumplir. Los trabajadores forestales antes tenían una vida de poca calidad, vivían en campamentos, y después se estableció que no podían pernoctar en los predios forestales.
O sea, la normativa de alguna forma vino a revolucionar el sector.
Vino a revolucionar toda la estructura, la forma del trabajo. Por eso cuando dicen que dio muchas fuentes de trabajo, más que fuentes, dio calidad al trabajador rural.
¿Y cómo se regula el tema del medio ambiente?
La parte medioambiental es una de las más importantes. Muchas veces se habla sin conocimiento de números ni de dónde están realmente los problemas, pero la parte ambiental es y fue altamente considerada desde todos los lugares donde el Estado controla los cultivos forestales y el bosque nativo.
¿Cómo podemos evaluar eso? Primero, la Ley Forestal ya establecía, y después los decretos reglamentarios lo pusieron en práctica, que la forestación no se podía hacer en cualquier lugar del territorio, debía hacerse en los terrenos más pobres y ubicados estratégicamente. Eso tuvo una característica fundamental: no existió la prohibición, la imposición, sino el estímulo para que se hiciera en esos lugares más pobres.
La Ley Forestal dio un estímulo de incentivos por subsidios forestales, por descuentos impositivos, por una cantidad de ventajas que tenían quienes hacían forestación, que dio un gran resultado. Entonces, fue la primera ley de ordenamiento productivo en el país, cosa que no existía.
“Tenemos muchísimo para aumentar en desarrollo, en encontrar nuevas producciones”
¿Cree que el sector forestal va a seguir creciendo?
Yo creo que el sector forestal, como muchos sectores, es como una planta; cuando tú la tenés en el jardín, va a seguir creciendo hasta que se empiece a tocar con las otras y no tenga más lugar para crecer. Eso ocurre en los parques, en los bosques; un árbol no crece indefinidamente y abarca todo lo que quiere, llega a toparse con el otro, y acá pasa lo mismo.
El sector forestal va a tener un equilibrio, no sé si ya lo estamos logrando, si ya estamos llegando al tope o no, pero ese equilibrio te lo ponen primero que nada los mercados, segundo, varias condiciones que pueden ocurrir circunstancialmente en el país.
¿Por ejemplo?
Que la economía ande bien, que tenga una apertura para inversiones, que los suelos y las disputas internas por los suelos lo permitan, que la ecuación económica del sector forestal sea la correcta; eso va a depender mucho no solamente de la cantidad de mercado, sino de los precios de esos mercados, y a su vez de un tema en el que felizmente estamos muy ocupados, que es la innovación, que está ocurriendo en todos los ámbitos productivos de este país y de muchos países.
Hoy nosotros tenemos desde las cabecitas de los “ceibalitos” hasta la ANII, el LATU, y gente investigando en los distintos centros de investigación, buscando nuevas actividades y nuevas formas de industrializar, de producir, que yo creo que eso va a dar un dinamismo brutal. Por eso el crecimiento del cual nosotros hablamos del sector forestal, yo lo separo mucho de lo que es el desarrollo forestal.
¿Por qué?
Porque el crecimiento es el aumento, más cantidad; el desarrollo es un crecimiento armónico y equilibrado, cualitativo y cuantitativo. Yo creo que tenemos muchísimo para aumentar en desarrollo, en encontrar nuevas producciones, nuevas utilizaciones de los productos forestales, de la madera, no solamente en celulosa, sino todo ese combo que hay de cosas que hoy se están investigando y que felizmente es tan fermental en el país. Es a lo que yo le tengo gran fe a las futuras generaciones y a los próximos 15 años.