Startup uruguaya Chipsafer dentro de las 50 mejores de Latinoamérica

Naturaleza emprendedora

Recientemente en Brasil se realizó el Foro Económico Mundial donde fueron seleccionadas 50 startups de América Latina, entre ellas Chipsafer, creación de la uruguaya Victoria Alonsopérez. En diálogo con Empresas & Negocios comentó la experiencia, proyectos a futuro y cómo resurgió de situaciones que parecían traer consigo el fin de la empresa.

Por Jessica Vázquez | @jessvazquezl

Una startup es comúnmente una empresa en etapa temprana. Lo que la diferencia de una pyme es que su negocio es escalable de manera más rápida con el uso de las tecnologías digitales como centro.

El pasado 13 de marzo y hasta el 15 del mismo mes en San Pablo, Brasil, se realizó el Foro Económico Internacional, en el que se destacaron las mejores 50 startups de Latinoamérica, 25 pertenecientes al país local y 25 creadas en el resto de la región. Entre las empresas más importantes para el Foro, dos de ellas son uruguayas: Chipsafer y Pago Rural, ambas relacionadas al agro.

Es por esta razón que Victoria Alonsopérez, ingeniera electrónica y cofundadora de Chipsafer, expuso en el Foro –en el panel Scaling Up Innovation in Agriculture– los detalles de su emprendimiento ya instaurado en varios países del mundo, cómo se ideó, detalles técnicos, procesos y la manera de llevar adelante una firma de estas características.

 La casualidad del momento oportuno

La empresaria tuvo durante 11 años la idea de generar una plataforma, un sistema, un mecanismo o algún elemento técnico que mejorara el control del ganado por parte de los productores. Es que en 2001, con la expansión de la fiebre aftosa en el país, Alonsopérez creyó que era necesario un proyecto con esas características.

En 2012 -época en que trabajaba con pequeños satélites-, la ingeniera buscó una conferencia en la que pudiera presentar su proyecto de ese momento. Llegó hasta la Unión Internacional de Telecomunicaciones y vio que había una competencia para jóvenes innovadores que pudieran resolver un problema de su región utilizando las telecomunicaciones.

Fue entonces cuando sus planes cambiaron y optó por presentar el sistema de monitoreo de animales que imaginó en 2001 para detectar anomalías en sus comportamientos, “lo bajé a tierra y así fue como nació”, explicó.

Hace seis años que Chipsafer permite monitorear al ganado de forma remota. El productor rural puede saber en todo momento dónde están los animales, recibir alertas o detectar anomalías en el comportamiento. “El hecho de recibir esta información mejora la producción ya que se tiene un sistema de trazabilidad activa, es decir, se sabe los sitios en que estuvo el animal durante toda su historia”, aseguró Alonsopérez.

Este control se realiza a través de un dispositivo inteligente externo que se coloca en el ganado, el cual transmite información a un servidor que procesa y analiza los datos recibidos. Si bien este es el mecanismo actual, la creadora prevé cambios para el futuro en donde no será un aparto sino un tatuaje en el ganado con las mismas funciones.

En lo que respecta específicamente a Uruguay, Chipsafer está asociada a la empresa de seguridad Securitas, con quien brindan soluciones respecto al robo de ganado, además de las funciones originales del sistema. También es posible detectar enfermedades a tiempo, y que el productor pueda tomar acciones rápidas en esos casos para adelantarse a situaciones sin retorno.

El equipo de la startup se conforma por 12 personas que están distribuidas con oficinas en Río de Janeiro, Montevideo, Washington DC y Singapur –lugar de fabricación del hardware-. Sin embargo, se realizan proyectos en siete países: Namibia, Kenia, Holanda, Luxemburgo, Australia, Uruguay y Brasil.

Alonsopérez comentó que los planes pilotos en Namibia y Kenia se realizaron con la Agencia Espacial Europea. “Con todos esos proyectos crecimos muchísimo. Ahora estamos empezando con la producción masiva en Singapur, para intentar llegar a un mercado mucho más grande”, enfatizó.

 Agrointeligencia a prueba

El camino de Chipsafer no siempre estuvo despejado. La entrevistada y su equipo se enfrentaron a la idea de tener que abandonar su proyecto si no encontraban soluciones. Una situación de caos fue convertida en oportunidad cuando a principios de 2017 el proveedor que habían contratado no entregó la producción y se quedó con el dinero invertido.

Iban a  hacer planes pilotos en África, tenían a los clientes allí, las antenas de satélite instaladas, pero no los productos. “De un día para otro tuve que sacar un pasaje para Namibia y hacer el piloto como pude. Fue de los momentos más complicados pero de los que crecí más, nos hizo más fuertes como equipo y personalmente también”, detalló la ingeniera.

Estar un mes en Namibia y otro en Kenia fue una experiencia enriquecedora para la empresaria. “Además no estaba en un lugar turístico, sino que en la frontera con Angola, conocí una realidad distinta, y el hecho de trabajar con los productores de esos lugares fue muy bueno”, agregó.

Otro momento conflictivo, fue cuando mandaron a producir en China. Alonsopérez contó que “la fábrica era un desastre, perdimos como nueve meses, nunca nos mandaron los productos a tiempo, las muestras eran desastrosas  y no era lo que habíamos pedido. Fue una decisión muy difícil la de explicarles que no queríamos trabajar más con ellos”.

Pese a las dificultades, hoy Chipsafer es una marca que se posicionó en el mercado del agro con soluciones innovadoras que avanzan en conjunto con el desarrollo de las nuevas tecnologías. La creadora visualiza a la startup como una compañía de datos abocada a la agrointeligencia que ayudará  a los productores a mejorar su trabajo y que además se expandirá mundialmente para brindar apoyo y así se tomen mejores decisiones.


Experiencia internacional

Los tres días que la empresaria participó del Foro en San Pablo, los definió como enriquecedores y confesó que superó las expectativas que tenía al respecto. Alonsopérez compartió el panel con el Ministro de Agricultura de Paraguay y el presidente de Kiara International, entre otras figuras de relevancia en el tema. “Fue un orgullo estar ahí  y ser parte de un panel de tan alto nivel”, dijo.

“Nosotros estamos buscando inversión y pudimos tener reuniones con muchos inversiones. Hablamos de todo lo que respecta al futuro de la agricultura; fue impresionante, porque yo era una de las más jóvenes”, aseguró.

La ingeniera resaltó que estas instancias son positivas para conocer más de lo que se está haciendo y poder generar sinergias y colaboraciones. En su caso, volvió al país con una extensa lista de contactos que enriquecerán aún más su participación en el evento. “Existe un nivel de startups impresionante en la región, y algunas están en funcionamiento desde 1999, por ende, pudieron hablar desde la experiencia”.