Enmarcado en sus objetivos de mejorar las oportunidades de desarrollo de las personas a través de proyectos sociales y educativos que plantea el mundo digital, Telefónica convocó al experto en comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí para elaborar un informe sobre los millennials uruguayos.
No se puede servir a quien no se conoce. Para comprender a la generación millennial autóctona, y de esta forma continuar con el trabajo impulsado en empleabilidad, cultura digital, voluntariado y educación digital, es que Fundación Telefónica presentó su investigación sobre las personas nacidas en los años comprendidos entre 1982 y 1998. El estudio fue liderado por Antoni Guitérrez-Rubí, quien se desempeña como asesor de comunicación y es experto en transformación digital.
Durante la presentación, José Pedro Derrégibus, director de Fundación Telefónica, señaló que el estudio nace ante una inquietud de la institución sobre las características de estos jóvenes. “Si trabajamos con ellos para ayudarlos a desarrollarse en este nuevo mundo digital, sin duda que tenemos que entenderlos, ya que necesitamos, de alguna forma, brújulas para llevar adelante la tarea que realizamos”, sostuvo.
De esta forma, dijo, los datos arrojados permitirán la elaboración de herramientas para incorporar en las aulas, que tendrán repercusión en la adaptabilidad de los millennials en el mercado laboral del futuro.
En la investigación participaron más de una veintena de expertos y 2.000 jóvenes, a través de una encuesta con 40 preguntas. El objetivo fue explorar sus valores, actitudes y comportamiento, así como también su relacionamiento con la sociedad y ellos mismos. Gutiérrez-Rubí fue el encargado de presentar las conclusiones más preponderantes. En este sentido, señaló que lo millennials representan el 25% de la población mundial, y en países como Estados Unidos conforman la primera fuerza laboral. Pero esto no es todo, puesto que incluso protagonizan el liderazgo empresarial. En compañías referentes tecnológicas, los CEOs son millennials.
Igualmente, tienen una enorme capacidad de influencia y referencia, precisó el experto. Sus ideas y pensamientos son transformados en acciones directas y comunicación. “Cuentan con una gran capacidad de crear agenda pública”, explicó.
Sin embargo, a los integrantes de esta generación, no les gusta ser catalogados como tal. Es que, dijo Gutiérrez-Rubí, escapan a toda etiqueta, dado que cuentan con una identidad múltiple, difícil de encuadrar o sintetizar en pocas líneas.
En cuanto a las redes sociales Instagram es la de su preferencia. Es allí donde se sienten menos observados y se manejan con mayor libertad, y donde lo fugaz se convierte en algo lúdico y simpático.
El dinero no lo es todo para ellos. Si bien les interesa contar con recursos económicos, no están dispuestos a someter su vida a la claudicación de generaciones anteriores. “Los millennials no sienten temor a cambiar o perder su trabajo, porque tienen confianza en su actitud y conocimiento tecnológico que los habilita a la sociedad contemporánea. Y si esto no es suficiente, emprenden algo”, puntualizó.
En otros aspectos, esta generación apuesta por el buen clima laboral, se sienten fuertes, preparados y conectados, y son ciudadanos del mundo. Por ello, se solidarizan con causas mundiales y pueden incluso comenzar un emprendimiento con alguien que se encuentre en Sudáfrica o Escocia.
Pero, dentro de los puntos principales, el experto indicó que se trata de una generación desconfiada, especialmente crítica, exigente e impaciente. El tiempo de espera máximo, añadió, es de entre cuatro y cinco segundo. Es por ello, que Gutiérrez-Rubí fue contundente: “Procuren estar dentro del mundo digital, optimizados y acelerados, licuando todos sus bienes tangibles en intangibles de contenidos digitales. Conviertan sus edificios en contenidos rápidos en la descarga, especialmente preparados para pantallas de alta resolución, porque sino, se van a otro lugar”.