El videojuego Public Space trata de visibilizar la realidad del acoso callejero hacia las mujeres, para que, a través de las nuevas generaciones, se tomen acciones que cambien la realidad. Fue seleccionado como semifinalista en un concurso organizado por Socialab, Koga, Ashoka y Unesco, y cuenta con apoyo de organizaciones de Uruguay, Argentina y Estados Unidos.
Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi
Public Space es un juego de impacto social para PC y móviles donde el jugador experimenta la realidad del acoso callejero hacia las mujeres, donde el objetivo es resaltar el arma más poderosa que se tiene para detener el problema y crear una comunidad de apoyo, la voz.
En conversación con Empresas & Negocios, José Pedro Gioscia, creador de Public Space, relató que siempre le interesó la posibilidad de crear videojuegos que fuesen más allá del entrenamiento y estuviesen orientados a dejar una huella en el usuario.
Durante agosto del 2014, como tesis de su licenciatura en Animación y Videojuegos en la Universidad ORT, inició ese proyecto. Sin embargo, reconoció que en un comienzo debió de pensar una mecánica de juego puesto que involucra una temática delicada.
Si bien en un primer momento Gioscia se puso sobre sus hombros la realización total del proyecto, en un determinado momento reconoció la necesidad de un programador profesional. Fue entonces cuando al equipo se incorporó Manuel Atienza.
Durante 2015, luego de ganar el Concurso Nacional de Videojuegos en la categoría de Juegos Educativos e Inclusión Social, se sumó al equipo Bruno Arce al sector Game Design. Los tres integrantes de Public Space fueron compañeros en la universidad.
Consultado respecto a la elección de la temática del juego, Gioscia expuso: “Me llamaba la atención como un montón de amigas contaban lo que les pasaba en la calle. Luego, cuando me ennovié, el problema se hizo mucho más cercano. Si las mujeres no pueden circular con libertad en la calle al igual que los hombres, tenemos desigualdad. Parece que pueden ser violentadas con total impunidad y no se puede hacer nada al respecto”.
“Queremos enseñar que esto es un problema y que las nuevas generaciones puedan entender algo tan básico como el respeto entre las personas en el espacio público”.
En este sentido, el creador de Public Space admitió que desean transmitir el mensaje de realmente se puede trabajar al respecto, a través de la condenación del problema y de la toma de acciones. “Tanta culpa tiene el agresor como aquel que ve el problema y no hace nada al respecto”, subrayó.
En los últimos días fueron anunciados como semifinalistas en el concurso Estamos Comprometidos, organizado por Socialab, Koga, Ashoka y Unesco. Este desafío busca proyectos innovadores de cambio social organizados por jóvenes. Un diferencial de este concurso es que los vincula con otros jóvenes y expertos en cambio social que s ayudan a trabajar el proyecto.
El juego se encuentra actualmente en etapa de desarrollo. Los integrantes del equipo se reúnen los fines de semana con sus propios recursos económicos. Dentro de sus próximas metas se encuentra el conseguir fondos para incursionar en el mercado. Actualmente cuentan con el apoyo del Observatorio Contra el Acoso Callejero de Uruguay y Latinoamérica (OCAC), el grupo Acción Respeto, de Argentina, y las organizaciones estadounidenses Hollabac y Stop Street Harassment.
Dentro de sus expectativas se encuentra el que las nuevas generaciones comprendan “algo tan básico como el respeto” entre las personas en el espacio público. “Creemos firmemente que jugando Public Space el usuario podrá comprender en profundidad por qué esta situación es tan problemática para las mujeres, además de la urgencia de hacer algo para lograr un cambio”.
Desde Public Space indicaron que el sector de videojuegos uruguayos está en pleno crecimiento. “Existen carreras universitarias de videojuegos, convocatorias estatales para la creación de los mismos, concursos nacionales, incubadoras de empresas abocadas a esto, lo que habla de que se le está dando a los videojuegos la importancia que amerita”, dijo Gioscia.
Al mismo tiempo, expresó que Uruguay tiene “muy buenos” embajadores de videojuegos nacionales hacia los ojos foráneos. No obstante, aseveró que continúan “siendo pocos” y que la mayoría de las empresas no superan las cinco personas, por lo que cuesta aún conseguir empleo. “Pero no dudo que esta situación se revierta”, aseguró.