Valentina Moré, VP de Cuentas de VMLY&R
En la infancia su sueño era ser abogada, pero el hecho de que su padre fuera publicista fue algo que influyó en sus elecciones posteriores. Asegura que la publicidad, un trabajo que le parecía desafiante y divertido, hacía feliz a su padre, y eso hizo su parte en la decisión. También le atraía la sicología y sociología; y en ese sentido, dice que la publicidad tiene mucho de esas disciplinas y trabajo en equipo, aspectos que hacen que su gusto por esta forma de comunicación sea mayor.
Hoy, su profesión -Licenciada en Comunicación- se alinea perfectamente con su vocación: la publicidad.
Su primer trabajo fue como asistente de cuentas, en 2006, cuando tenía 21 años. Actualmente, Valentina lleva 14 años desempeñándose en Young&Rubicam.
La oportunidad de ingresar a la empresa surgió a través de su padre, quien le brindó la posibilidad de dar sus primeros pasos siendo ella estudiante. “Creo que tenía buenas referencias sobre mí”, declaró la entrevistada a modo de anécdota a Empresas & Negocios. Lo que más le gusta de su empresa es el equipo de trabajo y el amor que todos le ponen a lo que realizan.
Los desafíos que presenta el área donde se desempeña la ejecutiva están vinculados al avance continuo de la tecnología. Esto es, a la vez, el principal reto y una gran fuente de oportunidades. Asegura que la meta es mantenerse actualizada y seguir aprendiendo día a día, a la vez que resalta la variedad de herramientas muy relevantes para el negocio que hoy existen y que antes no se tenían. Contar con más información de perfiles de audiencias, modelos predictivos de su comportamiento, ver la interacción y percepción de las marcas en tiempo real, entre otras cosas, son elementos que vienen de la mano de las nuevas tecnologías. “La tecnología fortalece las ideas y las ideas a la tecnología. Nuestro trabajo se vuelve cada día más eficiente; todos los días nos sorprendemos de las nuevas posibilidades que se nos presentan”, asegura.
Dentro de sus experiencias laborales en estos años, la entrevistada rescata la importancia de agradecer, escuchar, preguntar, recibir y el feedback para crecer, y ayudar a crecer, así como disfrutar de los procesos de trabajo, asumir la responsabilidad de los fracasos y, sin duda, festejar los logros.
Valentina nació en Montevideo el 7 de noviembre de 1984, está casada y tiene dos hijos: Felipe, de seis años y Julia, de cuatro; y en camino viene Clara. En su tiempo libre disfruta compartir tiempo con ellos.
Al reflexionar sobre la vida, asegura que han sido sus padres quienes más enseñanzas le han dejado, tales como el valor de la familia y el trabajo; y el hecho de que “sin esfuerzos no hay logros”. El respeto por los demás y la incondicionalidad con la gente querida son también valores que le han inculcado.
En su oficina no puede faltar una taza de té, y en ese recinto el silencio es muy valorado por ella. Si bien no tiene un libro favorito,le atrae la lectura sobre sociedad, política e identidad uruguaya. Si se trata de música, elige el rock argentino y la música clásica. En lo que respecta a cine, recomienda la película “El hijo de la novia”. Su lema en la vida es preguntarse qué podría haber hecho mejor para una próxima vez.
Cuando fue consultada acerca de si posee alguna pasión, Valentina indicó: “Generalmente esta pregunta se responde con un deporte o algún hobby. Pero entendiendo la pasión como lo que me hace más feliz y que más disfruto en la vida, la mía es ser madre”. De aquí a 10 años, la entrevistada elige, simplemente, verse y sentirse feliz.