Adrián Peña: “Sin claros liderazgos a la vista, es natural que se plantee la posibilidad del retorno de Talvi”

EN PANINI’S

Foto: Pablo Malletti

Adrián Peña, ministro de Ambiente – Coordinador de Ciudadanos


La salida del excanciller Ernesto Talvi de la política “fue un cimbronazo fuerte” para Peña, quien todavía se está “acomodando” tras ese “golpe”. El episodio supuso que el exsenador de Ciudadanos debiera abandonar el Senado y encabezar el recién creado Ministerio de Ambiente. Desde allí, apostará a “alinear la política productiva a la ambiental”, aunque entiende que esto generará “contradicciones” con otros organismos. Además, se abocará a cambiar algunos criterios en materia de forestación y a mejorar la calidad del agua y la gestión de recursos.


 El menú  En la cava de Panini’s, el dirigente colorado degustó picaña de cordero grillé, con puré de calabaza y vegetales salteados, que acompañó con agua mineral. Para extender la sobremesa, prefirió café.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Cómo se explica la creación del Ministerio de Ambiente en medio de un contexto económico complejo, donde el gobierno apunta al ajuste?

-La creación del Ministerio surge del “Compromiso por el país”, que fue el acuerdo que le dio base al actual gobierno de coalición. La idea fuerza que está detrás es jerarquizar la materia de ambiente y que las decisiones que se tomen en el ámbito de las políticas públicas estén alineadas con lo que se empiece a hacer en esa área, es decir, que la política productiva, industrial, económica en términos generales, esté alineada con la ambiental.

-¿Cómo van a funcionar con la restricción presupuestal con la que empezaron?

-La restricción presupuestal era previsible en base al déficit que el país tenía, y se agravó con la situación de la pandemia, que no se podía prever. Se está tratando de hacer un reordenamiento institucional donde se está incrementando en algo el presupuesto, pero, en realidad, no supone para el Estado una gran erogación.

Allí tenemos el desafío de estar a la altura de las exigencias con un presupuesto que algunos señalan que tendría que ser más grande. Hay muchas cosas que ya se estaban haciendo en materia de ambiente, pero dispersas, en diferentes organismos. Una tarea fundamental es coordinar eso y ahí se van a generar ahorros. Ya hemos detectado tareas que dentro del Ministerio de Vivienda se hacían dos veces, por ejemplo, Dinagua en algunos casos estudia lo mismo que está estudiando Dinama, entonces tenemos que ser más eficientes en el uso de esos recursos.

-¿Qué importancia tiene para el país tener un Ministerio de Ambiente?

-Desde que está el Ministerio, que lleva un mes y poco, ha habido un aumento importante de denuncias y consultas en Dinama. Pero lo más importante es que efectivamente Ambiente está en el nivel más alto de toma de decisiones.

Yo asumí el 27 de agosto y el 31 estaba reunido con el presidente para comenzar a estudiar qué hacemos con el agua, por ejemplo, en lo que tiene que ver con el agua potable. Además, cuando se analiza si se amplía o no la forestación, la opinión de Ambiente es relevante. Generar un plan nacional de residuos está en el primer nivel de la toma de decisiones como una necesidad; todas las intendencias están consultando con nosotros para avanzar en eso en cada departamento.

Estas cosas, al estar en un Ministerio que tiene un asunto tan importante como la vivienda, que es una problemática social que no ha tenido solución, hacía que los temas de ambiente no fueran los prioritarios para el ministro. Ahora estamos al mismo nivel que los demás ministerios y eso cambia sustancialmente.

-Eso implica también que puedan surgir tensiones con otros ministerios, lo cual ya está pasando, por ejemplo, con el Ministerio de Ganadería (MGAP). ¿Cómo plantea alinear la política productiva a la ambiental, como decía, pero respetando los intereses de todas las partes?

-Muchas veces va a haber contradicciones u oposiciones entre los intereses de un ministerio y del otro. Es natural que el Ministerio de Industria quiera avanzar en inversiones y en determinados proyectos industriales, pero tienen que ir acordes con nuestra política. Es normal que el MGAP quiera mejorar los niveles de rentabilidad, eficiencia y productividad, pero eso tendrá que ser ajustado a lo que nosotros marquemos. Esa tensión se va a dar, es razonable.

-¿A qué responde la necesidad de alinear la política productiva a la ambiental?

-Es importante recuperar el concepto ambiental de la marca “Uruguay Natural”, pero tenemos que salir del eslogan para demostrar que este es un país natural productor de alimentos. Eso se logra midiendo y certificando, no alcanza con la marca.

Hay que demostrar cuál es la huella de carbono del país, poner en valor determinados activos que el mismo tiene, como que la base de su energía es renovable en más de un 90%. Eso no se conoce en el mundo. Debemos certificar determinadas producciones, como la de arroz, que hace una rotación que no hace ninguna parte del mundo; o la producción ganadera, que se tiene que destacar en el mundo porque es producida en más de un 60% en base a campo natural.

En el futuro ese puede ser el valor agregado que Uruguay tenga por sus productos; eso va a suponer mayores ingresos para el país. Es una estrategia clave que tenemos que llevar adelante con el MGAP, con Economía.

-Pero recién hablaba de las tensiones que pueden surgir en ese proceso.

-Sí, puede haber algún conflicto, pero yo creo que les cayó la ficha. Cuando me reuní con la Asociación Rural en la Expo Prado, ellos me plantearon eso. El INAC quiere trabajar en esto porque ellos mismos ya advirtieron, a través de sus técnicos, la dificultad que tienen. Acá hay una oportunidad porque el sector productivo es consciente de esta situación.

Es claro que hay que discontinuar algunas prácticas e ir cambiando procesos productivos, porque no se va a medir a la producción ganadera aislada de la de arroz o de soja. Todo tiene que cerrar y ahí es donde habrá que hacer alguna renuncia.

Foto: Pablo Malletti

-Según pudo saber CRÓNICAS, usted trancó los denominados eventos transgénicos, es decir, la autorización de determinadas semillas. ¿Esto es así?

-La posición del Ministerio no es trancar el desarrollo de la biotecnología, o sea, en Uruguay se plantan transgénicos y se van a seguir plantando. El asunto es que nosotros tenemos que tener claro cuál es el paquete tecnológico asociado a cada evento, a cada semilla, es decir, qué plaguicida se va a utilizar, qué combinación y cómo se va a aplicar. Hasta que no tengamos eso, no podemos autorizar ninguno de los eventos.

Eso es parte de que el Ministerio efectivamente participe en las decisiones en estas políticas. Hay cierto nerviosismo en el sector agrícola sobre si hay una política de trancazo en este sentido, pero no es así. Es importante poder decidir con respaldo científico y técnico que estoy autorizando cosas que no van a afectar la calidad de vida de las personas ni de la biodiversidad. Ahí se da una tensión natural con el MGAP.

-Hoy hacía alusión al rol del Ministerio en la posible ampliación de la forestación. ¿Cuál es su opinión al respecto, considerando que hay un proyecto de Cabildo Abierto (CA) que apunta a limitarla?

-Uruguay tiene en el entorno de cuatro millones de hectáreas con prioridad forestal y tiene forestadas un millón. El aumento de la producción forestal en área de prioridad forestal no supone un problema para el país. Lo que sí tenemos que comenzar a estudiar con mayor detenimiento son aquellas áreas que no son de prioridad forestal, donde lo ideal sería que tuviera prioridad otro tipo de producción en la medida que sea rentable.

Vamos a hacer una propuesta a la Dirección General Forestal del MGAP para comenzar a cambiar algunos criterios que tienen que ver con los suelos donde se foresta. Hoy la Dinama pide estudios de impacto ambiental para la forestación mayor a 100 hectáreas. Seguramente propondremos un rango menor de hectáreas para que nosotros también podamos participar de la evaluación.

-¿Cuál es el propósito de ese cambio?

-Queremos que el desarrollo forestal se siga dando, porque ha sido bueno para el país, pero debemos evaluar con detenimiento algunos proyectos en particular. Por ejemplo, los que están en tierras que no son de prioridad forestal o que están demasiado cerca de algunas fuentes de agua. Eso hay que estudiarlo y tiene que haber un mayor control.

-¿Qué papel tendrá el Ministerio de Ambiente en la obra de UPM 2?

-UPM 2 es una gran inversión con cuatro proyectos de alta complejidad: la planta en Paso de los Toros, el Ferrocarril Central, la terminal portuaria y la ampliación de la planta de químicos que ya está instalada en Fray Bentos. Nuestro rol es otorgar las licencias, las habilitaciones, la autorización ambiental previa y luego las operativas. También controlar el proyecto general y la operativa.

-¿Qué opinión le merece la posición del diputado de CA, Eduardo Lust, contraria a este proyecto?

-Yo respeto la posición de todo el mundo. El proyecto, más allá de la opinión que cada uno tenga, es una realidad.

-Usted se había opuesto al Ferrocarril Central.

-Yo me opuse siendo diputado y propusimos otras alternativas que nos parecían más viables. Nuestra posición de aquel momento se está evidenciando con los hechos, donde el ferrocarril tiene algunas dificultades por errores de diseño que señalamos, pero hoy esa es una discusión laudada. El proceso de expropiaciones y la inversión están en marcha y debemos minimizar los efectos colaterales que tienen en la vida de las personas.

Foto: Pablo Malletti

-El Río Negro ya está comprometido. ¿La instalación de la planta allí no supone cierto riesgo?

-Hay un riesgo. En los cálculos que la empresa presentó y que fueron auditados por Dinama, estaríamos dentro de los niveles autorizados. Si el caudal del río baja de los 80 metros cúbicos por segundo, la operativa de la planta va a tener que ir descendiendo hasta un nivel aún no determinado, donde deberá parar. Eso ya está hablado con la empresa.

-¿Qué se debe hacer en materia de agua potable, que lo mencionaba hoy como un tema de preocupación?

-Hoy tenemos una luz amarilla sobre el agua potable porque ha habido episodios donde la calidad se ha comprometido y eso genera pérdida de confianza, la cual debemos recuperar.

El área metropolitana depende de una única fuente que es el Santa Lucía, y de una única planta que es Aguas Corrientes. Eso es algo que hay que comenzar a solucionar, porque cualquier evento grave allí va a hacer colapsar a Montevideo y eso es un problema.

La última inundación en Rocha dejó 22 millones de dólares de pérdida, entonces, hay que gestionar mejor los recursos hídricos para que eso no suceda y para tener en momentos de sequía. Hay que hacer una serie de obras en el este del país, esenciales para el desarrollo económico de esa zona, pero también para evitar pérdidas.

-¿Hacia dónde debe apuntar el país en cuanto a la gestión de residuos?

-En Uruguay se usa, se tira, alguien amontona y otro junta en algún lado; esa ha sido la lógica de la gestión de residuos en términos generales. Es importante comenzar a trabajar con cada tipo de residuo y generar una cultura de la clasificación, lo cual estamos hablando con muchas intendencias. Hay una batería de acciones que van enganchadas a la reglamentación de la Ley de Residuos, donde nos jugamos la línea conductora que va a tener Uruguay en esa política.


“Talvi podía aggiornar al partido; ahí es donde me queda el mayor gusto a poco”

-¿Qué piensa de la movida que se ha generado entre algunos dirigentes colorados que reclaman el regreso de Talvi a la política?

-Nosotros hicimos todo lo posible para que se quedara, pero una vez tomada su decisión, la respetamos. Ernesto fue una señal potente de renovación dentro del partido. Luego de la elección departamental, sin claros liderazgos a la vista, parece hasta natural que algunos dirigentes planteen la posibilidad de su retorno.

-¿Lo ve posible?

-No sé qué piensa él. Hace muy poco tiempo que se retiró. En su momento le pedimos que por lo menos esperara hasta después de la elección departamental, porque su salida iba a afectar nuestra performance electoral en todo el país. Él entendió que el momento era ese, para no generar falsas expectativas; tenía que quedar bien claro que dejaba la política para siempre. Su salida supuso otros cambios, como que yo dejara el Senado. Fue un cimbronazo fuerte y todavía me estoy acomodando después de ese golpe.

-“Hay que ver si Talvi se siente cómodo siendo ministro de Lacalle Pou”, dijo usted en octubre de 2019 en Desayunos Informales (Canal 12). Con el diario del lunes, ¿hubiera sido más acertado que Talvi estuviera en el Senado desde un principio?

-Sí. El tiempo que Ernesto estuvo como ministro lo hizo muy bien, se destacó, consiguió una popularidad que todavía tiene hoy. Mi opinión era que convenía que quedara en el Senado liderando el proyecto político. Era alguien nuevo que tenía otra impronta, que podía aggiornar al partido. Ahí es donde me queda el mayor gusto a poco de todo este proceso, porque fortalecer al Partido Colorado para mí era una tarea prioritaria y quien la podía encarnar era a quien la gente había elegido para eso.


Foto: Pablo Malletti

“Mucha gente se adjudica la paternidad de la coalición, pero es mérito de Lacalle”

-“Hoy no hay un ámbito de coalición de gobierno donde podamos sentarnos todos los socios”, dijo el senador de CA, Guido Manini Ríos, a CRÓNICAS. ¿Debería conformarse?

-Sería bueno que la coalición tuviera un ámbito más participativo de conducción con los socios. El presidente optó por otro sistema, que es bilateral, y le viene funcionando. Esto es muy reciente, estamos aprendiendo y quizás se pueda evolucionar a un estadio superior en el trabajo conjunto. Tampoco era sencillo armar una coalición con cinco partidos y él lo hizo y está logrando que funcione. Mucha gente se adjudica la paternidad de la coalición, pero es mérito de Lacalle, porque fue el primero que la empezó a vislumbrar.

-El expresidente Julio María Sanguinetti también fue de los primeros en impulsarla.

-Sanguinetti siempre habló de la coalición, pero la vio más en términos blancos-colorados. El que tuvo siempre una mirada más abierta fue Lacalle, incluso antes de saber que Manini iba a tener tres senadores y que el Partido Independiente no iba a tener ninguno.

-En la entrevista a la que hacía referencia, Manini explicó que sería necesario ese ámbito para evitar las contradicciones públicas que se han dado en la interna de la coalición.

-Hay contradicciones que son inevitables y tampoco hay que alarmarse por eso. Somos partidos distintos y es natural que en algunos puntos que no son los del acuerdo tengamos visiones diferentes, pero eso no compromete al gobierno.