Mario Bergara, senador del Frente Amplio
El exministro de Economía y presidente del Banco Central del Uruguay, Mario Bergara, dijo, en entrevista con CRÓNICAS, que el único logro que le reconoce a este gobierno en cuanto a su política comercial es el ingreso de productos uruguayos desde zonas francas a Brasil. A su vez, destacó que “está bien” que la inflación esté “un poco más baja”, pero señaló que “estaría mejor” si viene acompañado con el aumento de los salarios reales. También reconoció que prometer “a rajatabla” que no se va a tocar ningún impuesto en cinco años “es imposible”.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Mateo Castells | @teocastells
Menú: El entrevistado degustó bife de vacío con puré de papa rústico, que acompañó con Schweppes sabor pomelo. De postre, optó por crumble de manzana y un café doble.
-¿Cuáles fueron las claves del triunfo del Frente Amplio (FA)?
-Tengo muy claro que esto no es algo de tres días o de movimientos mágicos. La derrota del 2019 fue dolorosa y el FA la pudo procesar a base de un proceso real de autocrítica, donde nos dijimos cosas duras, como que nos habíamos alejado de la gente y que habíamos actuado con soberbia. Recorrimos el país entero en varias oportunidades y tuvimos cientos de reuniones, con quienes pensaban como nosotros y con quienes no, con una actitud de humildad y de escucha, que fue algo que cambió el panorama y fue de las cosas que rindió sus frutos en la elección nacional. Todo el proceso de autocrítica y reacción que tuvo todo el partido en estos años, es la clave del triunfo. Después, hay circunstancias de campaña, pero no hubiéramos llegado a esas circunstancias si no hubiésemos reaccionado volviendo a insertarnos en el seno del pueblo uruguayo.
-Respecto de la autocrítica, usted, en entrevista con este mismo medio, meses atrás problematizaba sobre si el FA iba a dar lugar a tener nuevamente dos equipos económicos. ¿Le preocupa que vuelva a ocurrir eso en este gobierno?
-No, para nada. Creo que la designación de Gabriel Oddone fue una buena señal, en cuanto a que la visión astorista de la gestión económica va a predominar, con el claro respaldo de quien resultó electo presidente. No me imagino, desde la Torre Ejecutiva, erosionar un proceso que tiene desafíos muy grandes. Porque está claro que el panorama fiscal que va a recibir este gobierno es difícil y que hay muchas demandas genuinas e inmediatas, porque esta administración, si bien tiene el mismo o mayor déficit fiscal y 10 puntos más de deuda pública, de todas maneras, recortó presupuestos básicos en educación, salud, vivienda y en políticas sociales. Todo eso lo vamos a tener que recomponer y va a existir la demanda de las distintas áreas de manera inmediata. Vamos a tener que desarrollar más políticas que requieren recursos, vamos a tener que atacar la pobreza infantil, atender el sistema de cuidados y dotar de más recursos a la seguridad.
-¿Esas son las prioridades del gobierno del FA?
-Las prioridades las marcó Yamandú Orsi: Crecimiento, distribución y seguridad, pero está claro que eso es un marco amplio que incluye políticas de crecimiento, que este gobierno no tuvo, para impulsar la competitividad y la productividad con la tecnología, la innovación y la capacitación de trabajadores. Hay que apuntar a generar diálogos, lo que presupone identificar dónde está parado cada uno y comenzar a dialogar y a negociar, si es que realmente hay voluntad de tener una orientación positiva para el país y que atraviese las administraciones de gobierno. Entonces, el desafío es grande y por lo tanto, creo que no se puede jugar a los dos equipos económicos cuando el futuro gobierno tendrá un desafío muy importante, en un contexto fiscal y financiero con muchas restricciones. Habrá muchas demandas genuinas que requieran recursos, y las prioridades se definirán en la órbita política.
-El principal desafío que tendrá el FA en estos cinco años será el del crecimiento. Las grandes propuestas que ha hecho en campaña y los compromisos que deberá asumir están estrechamente condicionados a que el país crezca más. ¿Cómo lo van a hacer?
-Hubo un crecimiento débil en la última administración del FA y lo mismo ocurrió en este período, donde hubo factores como la pandemia y la sequía que influyeron. De todas maneras, la gestión de este gobierno en esa materia deja mucho que desear, porque la pandemia la vivieron todos los países del mundo, y en pospandemia Uruguay es de los países que menos ha crecido, porque no hubo políticas de crecimiento. Las dos fuentes principales de crecimiento son la productividad y la competitividad. En productividad, los ejes serán impulsar la incorporación tecnológica, la innovación y la recapacitación de trabajadores, que todo eso en este gobierno quedó soslayado. Todo esto será en un contexto de inversión.
-¿Hasta qué punto Uruguay no está supeditado a factores externos para crecer?
-Siempre estamos supeditados a factores externos, en cuanto a que somos una economía pequeña que necesariamente se inserta en un mundo complicado, con una geopolítica cada vez más difícil y muchos vaivenes. Siempre habrá un condicionamiento, pero pensar que todo depende de lo que pasa afuera significa decir que no hay nada que podamos hacer nosotros para mejorar algo. En los 15 años de gobierno del FA quedó demostrado que no es así. Porque hubo condiciones favorables y muy desfavorables, según el momento, y el país creció por encima de todos los vecinos, porque tuvo políticas para crecer. Obviamente, si las condiciones externas son todas negativas, es difícil crecer. Para crecer hay que abordar la productividad, la tecnología, la innovación, la recapacitación de trabajadores y la competitividad, que pasa por seguir mejorando la inserción de Uruguay en el mundo. En este gobierno básicamente no hubo avances en inserción comercial, a pesar de todas las gestualidades sobre que el Mercosur era un lastre y que íbamos a negociar por nuestro lado, que obviamente no hubo resultados concretos. El único logro que le reconozco a la política comercial de este gobierno es el ingreso de productos uruguayos desde zonas francas a Brasil. También hay que impulsar la competencia, que este gobierno ha actuado a contrapelo, en particular con lo que ha sido la generación y entrega del monopolio del puerto de Montevideo. Además, en esto influye la cuestión cambiaria, y este gobierno se ha desentendido del tema, al punto tal de que no hay gremial productiva que no tenga como un clamor el asunto del atraso cambiario.
-¿Cómo imagina el manejo de la política monetaria en el gobierno del FA?
-El foco estará en tener niveles de inflación manejables y bajos. Está bien que la inflación esté un poco más baja, pero estaría mejor que venga acompañada con aumento de los salarios reales. Si se dice que la inflación debe ser baja para no perjudicar a la gente que gana ingresos fijos, y no se suben los salarios, no sirve. El valor del dólar es una variable muy importante en el funcionamiento de la economía uruguaya; no se puede chiflar para el costado como si eso no importara.
-¿Fue un anuncio arriesgo el de Orsi, cuando dijo que no iba a subir impuestos?
-Hay que ver el contexto de todo lo dicho por Orsi y Oddone. Prometer a rajatabla que no se va a tocar ningún impuesto en cinco años en el mundo de hoy es imposible. Sí está claro que todos pensamos que la carga tributaria en Uruguay ya es suficientemente alta y nadie puede esperar un salto en esta materia. Nadie está pensando en modificaciones que impliquen un cambio sustancial en este apartado y esa es la tranquilidad que Orsi transmitió. Eso no quiere decir que no se va a tocar el más mínimo detalle de la estructura tributaria, porque hay que tomar, por ejemplo, el proceso internacional. Hay procesos internacionales que van a obligar a Uruguay a modificar impuestos y exoneraciones.
-Han dicho que van a convocar a un diálogo para atender a la seguridad social. ¿Qué van a buscar específicamente?
-Hacer una mejor ley, hacer un mejor sistema y una reforma más justa que la que se hizo en este gobierno. Vamos a buscar un diálogo donde realmente se escuchen a todos, porque ahora dicen que en el Parlamento desfilaron cientos de organizaciones, pero si se leen las versiones taquigráficas, el 95% de las delegaciones pasaron por ahí a decir que estaban en contra y a proponer cosas que fueron ignoradas. En segundo lugar, el FA marcó que la reforma que hizo este gobierno era injusta. Hay muchos detalles para conversar, pero el centro es la injusticia, porque el costo de la reforma la pagan íntegramente los trabajadores. En ese tema y en otros el FA propuso alternativas y artículos que modificaban e incorporaban ciertos aspectos, pero fueron olímpicamente ignoradas.
-También han dicho que van a buscar un modelo de ahorro individual sin lucro. ¿Qué implica esto?
-Implica que las ganancias de las administradoras no sean excesivas. El programa del FA propone avanzar hacia un sistema de seguridad social con tres pilares. Un pilar solidario, que la persona reciba una pensión independientemente de sus aportes previos; un pilar de reparto, como existe hoy en el BPS; y un pilar de capitalización no lucrativo. Si hay un pilar de capitalización y hay un millón y medio de cuentas con nombre y apellido que hay que administrar, está claro que lo van a hacer las AFAP y está claro que no lo van a hacer gratis. Lo del lucro se puede interpretar en términos de si hay ganancias excesivas, donde se deben revisar las comisiones de las AFAP, comisiones que se bajaron sustancialmente en gobiernos del FA.
-¿Dónde se imagina en el próximo gobierno del FA?
-No voy a especular con eso. Estamos a pocos días de que se conforme el gobierno y estamos en medio de esta danza de nombres y operaciones, a los que no pretendo contribuir. Obviamente voy a estar al servicio de lo que requiera el gobierno, el FA y el país.
“No soy muy afecto de buscar a ese votante que nos represente a todos”
-¿Cuáles son las cosas que cree que le importan a la gente cuando va a votar?
-No hay un único votante. Y todos los temas deben estar sobre la mesa, porque a unos les importan unas cosas y a otros, otras. Hay gente que le importan mucho los temas de corrupción y hay otros que, si el gobierno arregla la economía, la corrupción no les importa. Hay gente viviendo con angustia la inseguridad en los barrios, hay gente con sensibilidad diferente al momento de percibir la desigualdad y la fractura social, hay gente que tiene mucho foco en los temas de la educación y no creo que sea homogéneo. La economía siempre importa, no solo por lo directo que tiene que ver con el bolsillo de cada uno, sino porque la evolución económica pauta la posibilidad de hacer otras políticas. En el interior había dos temas que los indignaba: la penetración del narco y la falta de medicamentos en la salud. Todos los temas deben estar encima de la mesa y los ciudadanos priorizan cada tema en función de sus criterios. No soy muy afecto de buscar a ese votante que nos represente a todos.