Jaime Borgiani, director nacional de Aduanas
La actual administración de la Aduana uruguaya ha sido capaz de “dotar” al organismo de elementos técnicos y de capacitar al personal para los controles no intrusivos, lo que llevó a que desde 2019 registre un récord en las incautaciones, detectando más de 14 toneladas de cargas ilícitas. Así lo especificó el director nacional de Aduanas, Jaime Borgiani, en una entrevista con CRÓNICAS, donde hizo especial énfasis en los reconocimientos que su gestión ha recibido de organismos internacionales y en los esfuerzos para mitigar el contrabando.
Por Oscar Cestau | @OCestau
-Desde que asumió su cargo, ¿cuánto ha podido hacer de lo que tenía en mente y cuánto falta aún?
-El primer problema que tuvimos al empezar fue la pandemia, ese momento que para todos significó un desafío, durante ese período la Aduana cumplió su función. El país no se desabasteció y las vacunas llegaron de la forma más rápida posible en lo que respecta al trámite aduanero. También, los desafíos que teníamos apuntaban a dotar a la Aduana de elementos técnicos para realizar controles no intrusivos como lo son los escáneres, dado que teníamos una situación donde no se utilizaban y menos para controlar todo tipo de delitos y cuando lo empezamos a exigir resultó necesario adquirir nueva tecnología. En los primeros meses de 2020 se armó la licitación para la compra de un escáner que terminó siendo declarada desierta en abril de 2021, lo que postergó el plan, pero ahí arrancamos una nueva licitación, no por un escáner, sino por un servicio de escaneo que se concretó luego de varias trabas, porque todos reclamaron los escáneres, pero hubo varios que pusieron trabas. Finalmente, la licitación fue adjudicada en el mes de junio y recientemente se anunció el inicio de la instalación, lo que significa un logro en vías de concretarse. Además, hay una concientización de todo el comercio exterior de que la Aduana debe hacer este tipo de controles, porque nadie quería ser controlado y a través de la difusión de la importancia de estos, sin renunciar a la facilitación, fue otro de los temas importantes que tenemos. Desde el punto de vista de los procedimientos, acá no había análisis de riesgo aplicado a las cargas que podían estar contaminadas, se redefinieron los equipos de riesgo y los procedimientos de obtención de información para la toma de decisiones.
-¿Qué aspectos y objetivos cumplidos considera como logros de su gestión?
-Fuimos reconocidos internacionalmente por el programa de Control de Contenedores de Naciones Unidas y también por el Programa Colibrí. Firmamos un acuerdo de reconocimiento con la Aduana de Estados Unidos, a través del programa Operador Económico Autorizado que reconoce nuestra labor. A su vez, tuvimos récord de incautaciones, con más de 14 toneladas desde fines de 2019 de distintos tipos de sustancias ilícitas, pero fundamentalmente cocaína. Y mientras no tenemos los escáneres funcionando, concretamos un acuerdo con Argentina y Paraguay para poder acceder a las imágenes de la carga escaneada en estos países, poniendo el centro en la colaboración internacional, que es la forma de detectar este tipo de casos. Podemos tener tecnología, pero si no tenemos intercambio de información con otros países, es muy difícil. Por primera vez la DEA confía en Uruguay y hoy contamos con sus oficiales que nos ayudan en el análisis de determinadas cargas. Desde el punto de vista organizacional no teníamos una estructura orgánica firme, por más que aún sigue siendo recurrida por el gremio, y se estableció una estructura organizativa que quedó firme, porque si no volvíamos al 2002. Todo el mundo dice que faltan funcionarios, porque antes había más de mil y hoy somos la mitad. Cuando yo asumí ya había 600 funcionarios. Recién en la segunda semana de setiembre pudimos concretar el ingreso de 130 funcionarios, y una nueva excepción a ese decreto nos va a permitir el ingreso de 100 más. Los ingresos van a ser en el sector de vigilancia mayormente, además de cargos administrativos puntales. La reposición de funcionarios fue un logro de esta gestión, por más que los ingresos a la función pública sean complicados.
-La DEA y otros organismos internacionales reconocen el trabajo de la Aduana uruguaya. ¿Con qué panorama se encontró sobre estos aspectos?
-El control aduanero no era prioridad, la prioridad era la facilitación. No teníamos ningún tipo de acuerdo más allá de las aduanas del Mercosur y, por más que existiera, si no lo utilizábamos, era como si no lo tuviéramos. Entonces, comprendiendo el problema de contar con la información, concluyo que es importante tener inteligencia y contactos. Esto se priorizó en mi gestión, con el criterio de que facilitar es controlar bien. No hubo desmejoras en los tiempos de despachos ni en los tiempos de efectividad de la Aduana en sus controles, lo que significa que se cambiaron las prioridades.
-¿Qué porcentaje de cobertura se espera alcanzar con los nuevos escáneres?
-El porcentaje es de entre 75 y 80%, que en realidad es el máximo de nuestra capacidad. No se puede escanear por escanear, pero vamos a tener la posibilidad de ampliar nuestra selección. Vamos a tener equipos modernos capaces de escanear 100 contenedores por hora y actualmente se puede escanear la misma cantidad, pero por día. En el puerto hay un movimiento de un millón de contenedores, pero 800.000 son en tránsito, que ameritan un análisis previo que lo estamos obteniendo recién ahora, porque de las exportaciones tenemos todos los datos, pero de los tránsitos no. En los tránsitos solo figura lo que se “dice contener”, pero no sabemos quién lo envía ni cuál es el destino, por eso con el cambio en los procedimientos y con el requerimiento de información anticipada, tenemos mucha más información para afinar los controles. Entonces, si es necesario escanear al 80%, se escaneará. No es la perspectiva ni es lo que marca el comercio internacional o los riesgos que tiene Uruguay.
-Ante el crecimiento del contrabando y el tráfico de drogas, ¿el foco se pone en el puerto?
-Más que nada en el tráfico de drogas, porque la droga llega a Europa por contenedores, no llega en otro tipo de carga, entonces el mayor movimiento de contenedores es por el puerto de Montevideo, por eso se prioriza. La parte de los controles tributarios se realiza a través de la Gerencia de Control y Gestión del Riesgo, más que nada enfocado a posteriori de los despachos. Por otro lado, el contrabando no entra por el puerto, es un problema actual pero que no está relacionado con la zona portuaria.
-Hablaba de la importancia de la cooperación con otros países para detectar cargas provenientes de negocios ilícitos. ¿Hay reciprocidad con todos los países cuyas cargas transitan por el puerto de Montevideo?
-Sí, fundamentalmente Paraguay, que la mayoría de las exportaciones o salidas de ese país salen por Montevideo. Es importante tener información de dónde sale o de dónde pasa y tener colaboración de las aduanas de destino. Nosotros tenemos un mecanismo de alertas que a veces o por tiempo o porque nos llegó alguna información tardía, enviamos advertencias al exterior, notificando sobre aquellas cargas sospechosas que ya salieron del puerto y no llegamos a tiempo para hacer los controles. Este mecanismo ha sido efectivo y no han sido muchos los casos, porque por suerte no se nos escapan tantos, pero la emisión de alertas no tiene un 100% de efectividad, porque es como cuando se decide abrir un contenedor aquí y hay una posibilidad de que esté contaminado y otra de que no.
-¿Con qué otras herramientas cuenta la Aduana para inspeccionar y verificar cargas sospechosas en otros puntos de entrada del país?
-Tenemos la apertura de los contenedores y lo que hay es un pequeño escáner puntualmente para equipajes, donde no se puede escanear un camión o un auto. Eso también estaba en desuso, que hasta lo informó el gremio en el Parlamento. Desde el año 2010 hasta el 2019, no se utilizó. A partir de que nosotros asumimos, y con pequeños ajustes, se está utilizando.
-¿Qué colaboración existe entre la Aduana de Uruguay y otras instituciones nacionales e internacionales, además de las ya mencionadas, para abordar este tipo de delitos?
-Nosotros hemos logrado un trabajo coordinado con el Ministerio de Defensa y con el Ministerio del Interior a través de la política de protección de fronteras y también el intercambio con los ministerios sobre los datos con los que contamos para realizar controles. También tenemos un acuerdo con la Fiscalía Especializada y contamos con una buena línea y una muy buena disposición para autorizar controles y realizar las investigaciones, porque una vez que detectamos alguna carga contaminada ya pasa a la investigación de Fiscalía. Y se han obtenido procesamientos y nuevas incautaciones, así que también es importante el trabajo de coordinación con el Ministerio de Defensa y dentro del mismo con Prefectura, que es la encargada de la seguridad en el puerto.
Las capacitaciones actuales y futuras para el control
-¿Cómo se capacita al personal de Aduana para identificar cargas sospechosas y llevar a cabo inspecciones efectivas?
-Hay personal que se ha destinado al control de operaciones, que accede a cursos internacionales de análisis de imágenes sobre cómo detectar si es positiva una sustancia, que proviene de una capacitación especial que se brinda para este tipo de mercadería ilícita. También prevemos para los nuevos ingresos una capacitación, porque los nuevos escáneres nos van a exigir una dotación de personal para analizar la información de las imágenes mucho más amplia. En cuanto a la implementación de los nuevos escáneres, el contrato dice que la fecha es el 20 de mayo de 2024. Estamos tratando de que sea antes y analizando la posibilidad de obtener un escáner, aparte de los tres ya previstos, sea por una donación o préstamo en diciembre de este año para solucionar los problemas que nos pueda dar hoy el que está activo o reforzar nuestros controles.
Contrabando: “Estamos atacando la distribución de quienes ingresan el producto”
-¿Qué evaluación hace del contrabando en Uruguay y cómo se hace para prevenirlo?
-Estamos trabajando en el control de las disposiciones de tráfico vecinal y franquicias tanto con Argentina y con Brasil, donde se implementó un régimen de cinco kilos y una franquicia de US$ 300. Por otro lado, estamos aplicando inteligencia en casos específicos, porque estamos atacando la distribución de quienes ingresan el producto y luego lo distribuyen. Eso no se hace de un día para el otro, hay que hacer una tarea de inteligencia y seguimiento. Recientemente teníamos una queja de las farmacias y, ante esto, logramos hacer un operativo en el que se logró incautar la mercadería y procesar a una de las personas involucradas en el contrabando, que era quien distribuía en todo el país medicamentos y artículos de bazar en Montevideo, y el Centro de Farmacias quedó muy conforme.