Botana: Opinar sobre candidatura de Moreira “es como cuando otros países cuestionaron a Artigas, no corresponde”

Sergio Botana, senador del Partido Nacional


“¿Por qué meternos los de afuera en una cuestión que no conocemos?”, preguntó el legislador al ser consultado sobre la pertinencia de que Carlos Moreira sea candidato a intendente de Colonia, tras el escándalo de los audios en los que ofrecía pasantías a cambio de favores sexuales, por el que fue rápidamente expulsado de filas nacionalistas. En otro orden, opinó que no debería haber ningún recorte en el presupuesto destinado al Interior y afirmó que es afín a la creación de nuevos ministerios, con estructuras burocráticas más pequeñas.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Con qué país se encontró el gobierno cuando asumió?

-Con un país peor que en la época previa a la crisis del 2002, con 5,1% de déficit fiscal contra 3,4%. El año 2001, además, cerró con un endeudamiento del orden del 48% de PIB, mientras que en 2019 hubo un 66,4% de deuda bruta sobre PIB.

Quiere decir que estamos un 50% peor, amén de los indicadores de desempleo que el país ha tenido que soportar, y a pesar del gran esfuerzo que hizo el sector privado, que fue el que realmente se ajustó en este período. Hubo un ajuste del sector privado del orden del 5% del PIB, mientras el sector público tuvo una cruel expansión del gasto y de la presión fiscal.

-Como economista, ¿qué medidas se deberían tomar para salir del estancamiento?

-Uruguay se tiene que concentrar en la baja de los costos de producción, especialmente, en los combustibles, la energía eléctrica, algunos otros servicios, como los portuarios, que tienen que bajar a la mitad. De este modo, el país debe generar empleo en un proceso que tiene que ser bastante acelerado.

El desafío es enorme, porque tenemos que abatir déficit sin pedirle más contribuciones al sector privado, y controlar el gasto a través de la mejora de su calidad, llegando de manera más óptima a satisfacer las necesidades que sufre la población. También debemos recuperar niveles de inversión, mantener el funcionamiento institucional y pagar deuda externa.

-¿Hay áreas en las que no se debería hacer ningún recorte?

-Por supuesto. El desafío que enfrentan los gobiernos departamentales y municipales es fundamental desde el punto de vista social y no se puede hacer recorte alguno, porque además es una porción muy pequeña del presupuesto. En lo restante, hay que mejorar la calidad del gasto; debemos generar un proceso inverso al que vivimos en ese sentido.

Uruguay se ha dado el lujo de duplicar los recursos y el personal en educación y bajar la matrícula en 37.000 estudiantes; de duplicar los recursos vinculados a la salud y bajar la gente que se asiste en ASSE en 185.000 personas; de multiplicar la plata y los recursos humanos destinados a la seguridad, con el único efecto de multiplicar por cifras infinitas el hurto y la rapiña y duplicar los homicidios.

-Hablaba de la necesidad de bajar algunos costos. ¿Eso es viable en el corto plazo, dada la situación fiscal que describe?

-Hay que estudiar cuáles son los niveles de reacción del producto frente a la disminución de esos precios, porque seguramente una baja de los factores que explican los costos de producción, sea significativa a la hora de generar aumento del producto, por lo cual, si este se incrementa, es probable que el retorno fiscal no demore mucho.

-El gobierno ya ha dado señales de ajuste y ha anunciado una serie de recortes en varias áreas en el Presupuesto Nacional, ante lo cual el Frente Amplio (FA) ha advertido que se generarán retrocesos. ¿Se toman en cuenta esos reclamos?

-Se escucha a los partidos políticos, a los grupos de interés, y se conoce muy bien la demanda de las familias, de las personas, las necesidades que tiene cada hogar. Todas las cosas se atienden.

También es cierto que debemos evitar los excesos que vimos en el período anterior: la regasificadora, el déficit de Ancap, ALUR, los gastos de los directores, raquetas, colchones, lamparitas, viajes. ¿Cuánto costó ese lujo que vimos dilapidar? Hubo exceso de gasto y poco resultado. Debe gastarse lo necesario para mejorar la gestión, pero el FA demostró que no hay una correlación directa entre la mejora del nivel de gasto y la mejora de la gestión.

-¿La eliminación de exoneraciones fiscales en lo que respecta por ejemplo a zonas francas, no ayudaría a solucionar el problema fiscal?

-Algunos economistas dicen que eso podría ser, a mí me gustaría estudiarlo con mayor profundidad. Creo que el régimen de zonas francas al Uruguay le ha dado empleo de buen nivel y alta calidad, por lo cual, en principio, no me parece lo más adecuado.

Tal vez haya posibilidades de quitar alguna exoneración o beneficio, o se puede quitar la exoneración a alguno de los bienes que el país importa. Igualmente, esos regímenes son muestra clara de cómo rápidamente se vuelven competitivos en el concierto internacional aquellos sectores a los cuales les aflojamos un poquito la cincha.

-¿No es una señal contradictoria, cuando se están proponiendo recortes, la creación de un nuevo ministerio?

-Lo que no se puede crear es más burocracia dentro de un ministerio. Si por mí fuera, tendría mucho mayor número de ministerios, con estructuras burocráticas menores. Cada vez que se vuelve más vertical la estructura de un organismo de ese tipo, eso va conllevando más recursos para la comunicación interna y el contralor. Con estructuras simples, pequeñas, se pueden conseguir resultados más grandes. Yo crearía más ministerios, mucho más chicos.

-¿Para qué áreas le parece importante crear nuevos ministerios?

-En el deporte lo veo como imprescindible, me parece fundamental atender esa actividad como un integrador social. Crearía un Ministerio de Justicia, para ver todos los asuntos constitucionales, legales, registrales, y lo vinculado al relacionamiento con la Fiscalía.

-¿Le sorprendió la salida de Talvi de la Cancillería y luego de la política?

-No creo que haya un solo uruguayo que no se haya visto sorprendido por eso. Supongo que habrá habido algún hecho de carácter personal que determinó esa acción; no creo que Talvi sea tan irresponsable de dejar sus responsabilidades de gobierno y de dejar sin representar a los que se comprometió a representar. Alguna razón personal muy fuerte que algún día conoceremos habrá sido la que motivó esa decisión, que no es buena.

-¿Cómo ha visto el desempeño de Cabildo Abierto (CA), que es un partido nuevo y sin experiencia en política?

-Aportando diversas ópticas, como todos los otros partidos, tomándose la libertad de hacerlo. Los votos de CA han estado para aprobar las normas y para ayudar en las discusiones, así que he visto un desempeño que considero correcto.

-¿Qué opinión tiene de la propuesta de Manini Ríos de reinstalar la Ley de Caducidad?

-La Ley de Caducidad no debió ser derogada por una ley (en referencia a la ley interpretativa votada por el FA en 2011), porque la caducidad fue refrendada por el pueblo. Yo voté en contra de esta ley, milité por el voto verde. De hecho, cuando el país se debatió entre la paz y la justicia, algunos optaron por la paz y otros optamos por la justicia.

Pero en Uruguay ganó la reconciliación nacional; no se debió distorsionar el sentido de esa ley, que además fue ratificada dos veces. Así que tengo la sensación de que le asiste razón a Manini en ese sentido. Me gustaría ver exactamente el texto de lo que se propone, que aún no ha llegado, y después discutir acerca de la oportunidad.

-El presidente Luis Lacalle Pou dijo que este proyecto no estaba dentro del “Compromiso por el país”. Otros dirigentes han dicho que no sería una prioridad dada la situación en la que se encuentra Uruguay hoy.

-Esas cosas son ciertas, (pero) no marcan posición. El hecho de que no esté dentro del “Compromiso por el país” quiere decir que no obliga a nadie, no que Lacalle no esté de acuerdo.

-¿Qué piensa acerca del pedido de destitución del fiscal de Corte, Jorge Díaz, por parte de CA?

-No me pareció bien porque no debemos caer en tentaciones que nos hagan perder la estabilidad institucional y la fortaleza de nuestras instituciones; el país debe ser sumamente cuidadoso de estas cosas. La discrepancia política no nos puede empujar en ese sentido. Tampoco comparto lo de los tres fiscales.

-Se refiere al proyecto que presentó el diputado Gustavo Zubía de la Fiscalía colegiada… ¿Por qué no está de acuerdo?

-No me gustan los colegiados para nada, prefiero una Fiscalía fuerte. Por ahora será Díaz y dentro de un año y medio, el que el país elija, pero debe ser un solo fiscal, lo otro me parece que es político.

-El pedido de destitución se hizo porque Díaz ordenó una investigación para la fiscal que archivó el caso de Carlos Moreira. Después de lo sucedido con el exintendente de Colonia, ¿está bien que igualmente sea candidato?

-No debés opinar ni tú ni yo ni nadie sobre lo que el pueblo de Colonia decide; es una decisión de la ciudadanía del departamento, que no solo lo hace su candidato, sino que lo volverá a hacer su intendente. ¿Por qué meternos los de afuera en una cuestión que no conocemos? Es como cuando otros países cuestionaron a José Gervasio Artigas, no corresponde, el pueblo es el que dice a quién elige.

-¿No es reprochable que haya ofrecido pasantías a cambio de favores sexuales, según los audios que se divulgaron?

-Hay versiones diferentes sobre la autenticidad de esos audios. Uno no conoce cómo es el relacionamiento de las personas, hay que ver cuáles fueron los hechos, si existió algún hecho de ese tipo o fue una conversación de carácter privado. Uno para opinar debe tener profundo conocimiento de causa y yo no lo tengo.


“En los períodos anteriores hubo centralización absoluta de la actividad gubernativa”

-Luego de 10 años como intendente de Cerro Largo volvió al Parlamento, esta vez, como senador. Dada esa experiencia, ¿cuáles son los aportes que cree que puede hacerle al gobierno?

-Puedo aportar por la experiencia en la administración; también trabajé en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, en programas internacionales con el BID. Y puedo aportar por el conocimiento profundo de un territorio que a veces se olvida desde la gestión centralizada. De hecho, he estado trabajando fuertemente en el fortalecimiento de los gobiernos departamentales, en las economías de frontera y en el desarrollo productivo del sector agroindustrial.

-¿No hubo descentralización en los gobiernos anteriores?

-En los períodos anteriores hubo centralización absoluta de la actividad gubernativa en cuanto a sus decisiones y a los recursos. Sí hubo descentralización por parte de los gobiernos departamentales, que descentralizaron sus territorios, pero el gobierno nacional concentró la decisión en casi todas las áreas.

-¿Qué se debe hacer en materia de descentralización?

-Uruguay tiene que acompañar una tendencia mundial. En nuestro país, el gasto centralizado es el 90% del total, mientras que en cualquiera de los países ronda la mitad, y la otra mitad se destina al segundo y al tercer nivel de gobierno.

Las cuestiones de la mejora de la salud deben atenderse al lado de la gente, no a distancia, mucho menos se debe educar a distancia; Uruguay debe descentralizar los recursos educativos.

Además, todo control del buen estado de la naturaleza lo hace con más eficiencia y eficacia el que vive en ella y no el que está distante y al que la contaminación no le afecta su vida ni la de sus hijos.