En el cierre de un año 2022 con récord de exportaciones, asomó nuevamente la tendencia que posiciona a la economía del conocimiento como un futuro posible en el horizonte del Uruguay, cuestión que además se refleja en los monitoreos laborales que se actualizan mes a mes. A nivel país es ANII quien, entre otros objetivos, toma la bandera de emprender camino hacia esta meta. De cara a un 2023 marcado por las expectativas de un presupuesto récord y la puesta en marcha de Uruguay Innovation Hub, CRÓNICAS conversó con el presidente de la agencia.
Por Matías Kapek | @matias_kb
-Este año ANII tendrá un significativo aumento de presupuesto. ¿Cómo lo evalúan? ¿Cómo será su distribución?
-Por un lado, lo evaluamos como la continuación de la estrategia que viene desde el inicio del gobierno. Se trata de seguir apoyando la formación de investigadores y de emprendedores jóvenes, porque si no tenés esa materia prima la cosa no funciona. Para eso es importantísima también la reforma educativa, que trata de mejorar la educación a niveles más iniciales. En lo que tiene que ver con cambios puntuales de nuestra agencia, por ejemplo, desde el 2021 los montos de las becas de posgrados nacionales se vienen actualizando año a año. Con este aumento presupuestal, los que estudian maestrías o doctorados con becas de la ANII, van a recibir un aumento de dinero más acelerado para quedar alineados con lo que son las becas de posgrado que da la Udelar a sus profesores.
-El año 2022 fue récord de exportaciones. Teniendo en cuenta la importancia del valor agregado para este sector, ¿cómo analiza el rol que cumple la investigación y la innovación en su creación? ¿Cree que se viene trabajando bien en este sentido o se debería profundizar más en un trabajo coordinado con el sector industrial?
-Desde mediados del siglo XX está bien estudiado que la ciencia y la tecnología son los dos factores principales para explicar el aumento en la productividad y por tanto en el aumento del valor económico que producen los países. Desde ese entonces hay toda una tendencia hacia la promoción de la ciencia y la innovación. Uruguay es un país agroexportador, eso se ve en los números de las exportaciones, sin embargo, el año pasado pasamos el billón de dólares en exportación de servicios y productos de software, no es un hito menor. Uruguay es el país de América Latina con mayor ingreso per cápita, es también el país con mejor distribución del ingreso. Para mantener eso tenemos que ser más productivos en las industrias agroexportadoras, porque ahí competimos con todo el mundo, y por el otro lado, seguir avanzando hacia una economía del conocimiento.
-¿Qué sería seguir avanzando hacia una economía del conocimiento?
-Sería seguir avanzando hacia esas otras áreas como el software, como la biotecnología o como las tecnologías verdes, que son los tres focos que tiene el Uruguay Innovation Hub. Pero para avanzar hacia eso necesitás inversión de investigadores, trabajar con las empresas que ya están convencidas de que la innovación y la investigación son el camino y apoyar ciertas industrias que son las más intensivas en investigación y desarrollo.
-¿Cómo definiría a Uruguay Innovation Hub?
-Uruguay Innovation Hub es una iniciativa de todo el Poder Ejecutivo, donde están involucrados concretamente el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), siendo la unidad ejecutora ANII. Se van a invertir US$ 10 millones anualmente, por lo menos durante tres años.
-¿Cómo se viene trabajando hasta el momento en este programa? ¿Cuáles son las expectativas a corto y mediano plazo?
-Uruguay Innovation Hub empieza este año. Todo el año pasado estuvimos trabajando en su diseño e implementación. Se conforma de cuatro grandes componentes, en primera instancia tendrá un campus de innovación, el cual se va a convertir en un hub donde se instalen aceleradoras, startups, laboratorios abiertos, un lugar de trabajo donde se concentre una parte de ese ecosistema emprendedor. Otro punto son las aceleradoras, en ese caso vamos a hacer un llamado abierto a aceleradoras internacionales para que se instalen en el país, procurando que trabajen en ese campus de innovación. El tercer elemento al que se va a apostar es un fondo de fondos. Lo que vamos a hacer es un llamado abierto a fondos de inversión de riesgo para startups, donde el Estado uruguayo pone parte de la plata y un fondo de inversión pone el doble. El cuarto componente son los laboratorios abiertos, entre ellos, va a haber un laboratorio de Microsoft enfocado en inteligencia artificial e internet de las cosas y uno denominado Open Digital Lab, el cual es un consorcio entre el LATU, Antel, ANII, MIEM, CUTI y UTE.
-Volviendo al tema de la economía del conocimiento, el Dr. Ricardo Pascale desde hace largo tiempo viene insistiendo en la necesidad que tiene el país de entrar en ella, para lo cual, según ha explicado, sería fundamental mejorar la inversión en ciencia, tecnología e innovación. Esto va bastante en línea con lo que usted dice y con los objetivos de estos nuevos procesos que se están iniciando, pero ¿dónde estamos hoy en relación al desafío de crear una economía del conocimiento? ¿Lo ve viable? ¿Estos cambios e iniciativas que se están dando en ANII son el inicio?
-Lo que te describí del Uruguay Innovation Hub es lo que llamamos el primer horizonte. Apostamos a crear un ecosistema que atraiga a empresas más grandes, empresas tecnológicas de nivel mundial que vean ese ecosistema dinámico y esa capacidad de innovación que tiene el país. Eso genera un círculo virtuoso, startups interactuando con grandes corporaciones que generalmente las pueden comprar o hacerlos clientes. En dónde estamos es otra pregunta muy buena, Uruguay hasta ahora ha desarrollado grandes capacidades en lo que es la investigación y ha desarrollado un ecosistema emprendedor que ha tenido cierto dinamismo y ha dado algunos resultados muy destacados. Tenemos PedidosYa, el primer unicornio uruguayo, también tenemos a dLocal que es un unicornio 100% nativo, quiere decir que hay un ecosistema que se está moviendo.
-¿Cuáles son las características que tiene hoy Uruguay que lo hacen un lugar propicio para el desarrollo de un ecosistema de economía del conocimiento?
-Hay recursos humanos, los cuales han sido promovidos por una política de Estado que viene de hace décadas y décadas haciendo foco en formar buenos profesionales e investigadores. A su vez, tenemos una coyuntura internacional propicia, con una región que lamentablemente está convulsionada por temas políticos, y donde en ese contexto Uruguay brilla como un lugar donde se respetan las leyes, hay democracia plena, cambia el gobierno y no cambian las reglas. Por último, también hay una cosa que no se conoce mucho fuera de los ámbitos empresariales, y tiene que ver con que la circulación de fondos es libre. Uruguay es una economía muy abierta y con una facilidad para hacer negocios muy buena, sin ninguna sorpresa en el manejo del tipo de cambio. Por todo eso podemos decir que Uruguay es un lugar atractivo para invertir, ya sea para una multinacional o para una startup.
-Entonces, ¿estamos prontos para iniciar el camino hacia una economía del conocimiento?
-Es el momento ideal para hacer esa inflexión de la que habla Pascale y apostar todo lo que podamos, acelerar ese camino hacia la economía del conocimiento. Va a haber quien diga que es poco, va a haber quien diga que es mucho, pero es lo que se puede hacer. Hay otra cosa importantísima que también menciona Pascale en su libro (“Del freno al impulso”), se trata de que la iniciativa de generar una economía del conocimiento no puede ser una iniciativa del gobierno, tiene que involucrarse el ecosistema. Se trata de tener al gobierno aportando una parte de los fondos, pero a su vez, involucrando a inversores privados que van a aportar otra parte importante de ellos. Con Uruguay Innovation Hub estamos hablando grosso modo de una inversión de US$ 30 millones de parte del gobierno, en US$ 100 millones totales cuando sumás los aportes de todos las otras partes, emprendedores, inversores y laboratorios abiertos.
-Por lo que usted ha dicho hasta acá, están dadas las condiciones para que los inversores y empresas extranjeras puedan venir a establecerse en el país. Paralelamente, el gobierno está desarrollando una política exterior que busca fortalecer ciertos lazos y concretar determinados acuerdos, los cuales van en línea con una apertura al mundo. ¿Qué tan importante es esto para el desarrollo del ecosistema de la economía del conocimiento?
-Es fundamental. Para un país chico, con el tamaño de mercado que tenemos, no hay futuro y crecimiento si no se está abierto al mundo. Al Uruguay se le van a abrir mercados en la medida en que haga tratados, ya sean bilaterales o multilaterales. Es la tendencia global, si uno se fija en los números económicos, los países que se han abierto son los que más han crecido. En ese sentido, el Acuerdo Transpacífico es el que mejor está funcionando, hay estudios que muestran que los países que se han sumado a él son los que más han crecido económicamente en los últimos años. Yendo a un ejemplo más local, estamos tratando de crear más startups en Uruguay, ya sean nativas de Uruguay o de un país vecino. En ese caso, es fundamental que sea fácil para ellas poder exportar sus servicios o sus productos. Poder tener facilidades para el comercio internacional es parte del combo para convertirnos en una economía del conocimiento y poder llevar nuestro conocimiento a todo el mundo. Acá es clave el concepto de sentido de urgencia, así como hay un ecosistema que tenemos y estamos fortaleciendo con el Uruguay Innovation Hub, dentro del mismo sentido de urgencia el presidente y el país insisten en la apertura. No podemos esperar 30 años más para firmar el acuerdo con la Unión Europea o para empezar a acercarnos al Transpacífico, tiene que ser ya.
El capital humano del futuro
-Más allá de los programas y la inversión, se encuentra el capital humano. ¿Cómo evalúa el nivel de los investigadores uruguayos? ¿Hay falta de especialistas en algunas de las nuevas áreas que han surgido?
-Más que flaquezas, hay situaciones disímiles, por ejemplo, en las tres áreas de foco a las que apuntamos con Uruguay Innovation Hub. En tecnologías de la información tenemos muy buen capital humano, pero la demanda nacional y global de gente calificada parece no tener límite superior. Entonces, a pesar de que tenemos buenos recursos, al país se le exige un esfuerzo para empezar a formar más gente. En biotecnología tenemos una situación un poco mejor a nivel de recursos humanos. El país ha venido formando biólogos, agrónomos, veterinarios, y hay una gran capacidad de investigación. Pero esa gente todavía no se ha volcado en masa a crear startups o a trabajar directamente en eso. Cuando estén estos nuevos fondos disponibles, creemos que se va a generar un atractivo importante para que esa parte florezca. En tecnologías verdes, por un lado, tenemos muy buenas capacidades en lo que es producción de energías renovables, cuestión que tiene que ver con lo que fue la primera etapa de la transformación energética. Pero, por otra parte, tenemos un déficit en la formación en cuestiones vinculadas al hidrógeno verde. En este sentido, Uruguay acaba de suscribir un contrato con Alemania para hacer un programa de formaciones cortas para que vayan investigadores de acá a Alemania y vengan de allá para dar formación. Son todas situaciones distintas, estamos trabajando en cada situación según lo que sucede.