A casi dos meses de su asunción, el actual ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte, expresó que el Mercosur debería realizar cambios que permitan cerrar más acuerdos. Además, hizo referencia a cómo el Covid-19 afectó las exportaciones uruguayas.
Por Romina Peraza | @romiperaza
-En sus casi dos meses de gestión, ¿qué evaluación hace del agro? ¿Cuáles son los temas a trabajar en el corto plazo?
-Desde el arranque de la gestión, las situaciones nos han determinado la agenda. Primero fue la sequía, y como consecuencia tuvimos que realizar la declaración de emergencia agropecuaria a 800.000 hectáreas a los seis días de haber asumido.
Esa declaración, a la fecha, tuvimos que ampliarla en dos oportunidades; hoy el área que alcanza la emergencia agropecuaria por sequía en Uruguay es de más de cuatro millones de hectáreas, que abarcan el sur, sureste y noreste del país.
Estamos todavía sufriendo esa sequía, eso no se ha superado y, probablemente, esos efectos se proyecten al invierno. Es un tema que lo venimos trabajando, y más allá de las ayudas crediticias que el Ministerio ha implementado, hay otro tipo de herramientas que en cada lugar y de acuerdo a los recursos disponibles se van implementando.
El otro factor que nos condicionó fuertemente la agenda en estos casi dos meses de gestión fue el Covid-19. Nuestra premisa es estar atentos a que la actividad en el sector no disminuya, siempre preservando la salud de las personas. En ese sentido, tuvimos una rápida acción en el desarrollo de protocolos de prevención y de contingencia en todos los rubros del sector agropecuario. Si bien todavía no estamos conformes, porque hay algunos que aún no los hemos terminado como desearíamos, hay otros que ya se están implementando. Hasta la fecha hemos logrado que la actividad se mantenga y que no haya infectados en el sector.
Las situaciones que hemos tenido que enfrentar se suman a las preocupaciones de origen, que es en lo referido al ambiente económico que tenía el país cuando este nuevo gobierno asumió.
Independientemente de los gastos adicionales que el Covid-19 ha implicado para el nuevo gobierno, ya se tenía previsto hacer un ajuste en las cuentas del Estado. Hay un decreto que nos obliga a hacer una reducción del 15% de los gastos que cada ente público realizó en 2019.
Esto también significó un trabajo interno muy importante, que sumado a las restricciones de sanidad que pone el Covid-19, hizo que hayamos tenido que reinventar al Ministerio para poder seguir brindando los servicios básicos que el mismo brinda.
En conclusión, todavía no hemos podido instrumentar, en la medida que teníamos pensado, los planes que traíamos desde afuera. El otro tema que se nos sumó es el tratamiento de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
-Hizo alusión al tema de la sequía… ¿Los productores están invirtiendo en sistemas de riego o ahí hay un debe respecto al tema?
-El riego es algo que hay que pensar cuando sobra el agua y no cuando falta. Uruguay ha hecho esfuerzos en los últimos tiempos para ir encarando este desafío que es muy importante para el país.
Una vez que volvamos a la normalidad, insistiremos, actualizando y dándole fuerzas a todos los programas que se están impulsando en el Ministerio desde hace un tiempo.
-Realizó una gira por el Interior del país en las últimas semanas. ¿Con qué se encontró en el Uruguay profundo?
-Fuimos con dos objetivos muy claros. Estuvimos en el Puerto de Nueva Palmira, para chequear que todos los protocolos para la prevención contra el Covid-19 estuvieran andando y poder salvaguardar la salud de la gente que está trabajando allá. Nos encontramos con todas las medidas tomadas. Vimos una actividad muy intensa en el puerto, había cuatro barcos cargados, y entre 300 y 400 camiones en tránsito trabajando en la cosecha de soja, que está desarrollándose a pleno.
Cuando realizamos la visita, los productores estimaban que iba un 30% de la cosecha total de soja, con rendimientos que eran menores a los esperados y por eso había un poco de desazón. De todas maneras, estiman que las cuentas se van a poder pagar.
Nos volvimos satisfechos, impresionados por lo que significa la soja para el Uruguay de hoy.
A su vez, vimos cómo marchaba la cosecha de arroz, que está mucho más avanzada que la de la soja, no terminando, pero llegando a las etapas finales. En comparación, la cosecha del arroz tiene una realidad muy distinta porque los rendimientos son muy buenos. La expectativa respecto al mercado internacional es grande, dado que hay una avidez muy importante de arroz en el mundo, cosa que no se vivía desde hace muchísimo tiempo.
Por otro lado, nos llevamos una grata sorpresa con experiencias que vienen de los productores del este del país en la modalidad de alternar arroz con soja, en lo que los brasileños llaman rotación “ping pong”. La verdad es que nos dejó muy impresionados. Durante este proceso se hace una reducción de herbicidas, por control cruzado entre ambos cultivos, y con rendimientos muy aceptables.
Nos encontramos que el sector sigue pujante, y que las cosechas se van dando con normalidad.
-¿A qué desafíos se enfrentan los diversos sectores del agro por el Covid-19? ¿Le preocupa lo que pueda suceder si el virus tiene lugar en frigoríficos o en plantas lácteas, por ejemplo?
-Sumamente, los problemas que está provocando el Covid-19 hasta ahora no son hacia la interna del país en lo referido al agro. Se han dado en nuestros mercados y, principalmente, en la carne vacuna, a través de los coletazos que produjo, primero en el mercado de China, y después en la Unión Europea (UE).
Eso ha provocado una merma en las exportaciones de este producto del orden del 30% en comparación con el mismo periodo del año pasado, y también una rebaja en los precios que vendemos. Probablemente fue menos la rebaja en el precio que en las toneladas exportadas.
A su vez, ha habido una rebaja en los precios de ganado gordo, que se viene dando desde hace tres meses.
Igualmente, cabe destacar que a nivel de mercados y de efectos, los productores ganaderos del país siguen apostando a la ganadería muy fuertemente. Esto se refleja en lo que han sido las ventas de ganado de reposición, sobre todo a través de las pantallas, donde no se ha visto una baja de los precios.
El otro sector que ha impactado negativamente en los mercados internacionales es el de la leche, con dificultades y bajas de precios, sobre todo en la colocación de leche en polvo. Obviamente, porque hay clientes de Uruguay, tipo restaurantes y hoteles, que han dejado de consumir por el Covid-19.
Ha sido, y es nuestro desvelo, que el Covid-19 no entre a los frigoríficos o a las empresas lácteas. Por eso los protocolos, las reuniones que se mantuvieron con los sindicatos y las industrias, tratando que todas las medidas de prevención estén tomadas.
Se pidió que no haya población de riesgo en las plantas. Que en la prevención se considere no solo la actividad interna de las plantas, sino cómo llegan, como se distribuyen en los vestuarios y en los comedores. Es nuestro desafío tenerlo controlado y aparte.
-Que el Coronavirus esté golpeando sectores del agro en otros países, ¿puede ser una oportunidad comercial para Uruguay con miras a la exportación?
-Uruguay vive de exportar, entonces todo lo que signifique poder colocar nuestros productos puede ser una oportunidad. Uruguay estaba preparado para la cuota 481 y la cuota Hilton, que son cortes de alta calidad, que no pudieron alcanzar su destino.
Actualmente, algunos están en cámaras de Europa y otros en cámaras de Uruguay. Otro tema son los animales que se habían comprado con ese fin y hoy hay que redireccionarlos hacia otros destinos. Hay que estar atentos a donde surjan las oportunidades.
-En las últimas horas lamentó la decisión de Argentina de retirarse de las negociaciones de los acuerdos comerciales del Mercosur. ¿En qué posición deja esta decisión a Uruguay?
-Lo lamento porque es un momento en el cual el Mercosur debería avanzar en la unión. Esta región del mundo está llamada a ser muy importante para abastecer de alimentos a una humanidad en crecimiento. Por eso, en cuanto hagamos cosas más unidos será mejor para la región.Que no tengamos la oportunidad de seguir trabajando juntos no es una ayuda en ese sentido.
Hay cosas para avanzar en el comercio, no solo del Mercosur sino de América, porque hay barreras técnicas y arancelarias que merecen ser tenidas en cuenta. Los países de América comercializan menos entre sí de lo que pueden hacerlo.
-¿El Mercosur es una limitante para la apertura de Uruguay hacia el mundo?
-Ha habido dificultades impuestas por el Mercosur para que se desarrollen acuerdos con otros mercados. El desafío que tenemos es tratar de adaptar el Mercosur para no impedir esas posibilidades. Para Uruguay es particularmente importante. No estamos en contra del bloque, pero necesitamos otro Mercosur.
Necesitamos un Mercosur que nos permita trabajar en conjunto para tratar las ventajas que tiene la región, pero, a la misma vez, que no limite, más a un país tan chico como Uruguay que vive de las exportaciones.
Actualmente, Uruguay gasta US$ 300 millones por año para poder ingresar a vender sus productos en diversos mercados. Estos costos se pueden subsanar con acuerdos comerciales que el Mercosur no debería impedir.
-¿Se está en la búsqueda de nuevos mercados?
-Constantemente. Creo que estamos en la puerta de un escenario distinto al que estábamos viviendo en los últimos tiempos. El mercado que hoy tenemos más accesible en lo que se refiere a carne vacuna es China; y está previsto que haya un rebote en la demanda para la segunda mitad del año.
Países del sureste asiático y Estados Unidos pueden brindarnos oportunidades que no debemos descuidar. Además, se está en diálogo con Israel para tratar de colocar cortes que estaban destinados a la UE que finalmente no fueron.
Un cambio de tendencia
-En cuanto al arroz, si bien hubo una muy buena cosecha, con buen rendimiento por hectárea, el área plantada disminuyó. ¿Qué lectura hace de esa realidad? ¿Compensa el rendimiento con la menor área cosechada?
-Para el país no, pero para los números individuales de cada productor sí. Es un cambio de tendencia, que hay que darlo en el marco de que tenemos una devaluación del peso importante, una recuperación en el valor del dólar, que mejora la capacidad de intercambio del arroz en lo interno, además de un combustible más competitivo en términos de intercambio, en kilos de arroz.
Me atrevo a decir que se obtendrán los mejores resultados de los últimos años.