Carlos Mazal es consultor en materias como innovación, propiedad intelectual y gobernanza. Fue director de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) de la región y actualmente es miembro de la Academia Nacional de Economía. CRÓNICAS entrevistó al experto en el estado de la geopolítica actual, tanto a nivel regional como global; la situación comercial de Uruguay y el Mercosur; y la reciente aprobación con una reserva del PCT (Tratado de Cooperación en materia de Patentes) por parte de la Cámara de Diputados.
Por: Oscar Cestau y Sofía Dri
¿Qué evaluación hace del estado actual de la geopolítica a nivel mundial?
Yo creo que ningún tema se puede tocar sin ver el contexto. El de hoy es un mundo difícil. Hay conflictos en Rusia y Ucrania, e Israel ahora en Medio Oriente. Tenemos también a Estados Unidos totalmente dividido: los demócratas no están muy seguros de si apoyan a Biden por cuestiones de salud, y los republicanos le tienen más miedo a Trump que a otra cosa. Los líderes del mundo libre, como se hacen llamar, no han participado ni siquiera en esta reunión que hubo en Europa por el tema de Irán y el enriquecimiento de uranio. Irán, de conseguir una bomba atómica, cambia todo el panorama de Medio Oriente. El tema del calentamiento global requiere mucho dinero, la OTAN está gastando un 2% del presupuesto para defensa. Transitamos por un mundo difícil, como nunca me ha tocado ver. Estamos en una globalización sin liderazgo. No hay un líder… Ni el Papa, ni el Secretario General de las Naciones Unidas, nadie que diga: vamos a tener una conferencia de paz.
¿Y Uruguay cómo se para en este mundo?
Aunque suene feo decirlo, esto representa una oportunidad para Uruguay. ¿Hasta cuándo fue que vivimos bien? Hasta que terminó la guerra de Corea más o menos. Somos la decimosegunda democracia en el mundo, y eso no es un precio intangible, vale mucho. Es un modelo exportable, porque es una democracia que crece y está mejorando. Y con el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT) y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (CPTPP) podría irnos muy bien. Con el CPTPP por ejemplo, de repente Japón no te quiere comprar más carne, pero vas a Vietnam, que son 90 millones de personas, o vas a Brunei, o a Malasia, y podés encontrar negocios dentro del marco del tratado, o bilateralmente. Y tener 12 países para comerciar es una gran ventaja. Yo lo que estoy tratando de convencerlos es de que necesitan países chicos. Porque somos países no hegemónicos, no representamos una amenaza, tenemos un historial de comercio, y servimos para presidir comités, para moderar reuniones. Uruguay es impecable en ese sentido. No podés poner a países como Brasil, por ejemplo, a presidir ningún comité. Por eso quieren países como Costa Rica y Uruguay. Y Uruguay se beneficiaría por su imagen.
Recientemente la Cámara de Diputados aprobó la adhesión al PCT, aunque con una reserva propuesta por Cabildo Abierto. ¿Qué opina de esta decisión?
Creo que esta reserva significa retrasar un proceso de 30 años, y no me parece bien celebrarlo como un éxito cuando ahora nos quedamos solos en el mundo. Esto va a hacer que tome más tiempo. Esta reserva surge por la insistencia y la presión de los laboratorios nacionales. Resta entender por qué un sector del país tiene la posibilidad de torcer la mano de una decisión lógica y necesaria, dejando fuera a Uruguay. Como dijo Didier Opertti una vez que le mostré el mapa de los países que eran miembro y los que no: “mapa mata relato”. Estamos con Seychelles, con las Maldivas, con Burundi. Esta ruta nos aleja más del CPTPP. Quizás no se entienda que, independientemente de lo que digan las reglas del CPTPP, el quedar ahora Uruguay como único país con una reserva en el mundo con respecto al PCT nos deja con una mala imagen. Aun así, confío que en algún momento podamos proceder.
¿Qué observaciones hace del conflicto en Medio Oriente?
De momento parece que en el Levante no quieren dos estados viviendo de manera conjunta. Netanyahu para mí se tendría que haber ido antes, porque estaba menoscabando la democracia israelí, que para ellos es muy importante. Ni bien se pueda, yo creo que se tiene que ir. La situación es difícil, y Estados Unidos está dudando en cómo ayudar a Israel, a pesar de que Israel es muy importante en la zona. Biden no es el líder que precisa Estados Unidos en este momento, porque no está capacitado físicamente. Por otro lado, Arabia Saudita se lleva mal con Irán, entonces querían un acuerdo de paz con Israel, pero ahora se complicó. Porque había un rayito de luz donde la gente empezaba a pensar que la cosa mejoraba, pero a Irán no le gustó, entonces sus peones, que son Hamás y Hezbollah, no permitieron que mejorara.
¿Qué piensa del TLC con China?
Yo nunca estaría a favor de un TLC con China, porque los conozco bien. Somos una cuña perfecta, desde el punto de vista político y estratégico, metido entre dos grandes países, por todo lo que es el Atlántico suroeste, donde no hay ningún tipo de manejo pesquero, y ellos quieren un puerto para poder meterse. Tienen 90 puertos en 56 países. Es expansionismo marítimo. Y a Uruguay lo ven como una ficha débil. Lo que hacen con los países chicos es lo que hicieron en Ecuador, por ejemplo. En Ecuador hicieron una represa de 3.000 millones de dólares. Hoy funciona al 15%, porque hay 8.000 filtraciones pequeñas de agua. Pero vos les quedás debiendo. Entonces, ¿por qué no les seguimos vendiendo un 30, 35%? Si vos les vendés 60%, la dependencia es tremenda. Somos del tamaño de un barrio de Shanghai. Además Brasil no va a permitir un TLC con Uruguay. No creo que China se atreva a desafiar a Brasil por Uruguay.
¿Qué opina del acuerdo Unión Europea-Mercosur?
Yo creo que no está totalmente muerto, a pesar de lo que digan. El tema ambiental es lo que aparentemente estaría bloqueando, pero después ves a Macron, y que no hay bosques en Europa porque ellos los deshicieron. Macron hoy, sin Merkel y sin el Reino Unido, todos los días cambia de opinión. Algunos dicen que está muerto. Yo creo que todavía España y otros países siguen interesados, tienen casi 18 mil millones de dólares en inversiones en América Latina. Pero no sé si puede España sola, sin Francia. Además no sé cuál sería el gran beneficio para Uruguay, no sé si seríamos los que ganaríamos más, y no sé si vale la pena negociar 20 años más. Sí me gusta la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) por ejemplo. También es bueno buscar en la región, hay TLC entre Chile y Perú, Colombia y Brasil, por ejemplo.
¿Qué evaluación hace usted de lo hecho por el gobierno en materia de comercio internacional en lo que va de esta administración?
Todavía no terminó, así que todavía no hago una evaluación. Yo todavía tengo esperanzas, y le creo al presidente, pero no sé si él está en este momento concentrado en esto o en el 2029. Yo viajo seguido a Japón, tengo una relación con el Ministerio de Agricultura, Forestal y Pesca japonés, porque la pesca es mi rubro. Cuando voy a Japón negocio, porque conviene primero tener un contacto informal antes de ir un paso más allá. Y al presidente también le sirve, porque si él llama a su gente, le van a decir lo que quiere escuchar. La realidad es que no se ha cumplido en mandar un informe de dos hojas que ellos nos pidieron sobre cómo Uruguay contribuiría al CPTPP. No sé por qué no se manda, si ya está escrito.
¿Cómo califica al tejido empresarial uruguayo?
En Uruguay, en el fondo, todos somos un poco batllistas, pero creo que tenemos que hacer un poco como en Perú… El empresario se tiene que volver un poco más agresivo, salir sin necesidad de que el Estado te dé todo. Ese es un cambio de mentalidad que en Uruguay no se ha podido lograr.
¿Hacia dónde debería ir el país?
Si querés saber hacia dónde va la innovación en el mundo tenés que fijarte en las bases de datos de patentes. Primero fue medio ambiente, ahora es digitalización. De repente no es el mundo que le gusta a Uruguay, pero hay que adaptarse. Hay que formar gente que vaya en esa dirección, porque abogados y médicos tenemos suficientes. Hacia eso debería apuntar la universidad.
Amenazas latentes
¿Puede darse un conflicto entre China y Taiwán?
Creo que no hay que subestimar a Taiwán, porque están armados también. Es como lo que pasó con Rusia y Ucrania; cuando empezó la invasión yo pensé que duraba un par de semanas, y ya vamos casi tres años de conflicto. Japón también está doblando el presupuesto armamentístico y de defensa, porque se siente amenazado. Eso se llama disuasión.
¿Y cómo ve a Estados Unidos en este contexto?
Estados Unidos ha perdido su liderazgo a nivel mundial. Creo que el declive empezó con Obama, porque echó fuego al tema de los grupos minoritarios, generó un clima que antes no existía. Eso hizo que los seguidores de Trump, la gente blanca de menos recursos, saliera de abajo de las piedras a apoyarlo, porque les habló directamente y les dijo que estaban robándoles el país. Eso hizo reaccionar a la gente y generó tensiones raciales que no existían.