Jorge Caumont, economista y master of arts en Economía
Caumont, en entrevista con CRÓNICAS, dijo que hay atraso cambiario y un tipo de cambio real bajo, debido al nulo crecimiento de la cantidad de dinero, que ha sido “prácticamente cero” en los últimos dos años y que se traduce en una alta tasa de interés. A su vez, el economista destacó que el consumo privado subió, lo que muestra que hay una mejor situación del ingreso de la gente y un retroceso de la demanda de productos en Argentina y subrayó que, si la economía crece y la cantidad de dinero no aumenta, es porque hay una política monetaria que es “sumamente restrictiva”.
-¿Cómo evalúa la situación actual de la economía del país?
-Los últimos datos han sido buenos. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) creció 3,8% en términos interanuales, lo que era relativamente inesperado para todos, dado que se esperaba un poco menos. Para entender las razones de este crecimiento, hay que mirarlo desde el punto de vista de la demanda agregada, como también desde la respuesta de la producción. El consumo privado ha subido, lo que muestra que hay una mejor situación del ingreso de la gente y del retroceso de la demanda de productos en Argentina, donde hay una respuesta al cambio de precios relativos entre el país vecino y el nuestro. Por otro lado, está el gasto público, que en términos interanuales ha aumentado aproximadamente 4% y en términos desestacionalizados también ha subido, además de un crecimiento de las exportaciones sumamente importante, que ronda el 14%. En este contexto, las inversiones caen y la inversión pública también. Entonces, la demanda es lo que tira de la producción y la respuesta de la producción es que el agro haya crecido 22% en términos interanuales, porque hay mejores rendimientos de soja, menos sequía y una mejor situación de los frigoríficos.
-¿Este dato no puede estar explicado, en parte, por el rebote de la sequía?
-Yo no puedo decir directamente que creció la economía por el rebote de la sequía, porque hay que ver también que actualmente no hay sequía y hubo excelentes rendimientos de los cultivos de soja, hubo más venta de celulosa porque UPM empezó a funcionar normalmente, la energía eléctrica se vendió de forma muy buena al exterior y el comercio creció 4,5% al bajar la demanda en Argentina, con una incidencia en el PIB del 0,6%. Todo ha crecido, menos la industria, que se debe a que Ancap frenó su producción por la parada de la refinería. Diría que, en términos de nivel de actividad, pese a que cayeron las importaciones, el resultado ha sido muy bueno en el segundo trimestre del año y en términos interanuales, por las causas que detallé previamente. Cuando se analiza la economía, desde el punto de vista macro, se mira el nivel de actividad, el comportamiento de los precios y el sector externo de la economía. El nivel de actividad está bien, la inflación, desde el punto de vista macro, está dentro de la banda de flotación del Banco Central del Uruguay (BCU), lo que es un buen resultado, y lo que se estima que ocurrirá en los próximos 12 meses es que se mantenga dentro de este rango. Si se mira el salario, en este contexto, se ve que el salario nominal ha subido más que la inflación y por lo tanto el salario real se ha recuperado bastante y ha pasado a ser el más alto desde siempre. Ha subido casi 4% y en el sector privado 5% el salario real y 11% el salario nominal.
-¿Cómo ve el país en materia fiscal? ¿Cree que el próximo gobierno deberá encarar un ajuste?
-En materia fiscal, creo que cualquiera sea el gobierno que venga, deberá hacer un ajuste del gasto, no de los tributos, porque el tributo generalmente disminuye el ingreso disponible de la población y, si se aumenta la presión fiscal, para que lo gaste el gobierno en vez del privado, el gasto privado tiene mucho más poder de expansión de la economía que lo que tiene el gobierno. Cuando se lo das al gobierno, ese gobierno tiene muchas ineficiencias, desde que se recauda el impuesto hasta que se gasta. Lo que se recauda siempre es bastante menos de lo que se gasta. Hay que buscar, como se dijo muchas veces, la eficiencia del gasto. La eficacia también, pero principalmente hay que apuntar a la eficiencia. ¿Se gasta de forma eficiente? Se logran los cometidos, pero, ¿se logran con la mayor eficiencia posible? ¿Es posible tener la cantidad de personas que hay trabajando en el sector público y que exigen demasiadas cosas innecesarias? Hay que tratar de ser más eficientes y, si hay que ir por el lado de bajar el gasto a través de cortes y demás, sin afectar lo que se busca, adelante. La política fiscal es una de las políticas que se usan para corregir problemas macroeconómicos, como la inflación, la retroactividad y demás, y si se sube la presión impositiva y si se sube el gasto público, habrá problemas.
-¿Cómo ve la discusión por el valor actual del dólar, que ha tenido al sector agroexportador preocupado a lo largo de este último tiempo, producto de la política monetaria implementada por este gobierno?
-La tasa de interés del BCU es muy alta. Esto ha llevado, en los últimos cuatro años, a que haya una caída del tipo de cambio real, según como se mida, del orden del 25% al 30%. Ahora se está corrigiendo naturalmente, que no sé si es porque en el último año el dólar, en términos reales, no cayó y apenas subió, pero desde julio del año pasado ha subido más que la inflación. En esto me parece que hay algo de las elecciones o algo del plebiscito de seguridad social que impulsa el PIT-CNT. La cantidad de dinero en Uruguay prácticamente no ha subido en los últimos dos años. Si la economía crece y la cantidad de dinero no aumenta, es porque hay una política monetaria que es sumamente restrictiva, y si es restrictiva, mantiene tasas de interés en pesos relativamente altas, y si la tasa de interés en pesos es relativamente alta, hay una fracción para el peso ante el dólar. Esto ha llevado a que haya un stock de Letras de Regulación Monetaria que es tres veces y media mayor que la emisión de billetes y monedas en circulación. Yo creo que hay atraso cambiario y un tipo de cambio real bajo. Y la culpa la tiene el crecimiento de la cantidad de dinero, que es prácticamente cero en los últimos dos años, lo que se traduce en una alta tasa de interés que atrae al peso ante el dólar. El dólar está subiendo, para mí, por este motivo.
-¿Y qué pasa con esto que menciona si se aprueba el plebiscito del PIT-CNT?
-Al respecto de este tema, además de lo que se dice sobre el derecho de la propiedad de la gente, las reglas de juego claras y la confianza, está el apartado macroeconómico. Si sale aprobada la reforma, el lunes siguiente habrá una corrida contra el BCU de los US$ 9.000 millones de Letras de Regulación Monetaria al finalizar el mes de julio, con vencimientos parciales diarios durante un año, además del aumento de las tasas de interés. A raíz de esto, se multiplicaría la emisión de dinero en circulación, por lo que la cantidad de dinero empezará a subir y el inversor que se hizo del dinero y no tiene más letras, va a comprar dólares. Y ahí es donde empieza la catástrofe, porque todos los días vence mucho dinero en Letras de Regulación Monetaria, y si esto ocurre, el precio del dólar subirá considerablemente. El tema macroeconómico en este apartado es fundamental, porque no solo se necesitará plata para pagar las jubilaciones, se van a necesitar US$ 9.000 millones, que hoy estamos hablando de un déficit de US$ 4.000 millones, que es el 4% del PIB.
“Habrá que hacer una política monetaria menos contractiva que la actual”
-Hoy el déficit ronda en el entorno del 4,3% del PIB y, de cara a marzo de 2025, las proyecciones marcan que estará cerca del 4%. Dado que el próximo gobierno deberá asumir un compromiso de gasto con la pobreza infantil y demás temas centrales, ¿por dónde se recorta el gasto público, teniendo en cuenta este margen acotado que le menciono?
-En primer lugar, hay que diferenciar el déficit del gobierno central y del BPS, y lo que es el déficit agregado a eso, que es el del BCU. Lo que se puede atacar es el déficit del BCU y el del gobierno central. El déficit del BPS es complicado, porque hay muchas restricciones como los ajustes de las jubilaciones y pensiones de acuerdo con el aumento de los salarios, que este año subieron, entonces, es un panorama distinto y complejo. Por el lado del BCU, el déficit lo provoca el stock de Letras de Regulación Monetaria, que habrá que hacer una política monetaria relativamente menos contractiva que la actual, que venía afectando significativamente al tipo de cambio, que ahora lo sigue afectando, pero menos. Luego, está el déficit del gobierno central. Yo no soy político ni tengo los números. Yo miro las cosas desde un punto de vista macroeconómico, sin saber cuánto se gasta en cada cosa.