Charles Carrera, senador del MPP – Frente Amplio
El balance que hace el legislador frenteamplista sobre el primer año de gestión de la coalición multicolor es negativo. En un contexto de crisis social y económica como la actual, considera que el gobierno debió haber invertido más para apoyar a quienes ser vieron afectados por la pandemia. Además, asegura que las autoridades se niegan a escuchar a la oposición. Por otro lado, lamenta la “derrota dura” que sufrió la fuerza política que integra, que ahora tiene el desafío de reestructurarse.
El menú En la cava de Panini’s, el parlamentario degustó gravlax de salmón y de plato principal optó por risotto de salmón marinado, zanahoria, zest de naranja y finas hierbas, menú que acompañó con agua mineral. Más tarde, bebió café.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cómo analiza este primer año de gobierno de la coalición multicolor?
-El balance general, para la sociedad en su conjunto, es malo, es decir, por la inacción del gobierno estamos teniendo algunas dificultades. Hay 140.000 pobres, se perdieron 60.000 puestos de trabajo, cerraron miles de empresas y hubo muchos recortes en las políticas públicas.
Luego de las elecciones de noviembre, donde el presidente Lacalle ganó por pocos votos, yo pensé que se iba a proponer otra lógica de gobierno, que no iba a existir tanta confrontación, que se iba a poner en una posición de diálogo nacional, sobre todo, con la llegada de la pandemia.
Sin embargo, fueron por el camino de seguir con la ejecución de su plan, que había sido elaborado en otro Uruguay, en otro contexto. Me refiero a su plan de austeridad, pero también el de imponer muchos cambios a través de una ley de urgente consideración (LUC).
-¿En qué sentido considera que ha existido confrontación?
-Se ve constantemente a través de referentes, del propio presidente, que no se va por el camino de dialogar, de escuchar a la oposición. El Frente Amplio (FA) tuvo otra actitud, de una oposición franca. Nosotros le tendimos la mano en el primer año de gobierno. Primero, muchas de las leyes que propusieron relacionadas a la emergencia sanitaria las acompañamos en forma inmediata, y después hicimos propuestas y no tuvimos respuestas. En líneas generales, ha sido un año muy complejo, que deja un tendal de problemas.
-¿Cómo evalúa la gestión desde el punto de vista sanitario?
-Se tomaron algunas medidas al principio que fueron bien valoradas por el FA, como la creación del GACH (Grupo Asesor Científico Honorario). También es cierto que ya existía una infraestructura muy importante a nivel de la salud en Uruguay.
Pero desde el punto de vista social y económico hay muchos debes y la inacción del gobierno nos está hipotecando el futuro. En los recortes de las políticas públicas hay perjuicios. Por ejemplo, el año pasado no se ejecutaron 700 millones de pesos en el INAU y se ejecutó un 50% de las inversiones. Eso implica menos prestaciones para niñas, niños y adolescentes.
Se hicieron muchos recortes en materia de salud. Hoy tenemos denuncias de que no hay medicamentos en los hospitales y eso es porque se bajó el presupuesto. En innovación y en ciencia pasó lo mismo. ¿Por qué la Universidad pudo apoyar la lucha contra la pandemia? Porque existió inversión, pero se empezó a recortar y eso trae perjuicios.
Para mí es vergonzoso que seamos uno de los países que menos ha invertido para atender la problemática de la pandemia. En esa materia Uruguay invirtió 1,3% del PIB, mientras que otros países han invertido mucho más para sostener a las familias, a los trabajadores, a los pequeños empresarios.
No hay medidas para atender el problema del sector turístico. Nosotros vamos a salir de esta situación y vamos a necesitar de los ingresos del turismo, pero ¿qué infraestructura vamos a tener para atender a los visitantes y darles un buen servicio? El gobierno no invirtió, no apoyó, y eso se siente con los problemas que está dejando.
-El gobierno argumenta que encontró una economía con escaso margen para incrementar el gasto.
-La ministra de Economía parece una tesorera a la que únicamente le preocupa recaudar y no invertir. No hay un plan de desarrollo, porque de lo único que hablan es de la herencia del FA, lo único que hacen es criticar al FA, pero ellos presentaron un programa de gobierno y ha habido muchos incumplimientos.
Se decía que se iba a mantener la capacidad salarial de los trabajadores uruguayos, que no se iban a imponer nuevos impuestos, que no se iban a aumentar las tarifas por encima de la inflación, que no íbamos a perder políticas sociales, y eso se incumplió.
Nosotros perdimos la elección y a mí me duele tener otro rol, porque si el FA estuviera en el gobierno haría las cosas de manera bien diferente y no tendríamos esta tragedia social, que va a empeorar.
Yo quiero más educación, más descentralización, más ciencia y tecnología, más viviendas. Eso es lo que estaba atrás del déficit. Y estábamos preocupados por la situación fiscal, claramente, por eso teníamos una estrategia de desarrollo internacional, estudiábamos nuevos mercados y buscamos esta inversión de UPM, que es la única obra pública que está funcionando hoy.
-¿Qué opina acerca del discurso del presidente Lacalle del pasado martes?
-Ni en la exposición del equipo económico ni en la del presidente de la República se visualiza una agenda de desarrollo. No se identifican claras políticas públicas de reactivación, no se visualizan medidas contracíclicas. El centro de la gestión económica se ubica en la reducción del déficit fiscal, incluso en plena crisis.
-¿Cómo ha sido la relación con el oficialismo? El diputado nacionalista Martín Lema dijo a CRÓNICAS que “en el FA nadie lidera y hay una actitud de crítica permanente”.
-No es así, se ve que no ha visto cuál ha sido la actitud del FA. Cuando llegó la pandemia le dimos confianza al gobierno en las medidas que se tenían que tomar y acompañamos algunas resoluciones, como el Fondo Covid y un conjunto de leyes que se votaron en forma inmediata en el Parlamento.
No hay diálogo por parte del Poder Ejecutivo con la oposición, cuando representamos a la otra mitad del país. Hay un relacionamiento en el Parlamento, pero hay mucha carencia de información.
Nos hemos opuesto a varios artículos de la LUC y del Presupuesto porque no compartimos la política que están desarrollando. A mí me gustaría que Lema se dedicara a apoyar a su gobierno; que se dediquen a gobernar y se olviden del FA. Y sobre los liderazgos, estamos en una etapa donde están apareciendo nuevos líderes, pero ese es un tema del FA.
-¿Cómo se está transitando el proceso de renovación?
-Se está dando esa renovación, hay compañeros viejos que les están pasando la posta a los más jóvenes. En nuestro caso, tenemos a Yamandú (Orsi), que tiene una llegada impresionante y una gran capacidad de diálogo y de escucha. Está Pacha (Alejandro Sánchez), que es un compañero más joven y es uno de los líderes de nuestro espacio. Después, en los otros sectores aparecen compañeros: el Boca (Óscar Andrade), Mario Bergara, Carolina Cosse.
Lo que tenemos que hacer es acomodarnos, reestructurarnos, ver lo que hicimos mal, que es ese proceso que se está dando de autocrítica. Nosotros tuvimos una derrota dura, nos dolió muchísimo porque creíamos que había cosas para mejorar, para hacer diferente, pero hicimos muchas cosas buenas.
-¿Cuáles son los desafíos de la fuerza política a futuro?
-Primero, transitar ese proceso. Luego vamos a elegir autoridades nuevas y a partir de ahí tenemos que tener una comisión de relacionamiento fuerte para salir a discutir, a escuchar, a dialogar.
Tenemos que elaborar un programa alternativo, hablar de futuro, de qué es lo que nos proponemos para volver, cuando volvamos. Yo estoy seguro de que vamos a volver a ser gobierno y vamos a pelear muchísimo para reconstruir el Uruguay.
Hoy estamos en este proceso de discusión interna y hay que darle conducción. Nosotros luchamos contra la dictadura, nos quisieron destruir, y ahora nos quieren destruir, hay algo armado constantemente para pegarle al FA.
-¿De parte de quién?
-De parte del gobierno, del oficialismo, nos critican constantemente, dicen que no somos constructivos, que no hacemos aportes, y eso no es así. El FA ha hecho una serie de propuestas desde marzo del año pasado. Pedimos ámbitos de diálogo para poder dialogar con las autoridades, con el GACH, y tener información de primera mano para poder ayudar. Estamos contentos con la llegada de las vacunas, nos vamos a vacunar y vamos a salir a pedir que se vacunen todos para lograr la inmunidad comunitaria, pero para eso tenemos que tener información.
-¿Cuáles son los elementos que usted identifica por los cuales, luego de 15 años de gobierno, la gente eligió otra opción?
-En algún momento, el FA como fuerza política y también desde el gobierno perdió el diálogo con todos los sectores de la sociedad, organizaciones sociales, sindicales, empresariales. En vez de hablar directamente con la gente, dialogábamos con organizaciones de vecinos, con representantes, pero no en el territorio. Ese fue uno de los problemas.
A mí me pasó una cosa rarísima el año pasado. Nosotros presentamos un proyecto sobre los comercios de cercanía para apoyar a los pequeños comercios, a las pymes, a los productores. Fuimos con Lucía (Topolansky) a presentarlo a la Cámara de Industrias. Cuando llegué a la puerta le dije: “Lucía, vos sabés que yo nunca entré acá”. Yo del 2010 al 2017 fui director general del Ministerio del Interior y del 2017 al 2020 senador, y recién entré a la Cámara de Industrias en setiembre del año pasado, eso no está bien. Entonces, en algún un momento perdimos esa conexión. La izquierda siempre se caracterizó por conversar mucho y hay que volver a esas raíces.
-¿Cómo recibió la Cámara ese proyecto?
-Ellos nos hicieron aportes y quieren trabajar para que salga, porque es necesario. En la crisis que tenemos hoy hay un problema de concentración que está dañando a la pequeña industria, a los pequeños comercios. Es muy bueno que ellos defiendan esa iniciativa.
-¿En qué otros proyectos está trabajando?
-Nosotros trabajamos mucho en colectivo. En estos días presentamos 21 medidas legislativas en apoyo a las familias, en el marco de la pandemia, pero también de la pospandemia, porque hay que buscar medidas para ayudar a las familias que están en situaciones complejas, así como a las pymes.
“Hay un efecto de la pandemia sobre el delito que las autoridades no reconocen”
-¿Qué valoración hace sobre la gestión de este año en materia de seguridad?
-Es muy difícil analizar la gestión en un año de gobierno. Los cambios en seguridad en la LUC le sacan garantías a la enorme mayoría de nuestros habitantes. Hay situaciones de violencia que muchas veces vemos que no están buenas.
-¿A qué se refiere?
-A que se promueve un sistema de no rendición de cuentas de la policía. Nosotros vemos muchas situaciones de violencia que se están investigando y eso nos preocupa, como lo que pasó el otro día en Malvín, con un enfrentamiento entre un policía y los habitantes, y la utilización de un arma no letal no conforme a la Ley de Procedimiento Policial donde una persona cayó en una cañada y la policía se retiró sin dar asistencia.
Yo soy un defensor de la policía, que es una institución central en el Estado de Derecho, en la vida democrática, y es necesaria porque lamentablemente hay personas que no respetan el derecho del otro. Yo estoy a favor del combate contra la delincuencia, pero ahora estoy viendo situaciones de enfrentamiento con la sociedad civil y eso me preocupa.
Por otro lado, hay un efecto de la pandemia sobre el delito que las autoridades no reconocen. Es decir, en el mundo el delito disminuyó, incluso en ciudades con mucha violencia, pero el gobierno lo toma como que acá bajó gracias a su gestión. Si no hay vida nocturna a partir de la medianoche, hay poca gente circulando y eso tiene un impacto sobre la rapiña, que es un delito típicamente callejero. El hurto se da en el hogar, pero si nosotros estamos en nuestros hogares, hay un cuidado sobre nuestros bienes que también influye.