Daniel Chasquetti, politólogo e investigador del Instituto de Ciencia Política (Udelar)
Las orgánicas partidarias, de cara a las elecciones internas del próximo año, se han ido configurando y han experimentado distintos movimientos que Daniel Chasquetti abordó en esta entrevista con CRÓNICAS. El “descalce” de la figura del presidente respecto del gobierno, la posición de ventaja de Delgado sobre Raffo, la interna del Frente Amplio (FA) y los distintos escenarios que presenta la incertidumbre sobre la vuelta o no de Pedro Bordaberry, fueron los principales ejes de su oratoria.
-A pesar de haber atravesado momentos críticos, no solo en materia de opinión pública, sino también por disputas con los mismos socios de la coalición, la aprobación del presidente se mantiene en cifras que se aproximan al 50%. ¿A qué responde esto?
-Es evidente que Lacalle Pou como figura política en el ejercicio de presidente creció muchísimo. Si se mira la serie histórica, eso se entiende con mucha claridad. Antes de ser presidente tenía niveles de rechazo altos. Eso se esfumó cuando él asumió y me parece que la pandemia le brindó una oportunidad para mostrarse como líder y conductor. A mí me gustaría tener más información sobre las encuestas y poder comparar la popularidad del presidente con la del gobierno, porque sospecho que el presidente tiene más prestigio, apoyo y popularidad que el gobierno. Y ni hablar si lo comparamos con las políticas públicas, ya sea de seguridad, económicas o de empleo. Estoy seguro de que Lacalle reúne más apoyo que cada una de esas políticas, por lo que me parece que hay una suerte de descalce entre la figura del presidente y el gobierno. Las pruebas de esta hipótesis me la ofrecen las encuestas de opinión pública. Cuando veo cuál es la intención de voto de los ciudadanos, la misma encuesta (Cifra) que da un 48% de popularidad a Lacalle Pou, también muestra un 45% que está diciendo que va a votar al FA. Entonces, cuando se abre la popularidad que tiene el presidente, vemos que hay una parte importante de los frenteamplistas que valoran bien a Lacalle Pou, por lo que me parece que estamos frente a un fenómeno donde la figura se desprende de la estructura.
-¿Qué análisis hace de las internas del Partido Nacional (PN)? ¿Es previsible que se siga afianzando la diferencia a favor de Álvaro Delgado o se puede creer en la posibilidad de un escenario más competitivo con Laura Raffo?
-El PN tiene la ventaja de ser el partido del actual presidente, un líder que está al frente de una coalición. Los beneficios de haber desarrollado algunas políticas que son bien recibidas, son más altos siempre para el partido de gobierno que para los socios. El PN se está beneficiando de la presidencia actual, pero al mismo tiempo tiene la desventaja de que su máximo líder no puede aspirar a la reelección. Otro problema es que la coalición interna dentro del PN que permitió el triunfo de Lacalle Pou, hoy ya no existe. Por el lado del herrerismo está Laura Raffo, Aire Fresco tiene la candidatura de Álvaro Delgado que además tiene el plus de haber sido visto durante todo este tiempo como la mano derecha del presidente, por lo que tiene todo el derecho de reclamar su herencia. Me parece que lo que estamos presenciando en el PN es una reconfiguración de las corrientes. En conclusión, el punto de equilibrio está en tres candidatos. Me imagino a Delgado en el centro del PN, a la derecha a Laura Raffo y a la izquierda a un candidato wilsonista.
-¿Qué repercusión puede tener de cara a las internas del FA este papel que ha tomado Carolina Cosse como fuerte opositora?
-Cuando se analiza el discurso de los tres candidatos del FA, quien más practica la oposición es Carolina Cosse. Creo que aprovechó la crisis del agua para posicionarse de frente al gobierno, hizo uso de los recursos que le brinda su cargo para presentar esa oposición legítimamente, dado que ella gobierna Montevideo y es razonable que se preocupe por la vida y la salud de los montevideanos. Parecería que en cierto modo fue una estrategia exitosa porque el frenteamplista promedio está enojado con el gobierno y eso la puede ayudar a ganar la interna, pero creo que necesitamos un poco más de información, porque en este apartado entra la variable interior del país, donde parecería que Orsi tiene más proyección por ser de Canelones y porque ha hecho un trabajo de recorrer el país desde hace más tiempo.
-Dado el escenario de polarización que se viene afianzando a la interna del FA y pensando en lo que pueda suceder más cerca de las elecciones, ¿se puede esperar en algún momento una confrontación más directa entre Orsi y Cosse?
-Siempre, en este tipo de competencias, está el riesgo de dar un paso más. En el caso de Uruguay el ejemplo de esto fue la interna del PN de abril de 1999, donde Lacalle Herrera y Juan Andrés Ramírez compitieron y fue una interna durísima, con acusaciones muy pesadas de corrupción, que terminó dañando al propio partido. En ese sentido siempre está la tentación y el riesgo, pero los partidos tienen ese aprendizaje y saben que una interna salvaje, dura y confrontativa puede terminar dañando al colectivo. Entonces, me da la impresión de que en el FA se van a prender las alertas y se van a generar mecanismos antipolarización. Es cierto que, en toda competencia, el dilema que tienen todos los candidatos es diferenciarse, y para eso es necesario mostrar que uno es distinto del otro. Sin embargo, creo que el FA como estructura va a trabajar para que no se pase esa línea y veo poco probable que la competencia entre Orsi y Cosse se vuelva dura y termine por erosionar y dañar al partido.
-Dentro de las dudas generadas en torno a quiénes competirán en las internas del Partido Colorado (PC), ¿qué puede significar la vuelta a la política partidaria de Pedro Bordaberry? ¿Qué tan próxima ve hoy esa posibilidad?
-Hay dos escenarios, con Bordaberry o sin Bordaberry. El escenario con él es un escenario donde él dominaría. Hay que partir de la idea de que el PC es un partido sin liderazgos y los dos candidatos que participaron en la interna pasada, que fue una buena interna porque le permitió al partido ampliar su oferta, ya no están. Además, el PC es un partido que se movió, salió de la derecha y se posicionó más hacia el centro, y me parece que no vamos a ver algo así si entra Bordaberry. Si regresa, va a ser un candidato dominante y va a mover al partido un poco más a la derecha de lo que estaba, lo que es una amenaza para los grupos que actualmente existen. Yo creo que él tiene una lista de personas que quiere y otra lista de personas que no quiere, entonces, los que no sean bien recibidos van a organizarse, van a conseguir una alianza y van a tratar de tener una candidatura alternativa. En el caso de que Bordaberry no se presente, sería un escenario de mucha incertidumbre, porque los dos grupos actuales tienen la posibilidad de sobrevivir. El problema que tienen es que los candidatos que manejan son candidatos que no tienen reconocimiento en la opinión pública por distintas razones. A fin de cuentas, me parece que un escenario sin Pedro Bordaberry es un escenario de alto riesgo para el PC.
“Puede influir lo que pase en Argentina” sobre las elecciones en Uruguay
-Pensando en las internas, pero también mirando más allá, ¿puede influir en alguna medida el resultado de las elecciones en Argentina?
-El hecho de que los dichos de Alberto Fernández sobre el agua en Montevideo no cayeran bien en la población es una prueba de que lo que ocurre en Argentina impacta en Uruguay, sobre todo cuando el ciudadano común puede hacer vínculos entre lo uruguayo y lo argentino, algo que viene siendo abonado desde hace tiempo, con los partidos tradicionales argumentando que el FA es igual al peronismo y el FA diciendo que los partidos tradicionales son iguales a Macri. Estos relatos ayudan al ciudadano común a hacer asociaciones, entonces, puede influir lo que pase en Argentina. Sobre lo que no tengo dudas es que un triunfo de la oposición en Argentina va a ser tomado por los partidos que gobiernan Uruguay como un ejemplo de hacia dónde no hay que ir, y eso es exactamente igual que en la elección pasada en Uruguay, porque teníamos enfrente como antecedente a la elección de Macri. Pero nadie va a ganar una elección por contagio. Uruguay es relativamente inmune a los contagios.