Presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay
En diálogo con CRÓNICAS, el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, profundizó sobre la realidad de esta actividad, que sufrió fuertes embates por la pandemia y que experimenta una recuperación progresiva, a pesar de que los guarismos de esta temporada no fueron los esperados. A su vez, el ejecutivo se refirió a las incidencias del contexto internacional, adelantando que los mayores niveles de inflación generarán impactos negativos en términos del consumo privado.
Por Naara Pérez | @NaaraPérez3
-¿Cuál es el estado actual del rubro comercio y servicios en el país? ¿Qué impactos dejó la pandemia?
-Durante el cuarto trimestre del año 2021 el sector comercio y servicios registró, por segundo período consecutivo, un aumento en sus ventas globales, alcanzando en este último un crecimiento de 5,4% interanual en términos reales. Este resultado estuvo explicado por la mejora de la situación sanitaria, en virtud del extendido plan de vacunación, el cual habilitó una mayor movilidad de las personas y por lo tanto la reactivación de muchas actividades, así como la apertura de fronteras para el inicio de la temporada turística de 2022.
Sin embargo, esta recuperación presente, en particular en los últimos meses del año, no consiguió contrarrestar el descenso del primer y segundo trimestre de 2021, cerrando el año bajo un escenario de caída, la cual fue de -1,6% en las ventas reales del sector respecto al año 2020.
Al analizar las variaciones interanuales de las ventas reales por rubro, durante el cuarto trimestre el desempeño positivo fue generalizado. Volvió a destacar el sector servicios con fuertes recuperaciones. En el rubro comercio, la totalidad de las áreas también mejoraron su actividad por primera vez en los dos años de pandemia. No obstante, en el año 2021 el crecimiento no fue generalizado, influido por el escenario no tan favorable de la primera mitad del año. Aun así, el resultado es positivo, con ocho de los 15 rubros presentando incrementos en sus ventas reales en la comparación interanual, mientras en 2020 este guarismo se reducía a dos de 15.
En línea con lo anteriormente mencionado, el sector comercio y servicios logró alcanzar una senda de crecimiento en sus niveles de actividad en los últimos meses del año 2021 y principios de este, aunque se han incorporado algunos altibajos, en particular durante estos primeros meses, fruto de una temporada turística no tan optimista como así lo estimaban las proyecciones previas, y un escenario de mayores presiones inflacionarios tanto por factores locales como externos.
Estos aspectos han introducido un sesgo bajista a esta trayectoria de recuperación del sector, en especial debido al impacto de un escenario de mayores niveles inflacionarios y por lo tanto menores niveles de poder adquisitivo por parte de los hogares.
-¿Cómo ha sido hasta el momento la relación del gobierno con la cámara? ¿Qué ayudas dio este al sector para subsanar los efectos de la pandemia? ¿Fueron suficientes?
-La relación de la cámara con el gobierno es muy fluida, basada en un trato muy cordial y respetuoso, así como lo ha sido con todas las administraciones anteriores. En particular, la situación del covid-19 y su impacto en la economía del país nos exigió, en los momentos más álgidos de la pandemia, estar casi en un contacto diario.
Hoy, ya con las aguas más calmas, el contacto, si bien es constante, está principalmente focalizado en el análisis de aspectos coyunturales que impactan en el funcionamiento de las empresas, pero en particular en los problemas estructurales que la economía presenta y que se transforman en barreras para el incremento de la competitividad de las diferentes actividades económicas. Entre estas pueden mencionarse la reforma del Estado, problemas en el sistema educativo, bajos niveles de productividad, incorporación de tecnología y procesos de innovación, infraestructura, relaciones laborales, avanzar en agilizar el tejido burocrático de trámites, habilitaciones, normativa que se exige a las empresas y se transforma en una piedra en el camino para el desarrollo de los negocios en términos de tiempo y de costos.
El apoyo del Estado durante la pandemia, tanto para las empresas como para la sociedad en su conjunto, fue clave y en cierta medida determinante para que hoy el país esté bajo un escenario de relativa vuelta a la normalidad, con algunos cambios que claramente han sucedido y muchos de los cuales han venido para quedarse. Simplemente para nombrar uno de ellos, dado que ha impactado fuertemente en el sector comercio y servicios, se podría mencionar el teletrabajo, no solo porque implicó una nueva forma de organizarse para las empresas, sino que también trajo cambios en los hábitos de consumo, desde la mayor utilización del canal comercial electrónico, así como el corrimiento del consumo en relación a diferentes zonas comerciales e incluso cambios en los consumos por tipo de productos, ya sea tecnológicos como bienes de consumo frecuente.
-¿Cuáles cree que son los principales desafíos que enfrenta el sector? ¿Cuáles considera que son sus puntos fuertes?
-Uno de los principales desafíos que enfrenta hoy el rubro es lograr un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo, algo que también se presenta como desafío para la economía en general. Y en ese sentido, es clave el incremento de la productividad de las empresas, basadas en el desarrollo de procesos de producción más eficientes, con incorporación de mayor tecnología, con empleados y empresarios más capacitados. Esto permitirá crecer de forma sostenida en el tiempo generando nuevas fuentes de trabajo de mayor calidad, con mejores niveles de salarios y por lo tanto redundando en un mayor nivel de vida para toda la sociedad.
El sector comercio y servicios es intensivo en el uso de mano de obra, es decir, es una actividad que genera muchos puestos de trabajo, y al mismo tiempo, en los últimos años –y en parte también como resultado de la pandemia– ha acelerado el proceso de incorporación de tecnología. Esto le permite desarrollar actividades más eficientes, responder con servicios de mayor calidad a sus consumidores, y a su vez generar nuevas fuentes de trabajo que requieran mayores niveles de capacitación y especialización, es decir, de mayor calidad.
-¿Cómo podría impactar a esta actividad el conflicto internacional entre Rusia y Ucrania?
-En primer lugar, no se esperan grandes impactos en términos agregados sobre el comercio exterior del país debido al bajo peso relativo de Rusia y Ucrania en las exportaciones e importaciones de Uruguay.
En estos momentos, el principal efecto que está teniendo el conflicto, desde el punto de vista económico, está relacionado con el impacto en los precios internacionales de los commodities, algunos de especial relevancia para la economía uruguaya como el petróleo, fertilizantes, metales, trigo, carne, lácteos.
Por ejemplo, los exportadores de productos lácteos presentan una mayor sensibilidad a los efectos de la guerra debido a que Rusia es de los principales destinos de quesos y manteca, por lo que será necesario que el sector busque alternativas o esperar que el conflicto sea de corta duración y permita la recuperación de la demanda. Algunas operaciones de carne también se han visto afectadas. Del lado de las importaciones, los fertilizantes podrían tener un efecto negativo en los costos del agro, sumado al incremento del precio del petróleo.
En definitiva, lo que sí está claro es que Uruguay recibirá presiones sobre los precios locales en el corto plazo, lo cual redundará en mayores niveles de inflación para los próximos meses, teniendo, tal como se mencionó, impactos negativos en términos del consumo privado. Y en este sentido también será clave el rol que ejercerá el gobierno, en relación al impacto del incremento en el valor del petróleo y cómo se traslada a los precios de los combustibles a nivel local, y asimismo cómo esto podrá tensionar las cuentas fiscales.
-¿Qué motivó a la cámara a manifestarse a favor de la LUC? ¿Qué consecuencias cree que traería para el sector la victoria del No en el referéndum? ¿Y si ganara el Sí?
-La cámara se ha manifestado respecto a aquellos temas que son de especial relevancia para la actividad de las empresas privadas. Son problemáticas sobre las cuales la institución ha trabajado con dedicación y profesionalismo desde hace largo tiempo.
Un ejemplo bien claro, y sobre el cual la cámara tiene su posición establecida y conocida por toda la sociedad, refiere a los aspectos relacionados con las relaciones laborales, las ocupaciones en los lugares de trabajo y la defensa de la libre circulación. En este sentido, la LUC justamente contempla uno de los puntos planteados en la queja del sector empresarial en defensa de la empresa privada ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde el año 2009 y aún sin completa resolución. A partir de los cambios establecidos en la LUC se asegura el derecho consagrado en la Constitución del libre acceso al trabajo de las personas que no adhieren a la medida y a la propiedad del empresario. Aquí no se veda el derecho de huelga, sino que se regulan las ocupaciones de acuerdo a los principios de la OIT, a la cual Uruguay adhiere desde su fundación.
Asimismo, respecto a los piquetes en las empresas, que impiden la libre circulación de personas, bienes o servicios en espacios públicos o privados de uso público, la ley los declara ilegítimos protegiendo así el derecho del libre trabajo, la libre circulación y la libre empresa.
Nosotros elaboramos un informe con ocho temas principales donde entendemos que hay varios artículos al respecto que no deberían ser derogados porque son muy importantes para el país. En caso de que gane el Sí, entendemos que vamos a retroceder en todos esos aspectos que mencionamos en el informe.
La tecnología, una clave para el futuro
De acuerdo con el entrevistado, la pandemia dejó al descubierto que el proceso de digitalización y la incorporación de mayor tecnología en las empresas es un camino necesario. Sin embargo, hay ciertas razones que frenan de alguna manera esta transformación. Para Sapelli, una de estas tiene que ver principalmente con restricciones de tipo económico, debido a las inversiones que deben hacerse a la hora de incluir mejores y más avanzadas herramientas. Por otro lado, reconoció que en muchos casos las dificultades se relacionan con el poco conocimiento sobre el tema por parte del empresario y además con la falta de personal calificado para implementar de forma exitosa estos cambios.
“Desde la cámara, tanto de forma independiente como con el apoyo de otras instituciones públicas y privadas, nos encontramos diseñando herramientas e instrumentos de apoyo a medida, con el objetivo de tener un real impacto en términos de productividad y eficiencia, y por lo tanto mejorar los niveles de rentabilidad”, enfatizó el presidente.
Barreras a la rentabilidad
Para el ejecutivo existen limitaciones que dificultan el desarrollo de negocios rentables en el país, siendo la mayoría de estas de carácter estructural. “Quizás por eso a veces parece que cuesta tanto lograr cambios sustanciales en las mismas”, reflexionó el entrevistado al respecto.
Entre estas, nombró como una de las principales la consonancia entre la política comercial y la política de promoción comercial. “Esto, en el sentido de que una debe ir de la mano de la otra”, justificó, asegurando que en esta materia el sector privado, y en particular instituciones como la cámara, juegan un rol clave, buscando acompañar a las autoridades y a las propias empresas en el desarrollo de nuevos negocios fuera del país.