El catedrático de Economía del Uruguay de la Licenciatura en Economía de la Universidad ORT, Julio de Brun, brindó una entrevista a CRÓNICAS en la que abordó los temas de mayor trascendencia de la situación económica mundial. Las altas tasas de interés, la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), la inflación, la presencia de China en Latinoamérica y las proyecciones en torno al precio del dólar, que según su perspectiva seguirá teniendo “fortaleza de aquí a un año” respecto de sus competidores, fueron los ejes principales del diálogo.
-Las altas tasas de interés llevaron a crisis en algunos bancos de Estados Unidos y Europa. ¿Lo peor ya pasó o se mantienen los riesgos en el sector?
-Lo que ocurrió en Estados Unidos fueron accidentes específicos, relacionados con el manejo de la liquidez y el alto sesgo en la colocación de valores públicos, que generó problemas puntuales en algunas entidades, que en Europa no se ramificó porque fue un problema específico de Credit Suisse que se resolvió de manera específica.
Desde el punto de vista del sistema bancario, creo que las tasas de interés, sobre todo en Europa, tienen que seguir subiendo, porque la inflación no está controlada. En Estados Unidos probablemente también tengan que subir un poco más y nuestra estimación es que la Reserva Federal (Fed) debería llevar la tasa de interés en el corto plazo al orden del 6,25%. He observado cómo viene la evolución del crédito y he notado que se ha enlentecido levemente en abril y mayo. Considero que, si en junio sigue creciendo anualizado a una tasa de menos de 3% respecto del mes de mayo, me llevaría a pensar en una tasa de interés terminal más baja, de entre 5,75 y 6%, pero no estoy viendo que la tasa de interés de Estados Unidos baje durante este año y el año que viene. En Europa creo que queda bastante camino por recorrer en cuanto a suba de tasas.
Creo que el escenario de tasas de interés es bueno para el negocio bancario, que tuvo bastantes problemas de rentabilidades en el entorno de tasas de interés muy bajas en la década pasada y, en este mundo de tasas de interés nominales más altas, se va a desempeñar mejor, por lo que creo que en el sistema bancario la situación tiende a normalizarse.
Los últimos datos que publicó la Fed sobre la asistencia al sistema bancario muestran que es un apartado que se ha reducido bastante respecto del nivel que alcanzó rápidamente en marzo, lo que significa que las líneas de crédito que la Fed utilizó para darle financiamiento a bancos en problemas, a partir del mes de mayo ya se observa que estos créditos han sido devueltos en su mayor parte. Esto muestra que también la liquidez en general del sistema bancario estadounidense se ha recompuesto, por lo que todo parece indicar que estos acontecimientos fueron un accidente ya superado, sin perjuicio de que normalmente en Estados Unidos hay bancos que cierran con bastante frecuencia, entonces, definitivamente no se puede hablar de una situación problemática en el conjunto del sistema.
-¿Es de esperar que se mantengan las tasas de interés internacionales en niveles altos, o es esperable un progresivo descenso de las mismas?
-No solo debemos esperar que se mantengan, sino que incluso debemos esperar que suban más. El dato de inflación en mayo es 0,1%, lo que es bastante menor que el año pasado, pero debemos tener en cuenta que la comparación se realiza con meses que en 2022 tuvieron una inflación muy alta, de 1% o más, con lo cual es razonable que, con esta medida, en la medición de mayo de 2023 la tasa interanual haya bajado a 4% y en el mes que viene baje a 3,3% o niveles similares. A partir de julio, los datos de este año se van a comparar con los datos del año pasado que oscilaron entre el cero y valores negativos la mayor parte de los meses, por lo cual es probable que la inflación vuelva a tender a subir en Estados Unidos. Cuando uno hace la lectura de la inflación, excluyendo energía y alimentos, que son los rubros más volátiles, la inflación está en el entorno al 0,4% por mes, por lo que se está dando una tendencia de inflación que en este momento está arriba de 5%, pero definitivamente está mostrando mucha rigidez, con lo cual está muy lejos de alcanzar el objetivo de 2% por parte de la Fed. En conclusión, nos espera un período largo de tasas de interés altas.
-La inflación parece ceder lentamente, pero aún está lejos de los objetivos. ¿Existe el riesgo de “festejar antes de tiempo” y que se cambie la orientación de la política monetaria y que eso genere nuevas presiones de precios?
-Este es justamente el problema que tendría Estados Unidos si empezaran a reducir las tasas de interés como el mercado espera que ocurra. Hay quienes esperan alguna reducción en las tasas e incluso algunas reducciones durante el año 2024. La propia Fed cuando proyecta, da ciertas indicaciones de que va a haber menores tasas de interés hacia los próximos dos años, pero creo que va a ocurrir lo que viene ocurriendo hasta ahora: que todo se esté revisando permanentemente al alza. El propio Jerome Powell ha advertido que por ahora no está prevista una reducción en las tasas de interés, porque es más una cuestión de ansiedad del mercado por querer ver esa disminución, y que la política de la Fed se va describiendo en cada oportunidad en base a los datos que van llegando. Así que yo diría que es muy probable que en la próxima reunión haya una pausa en la suba de tasas, porque van a querer evaluar la situación de la economía y especialmente la del sistema financiero, pero es altamente probable que en la reunión de julio vuelva a haber un aumento en las tasas.
-¿Qué puede esperarse del dólar a nivel internacional y, asociado a ello, de los precios internacionales de los commodities?
-Debemos comparar al dólar con las monedas del resto de países desarrollados. El fortalecimiento relativo del euro que hemos visto en estos últimos meses se irá agotando, porque Europa no está en una economía tan fuerte como para sostener un euro más apreciado respecto de los niveles actuales, por lo que un retroceso del euro al entorno de 1,05% sería esperable para lo que es la situación del viejo continente. Tampoco se ven elementos de fortaleza en la economía británica como para pensar que la libra esterlina debería seguir fortaleciéndose y la única moneda con respecto a la cual el dólar de aquí a un año debería debilitarse es el yen, que en el caso de Japón ha demorado más la implementación de una política monetaria restrictiva y la inflación en este país está subiendo. Pero en cuanto al promedio de los países industrializados, se observa cierta fortaleza del dólar de aquí a un año.
En cuanto a los commodities, debemos tener en cuenta que dependen mucho de China. Hay cierta expectativa de la aplicación de estímulos económicos de parte del gobierno chino, pero por otro lado hay un problema de confianza del consumidor, que está asociado a los problemas que tiene el mercado de vivienda en China, que como todos los asuntos de este país son temas que son difíciles para informarse y saber qué tan graves son, como en el caso del covid-19. Pero todo parece indicar que hay cierta fragilidad en este mercado, que se traduce hacia el sistema financiero y también repercute en el grado de confianza del consumidor, que hace que los estímulos de la política monetaria no sean tan fuertes hoy en China como lo eran en el pasado. En un escenario con una China que se encuentra en un crecimiento modesto y con una política monetaria que seguirá siendo cada vez más restrictiva entre este año y el siguiente, el escenario para los commodities, excluido el petróleo, no es demasiado atractivo, más bien es negativo. En el caso del petróleo, creo que ya sufrió el impacto de esa perspectiva de debilitamiento de la economía mundial, que es lo que ha afectado su precio en los últimos meses y, de aquí a un año, considero que van a pesar más los factores de insuficiencia de oferta que los factores de demanda, los cuales ya se han hecho sentir en el precio. Por lo tanto, por una oferta un poco presionada, es probable que el petróleo se estabilice tal vez con una leve tendencia al alza, pero no espero caídas pronunciadas de su precio de aquí a un año, sino más bien cierta estabilidad, con cierta tendencia a la recuperación.
Se complejiza la tendencia de apertura de la economía mundial
-Si tenemos en cuenta las tensiones geopolíticas, las tendencias a los proteccionismos y el descrédito de los organismos multilaterales, ¿estamos en un mundo más “hostil” en términos económicos?
-Sin dudas. Vivimos en un mundo en el que los alineamientos en torno a China por un lado y a Rusia por otro lado, harán que las relaciones internacionales se complejicen. Incluso en los países de Occidente hay movimientos internos que le oponen bastante resistencia al proceso de globalización, por lo que será difícil tener en los próximos años una tendencia de apertura de la economía mundial como la que vimos durante los 90 y los primeros años de este siglo. Yo creo que, en este punto, los movimientos a favor de los nacionalismos, proteccionismos, trabas a las migraciones y la protección de los derechos intelectuales, no favorecen el intercambio fluido entre los países del mundo.
Realmente creo que estamos en un mundo que nuevamente va a ir hacia una situación de bloques y que va a ser difícil entrar con políticas comerciales que coordinen una apertura o una mayor integración a nivel internacional, sino que va a haber mucha orientación hacia distintos bloques.
Las inversiones estratégicas de China y la reacción de Estados Unidos
-¿Cómo analiza la creciente presencia e interés de China en países de Latinoamérica?
-Como consecuencia de que estamos cada vez más cerca de un mundo dividido en bloques, y como consecuencia de los últimos alineamientos, evidentemente, China llega tarde a lo que era la integración natural de los distintos países de América Latina a sus referencias en Europa o Estados Unidos. Había cierta tradición de relacionamiento de América Latina con estos sectores, a la cual China llega tarde y trata de compensarlo con dinero, tratando de buscar inversiones estratégicas en algunos sectores con los países más grandes de la región. Estos movimientos van a generar algún tipo de reacción de Estados Unidos. También esperaría ver una respuesta positiva por parte de Estados Unidos y Europa hacia la región, tratando de neutralizar esa influencia de China, pero obviamente al mismo tiempo debe ofrecer algo a cambio, por lo que de alguna manera se abre cierta oportunidad para la región, para encontrar acuerdos con estos referentes.