“El argumento de que Orsi es el favorito a mí no me convence para nada”

Adolfo Garcé, politólogo

Foto: Diego Battiste

Una elección nuevamente definida por pocos miles de votos es la previsión que Adolfo Garcé se anima a realizar sobre los próximos comicios. En un año electoral típico, con un tablero de juego convulsionado y las piezas que lo componen en constante movimiento, el politólogo, en entrevista con CRÓNICAS, dejó varios conceptos para el análisis.  Por un lado, indicó que la coalición va a llegar con crédito a las elecciones y su propuesta va a resultar más creíble que en 2019. A su vez, indicó que los temas más incómodos para el actual gobierno serán aquellos vinculados a algunos “escándalos” que se dieron en esta administración, aunque reconoce que el gobierno tiene muy buenos voceros y capacidad para defender lo que hace. En lo que respecta a la contienda frenteamplista, remarcó que los dos precandidatos –Orsi y Cosse-llegan al alma frenteamplista y que esta es una interna abierta.  

Por Mateo Castells | @teocastells

-¿Cómo definiría la actual campaña? ¿Ve similitudes con la del 2019?

-Creo que esta campaña es especialmente intensa, porque hay mucha incertidumbre. La hay dentro del Frente Amplio (FA), pero sobre todo existe incertidumbre entre el gobierno y la oposición. Se ve venir, al menos por ahora, una elección que nuevamente estará definida por pocos miles de votos de diferencia. En definitiva, estamos frente a una campaña que recién está empezando a mostrar sus condimentos fuertes y que tiene la particularidad de ser intensa y polémica.

-Una de las polémicas más recientes surgió a raíz de las declaraciones de José Mujica sobre Carolina Cosse. ¿Considera que la interna del FA va camino a polemizarse aún más?

-Ya hay dos niveles, que están instalados hace tiempo, con las candidaturas de Orsi y Cosse, que son muy fuertes y tienen mucha incidencia en la opinión pública, además de otras dos candidaturas que vienen rezagadas. El que hace más fuerza por romper esa polarización es Mario Bergara, pero no es fácil porque compite con dos precandidaturas muy poderosas y que disponen de más recursos. Una cosa es ser intendente y otra cosa es ser senador. Ser senador es importante, pero ser intendente, como lo hemos visto, brinda otras posibilidades políticas. El cargo de intendente es un trampolín espectacular para quien quiera acceder a la nominación presidencial.

-Usted menciona a Bergara como un transgresor de esa polarización. ¿Qué tanto se notará la falta de Astori y su labor de péndulo que ejerció a lo largo del tiempo?

-El rol de Astori fue fundamental en el FA, como gobernante, como candidato, como líder y como garantía de responsabilidad y seriedad, además de ser una opción interesante para los electores más moderados. Por lo que equiparar y emular este papel es muy difícil. Bergara intenta, por algunos momentos, jugar ese papel. En otros momentos no lo hace, porque tiene un ojo puesto en los electores frenteamplistas convencionales, que son quienes votarán en las primarias. Entonces, Bergara podría aspirar a jugar el papel de Astori, si no tuviera esa política zigzagueante, donde a veces le habla al frentista de corazón y a veces le habla a los votantes que le hablaba Astori, que son los de centro. De esta forma, su campaña astorista pierde efectividad cuando entra en estos movimientos que menciono.

-Otro de los temas centrales que hacen a la interna frenteamplista es el del plebiscito de seguridad social que promueve el PIT-CNT, sobre el que el partido decidió dar libertad de acción a sus precandidatos. ¿Cómo evalúa esta decisión frente a un año electoral y teniendo en cuenta la trascendencia que tiene este tema en la agenda?

-El FA ha quedado acorralado por la posición del PIT-CNT y no ha querido romper ese lazo histórico y cercano que tiene con el movimiento sindical, entonces, por este lado se puede entender la posición del partido. Por otro lado, creo que el FA no puede aspirar a ganar una elección nacional haciendo campaña como partido a favor de esta reforma constitucional. No me imagino al FA haciendo campaña por este plebiscito. Lo más probable es que esto se mantenga, independientemente de quién termine siendo candidato a la presidencia. Carolina Cosse firmó, pero yo no me la imagino diciéndole a la gente que hay que votar a favor de lo que se propone, convocando a los frenteamplistas y obligando al FA a votar por esta reforma constitucional. Entonces, el partido por un lado no quiso dañar su conexión histórica con el movimiento sindical, pero tampoco va a querer dañar las perspectivas electorales. Encolumnarse como partido a favor de una reforma constitucional como esta, tan polémica y tan complicada, es hipotecar las chances de ganar la elección, y no conozco a ningún partido que esté dispuesto a un sacrificio de este tipo.

-¿Ve en Cosse un perfil más del paladar del frenteamplista que el de Orsi?

-La elección del FA no está resuelta y no hay favoritismo. El argumento de que Orsi es el favorito a mí no me convence para nada. Hay buenas razones para votar a Orsi, pero también hay otras tantas buenas razones para votar a Cosse. Los dos precandidatos llegan al alma frenteamplista. Cosse, en cierto modo, tiene un perfil más radical y es más confrontativa y ha chocado más con el gobierno. Orsi tiene un estilo más negociador, pero muchos frentistas ven a Orsi como un líder con más chances que la intendenta de Montevideo, pensando en noviembre. También hay otros frenteamplistas que piensan que con Cosse pueden ganar un ballotage. Pero, a fin de cuentas, las internas del FA están muy abiertas y quedan varios meses absolutamente decisivos.

-Por otro lado, Álvaro Delgado plantea la continuidad del gobierno en su precandidatura. ¿Considera que es la mejor opción?

-El discurso de Delgado se basa en la continuidad del gobierno, pero ahora le está hablando a los blancos, porque quiere ganar la interna. Si gana la interna, no va a decir solamente que hay que reelegir el gobierno, va a empezar a insistir en lo nuevo que va a agregar su presidencia, más allá de lo que hizo la actual administración. Ahora hace énfasis en la continuidad. Cuando llegue el momento me imagino que va a ofrecer cambios, porque nadie gana una elección en Uruguay diciendo vamos bien y planteando una reelección porque se hicieron muchas cosas bien.

-¿Y cómo cree que la población interpretará este mensaje? ¿Cómo se decodifica?

-La campaña electoral será decisiva en esto. Este gobierno tiene muy buenos voceros y tiene muy buena capacidad para defender lo que hace. Lacalle Pou defiende muy bien lo que hace, Delgado y los ministros también. Entonces, dado que es una campaña donde va a importar tener capacidad para argumentar y cuestionar al adversario, este aspecto es muy importante. Creo que el gobierno no se va a sentir incómodo durante la campaña electoral. Los temas más incómodos para el gobierno no van a ser los de políticas públicas y los resultados de lo que se hizo. Los temas más incómodos para este gobierno en la campaña electoral serán los vinculados a los escándalos que se vivieron a lo largo de este período. El talón de Aquiles del gobierno viene por este lado.

-En caso de que Delgado sea electo presidente estaríamos hablando de la continuidad del mismo sector del Partido Nacional. Si tomamos como ejemplo los tres períodos de gobierno del FA, tanto Mujica en 2010 como Vázquez en 2015, pese a pertenecer al mismo partido, ganaron las elecciones representando distintos sectores dentro de la misma agrupación política. En este caso, ¿qué consideraciones realiza respecto de que el mismo sector del PN sea reelecto?

-Esto es algo infrecuente en la política uruguaya. Cuando gana el gobierno, suele cambiar la mayoría de los actores que integran el gobierno. Si Delgado gana las elecciones, estaríamos hablando de una habilidad política muy grande del PN y del sector de Lacalle Pou; y sería un mérito muy importante de parte de ellos. Es algo que puede pasar. Ahora, todo lo vinculado con la honestidad, transparencia y aspectos morales, son asuntos importantísimos para la opinión pública. A la gente le importa que el gobierno sea honesto y que no haya corrupción y está documentado en muchas encuestas. Me asombraría que el gobierno no pague un costo en las próximas elecciones por los sucesivos escándalos. Sobre todo, porque la oposición ha hecho mucho hincapié en denunciar estos hechos, por lo que creo que algún voto le va a costar.


“Es necesario transparentar el ingreso de dinero a las campañas electorales y a la política general”

-¿Considera que el financiamiento de la política será un eje temático importante en esta campaña?

-Me parece que no. Es uno de los problemas más importantes que tiene la democracia de nuestro país. Es necesario transparentar el ingreso de dinero a las campañas electorales y a la política general. Se discutió en los últimos años y parece no haber acuerdo, o si hay acuerdo será para las próximas campañas. A esta altura creo que nadie va a querer tocar nada, porque estamos sobre la campaña. Sí estoy convencido que es el talón de Aquiles de nuestra democracia. 


La coalición va a llegar con crédito a las elecciones y su propuesta va a resultar más creíble que en 2019”

-¿Cómo ve el escenario electoral de octubre y un posible ballotage?

-Hay quienes piensan que el FA puede ganar en primera vuelta y yo no me animo a descartarlo. Hoy tiene aproximadamente el 45% en las encuestas y mirando estos números no puedo descartarlo. Cuando razono y pienso qué es lo que yo creo que va a pasar durante la campaña, llego a la conclusión de que el escenario más probable no es el triunfo del FA en primera vuelta. El escenario más probable es que haya ballotage y que se define por pocos miles de votos. Creo que la coalición llegará mejor parada a este ballotage que hace cinco años, porque no hay que olvidarse que Lacalle Pou votó relativamente mal en noviembre de 2019, porque a pesar de todos los esfuerzos que hicieron muchos dirigentes por él, la coalición se conformó a último momento y después de que la opinión pública presenciara polémicas y declaraciones muy duras entre algunos de los socios. Pablo Mieres y Guido Manini Ríos no se sacaban fotos juntos. La coalición se conformó a último momento y esa es una de las razones por las que el FA creció, porque para mucha gente no estaba claro que esta coalición inédita pudiera funcionar. Hubo negociaciones, disputas y crisis, gobernó todo este tiempo, y sigue viva. Ningún partido se fue. La coalición va a llegar con crédito a las elecciones y su propuesta va a resultar más creíble que en 2019.