“En todas las líneas de negocio el banco tiene espacio para crecer”

Salvador Ferrer, presidente del Banco República

Destaca que el BROU se encuentra con una situación muy sólida en patrimonio y liquidez. Esa solidez es lo que le permitirá, en su opinión, que a lo largo de todo el quinquenio el banco contribuya al Estado con algo más de US$ 400 millones anuales, el equivalente a alrededor de 0,75% del PBI. Aun así, considera que en todas las líneas de negocio hay espacio para seguir creciendo, sin perder de vista el rol de banco de desarrollo y soporte tanto de las pymes como de las grandes empresas y los diversos sectores productivos del país.  

Por Oscar Cestau | @OCestau

En el año 2.000, bajo la presidencia del Ec. García Pelufo, se aprobó un proyecto de reestructura del banco. En su orientación básica este proyecto se mantuvo durante las administraciones del Frente Amplio. ¿Se hizo alguna evaluación al respecto? ¿Qué grandes modificaciones introdujo el actual plan estratégico del BROU?

No se hizo revisión hacia atrás sobre cómo se venía trabajando, pero sí definimos algunas líneas estratégicas de hacia dónde queríamos ir, y en esa línea hemos venido trabajando. Yo soy un defensor de la institucionalidad, y me refiero a que en instituciones como estas, en las que cada cinco años hay un cambio de directorio, a veces uno se encuentra con resistencias a ir hacia determinada dirección. En mi caso, creo que es bueno que las instituciones mantengan esa autodefensa y no estén yendo hacia un lado y hacia otro cada cinco años según el humor de las autoridades de turno.

Así y todo, los que venimos a tomar un rol de dirección tenemos que imponer hacia dónde pretendemos ir. En el caso del BROU, diría que pasa por tres lineamientos. Por un lado, todo lo es el crecimiento del negocio corporativo, la banca de consumos y un rol más activo en esa banca de desarrollo que pretendemos que el banco tenga. Una segunda línea tiene que ver con todo lo referido a la digitalización o la verdadera inclusión financiera. En este sentido siempre decimos que el país viene bastante atrasado en términos de desarrollo de los sistemas de pago cuando uno hace comparaciones regionales. Ahí hay mucho para avanzar y el banco tiene que ser un promotor importante. Dentro de ese capítulo entra todo lo que hemos hecho con la modernización de las plataformas del banco, el lanzamiento de «Tu App» y el fortalecimiento de la actividad.

Por último, el rol de banco de desarrollo, que pasa por ponerle foco a casos y sectores complicados, como pudo ser el caso de Citrícola Salteña, o como puede ser el mantenimiento de la presencia territorial que el banco tiene, que es un claro diferencial, que estamos a favor del mismo y que eso no se contrapone contra ese objetivo de digitalización. El mundo avanza hacia asociaciones cada vez más digitales, pero la presencia del BROU en todo el país es un diferencial bien importante a preservar.

Hemos revisado una decisión que había anteriormente y aumentamos la cantidad de cajeros automáticos en algunas localidades aisladas en el interior porque entendíamos que era necesaria una presencia más importante.

Usted ha manifestado su intención de que el BROU se convierta en un banco de desarrollo. ¿Cómo va ese camino?

Interpretamos el mandato del BROU, definido en su carta orgánica, donde, por un lado, está ese rol puramente comercial, en plena competencia con otros jugadores importantes del mercado. Luego existe un rol más específico, que es ser un banco de fomento, de desarrollo, vinculado a poner foco en sectores que a veces necesitan soluciones determinadas, como pudo haber sido en su momento el sector arrocero. Hoy tenemos la mira puesta en el sector lechero, que atraviesa algunas dificultades, sobre todo a nivel de industria. Esas son decisiones que van en esa línea de ese banco de desarrollo. Esto no se tiene que confundir con un banco dedicado al salvataje de empresas no viables.

En el ejercicio 2021 el banco obtuvo una ganancia de unos 17.465 millones de pesos, con un ROE del 21,5%. ¿Cómo se perfila el año 2022?

El 2022 se perfila más desafiante, porque parte de lo que ha tenido que ver con las ganancias en los últimos años es la evolución del tipo de cambio. Este año venimos de un primer semestre muy complejo en ese sentido, con una baja importante del dólar, que se si bien se ha recuperado este último mes, no lo ha hecho totalmente, y eso va a incidir en el resultado final. Pero la estimación que he hecho es que a lo largo de todo el quinquenio el banco va a estar contribuyendo al Estado, entre dividendos e impuestos que paga, con algo más de US$ 400 millones anuales, lo que es equivalente a algo así como el 0,75% del PBI. El BROU se encuentra con una situación muy sólida desde el punto de vista de partidas, de patrimonio, de liquidez. Y otro dato: incluso en el último año, posterior a la pandemia, los niveles de morosidad han bajado a escalas no vistas en mucho tiempo, lo que es una muy buena noticia. 

¿Cómo evalúa el negocio de tarjetas? Da la sensación que ahí el banco ha logrado pisar fuerte y colarse en un sector que siempre estuvo dominado por los bancos privados.

Este es uno de los aspectos que va en línea con esa visión de que el banco tiene que crecer y tener una mejor presencia en algunos rubros. En el negocio de las tarjetas de crédito en particular el banco estaba muy rezagado, y en base a una estrategia definida, con Mastercard realizamos el lanzamiento del producto Mastercard Recompensa, que nos ha permitido un reposicionamiento muy importante en el mercado en este último año y medio. Eso nos tiene muy contentos y satisfechos, y estamos convencidos de que todavía hay mucho más espacio para seguir avanzando. Todavía estamos lejos de donde, entiendo, deberíamos estar, pero vamos en buena dirección.

¿Cómo se divide hoy el negocio de los depósitos? Esto hablando de dólares y pesos, y también entre locales y no residentes.

En eso no hay demasiados cambios estructurales… La banca uruguaya -y el BROU no es una excepción en ese sentido-, tienen un comportamiento de alta dolarización. Más del 70% de los depósitos del sector bancario son en dólares; son depósitos de corto plazo y ese un desafío para el sistema. Pero la crisis del 2002 marcó un poco eso. Del punto de vista de lo que son depósitos de no residentes, no son tan significativos: hoy son menores al 10%. Claramente no es la situación que teníamos previo al 2002 y, de alguna forma, tiene mucho que ver con lo que pasó en aquel entonces.

Lo que sí puede ser un desafío para los bancos -lo es para nosotros y hemos tratado de ser agresivos con ese contexto como marco- es financiar a largo plazo cuando tenemos depósitos de muy corto plazo. Parte de lo que desde el banco hemos impulsado en estos últimos tiempos tiene que ver con una baja de tasas y así reposicionarnos más agresivamente en el mercado, y por otro lado con la extensión de plazos. Como ejemplo, menciono lo que hemos hecho con el financiamiento de compra de campos, que hemos ido hasta 15 años de plazo, y hasta 20 años incluso para el caso de predios de menores dimensiones, algo que supera lo que era estándar en la banca por varios años. Ese es un desafío porque los bancos seguimos teniendo depósitos de muy corto plazo. La situación de solidez patrimonial y de liquidez que tiene el banco nos permite liderar en ese sentido, y de alguna forma vemos que el resto de la banca también va acompañando, para beneficio de los posibles deudores, los empresarios, los productores. Lamentablemente no ganamos todos los negocios que nos gustaría ganar, porque existe competencia, pero hemos hecho una buena contribución en señalizar hacia dónde entendemos que puede avanzar el mercado.

El BROU presenta determinadas características que le juegan a favor, como por ejemplo una base de clientes estable. Se puede agregar que se obtienen ventajas por concentrar las operaciones del sector público (la Tesorería de la Nación incluida). Seguramente ello le permita al banco otorgar mejores condiciones financieras a sectores considerados claves en la matriz productiva nacional. ¿Lo ve así? 

Esta es una plaza muy competitiva, donde el BROU tiene un prestigio muy bien ganado frente a sus ahorristas, y eso nos da un diferencial. Pero estamos en un mundo y en un escenario local muy competitivo, en donde hay una agresividad importante entre los bancos por la captación de clientes. Es un mercado que históricamente ha sido líquido, de alguna forma, con una base de depósitos muy importante y no tan grande el negocio de créditos. Cuando uno hace comparaciones internacionales, el crédito a PBI  -que es la comparación que se puede hacer- en Uruguay ha oscilado siempre entre el 25 y 30%, que es una participación de crédito baja en términos internacionales. Es la más baja en Latinoamérica, exceptuando Argentina por las circunstancias particulares que transita, y está muy lejos de esa cifra del 100%, o superiores al 100%, que se ve en mercado más desarrollados; en América Latina está por encima del 50%. Estoy convencido de que hay oportunidad de crecimiento, y parte de eso tiene que ver con esa visión estratégica de que el banco tiene que tener un mayor desarrollo de sus negocios a nivel de empresas, a nivel de personas… En todas las líneas de negocio el banco tiene espacio para crecer.

Ser un Banco País, con fuerte presencia tanto en grandes empresas como en pymes, y también en el crédito a familias, obliga a un gran despliegue. Para ello se dispone de cerca de 130 dependencias. ¿No es una estructura demasiado pesada en los tiempos que corren? Los bancos privados están reduciendo estructura… 

No está en los planes una reducción de la presencia territorial, e incluso con esa expansión de cajeros uno podría hablar de una ampliación de nuestra presencia. Obviamente es un desafío, pero consideramos que parte del diferencial positivo del BROU en la plaza es esa presencia territorial. Lo que sí pretendemos es que nuestras sucursales sean centros generadores de negocio. Ahí tenemos parte del desafío estructural de funcionamiento, en que no se nos transformen en un centro de costos sino en un centro de generación de negocios. Por eso estamos poniendo bastante foco en el perfil del gerenciamiento de las sucursales. 

Los bancos privados están incorporando nuevas aplicaciones para facilitar las gestiones de sus clientes. Pero más allá de eso, y usted lo decía al principio, en materia de medios de pago el país tiene cierto rezago. ¿El BROU está en sintonía con estas modificaciones técnicas? ¿En qué etapa están los planes respecto a tecnología y digitalización?

El banco pasó el quinquenio previo con un esfuerzo muy grande en todo lo que fue la actualización del core bancario, que se ha hablado bastante y discutido al respecto. Sin revisionismos críticos, lo cierto es que nos encontramos con un banco preparado para la nueva etapa. Lo que hemos hecho en estos últimos dos años es actualizar totalmente la plataforma de eBrou, tanto para empresas como para personas, y hoy tenemos un producto totalmente competitivo en plaza.

Seguro hay mucho más para seguir haciendo. Estamos en conversaciones y muy abiertos al diálogo con las fintech, que tienen esa capacidad innovadora muy superior a la que tenemos los bancos y creemos que, en base a combinaciones adecuadas, podemos desarrollar y ofrecer nuevas soluciones a nuestros clientes. Por ejemplo, parte de lo que hemos hecho en estos últimos tiempos con «Tu App», que es una aplicación que se desarrolló entre el BROU y Antel, que tuvo una expansión muy importante durante la pandemia ayudando al Mides a la entrega de canastas. Ahora se anunció el pago de las asignaciones familiares a través de esas plataformas, lo que va a permitir a más de 200.000 usuarios recibir bajo esa modalidad digital el pago del beneficio y poder llegar a un IVA personalizado. Las personas que usen la aplicación para cobrar y consumir con la misma van a estar exentos de IVA. Son pasos importantes que van en esa dirección, por decir algunos ejemplos.

A nivel de empresas, hay un cambio importante que se está procesando, que es la multiadquirencia. Eso tiene que ver con las soluciones que le podemos ofrecer a empresas para funcionar en este mundo digital que va cada vez más rápido.

¿Qué opina de las iniciativas para el desarrollo del mercado de capitales, y cómo ve el rol de las empresas públicas a la luz del artículo 285 de la LUC? ¿Imagina al BROU abriendo su capital y que el público pudiera comprar sus acciones?

No imagino al BROU en esa situación, pero podría ser, de repente, que alguna subsidiaria siguiera un camino del estilo. Yo creo que el mercado de capitales en Uruguay tiene mucho para avanzar. Hace muchos años que hablamos del incipiente mercado de capitales y al final del día sigue siendo eso: un incipiente mercado de capitales con un desarrollo muy importante de los fondos de pensión como inversores, y acumulan un manejo de dinero que necesita mercados de capitales más desarrollados. Creo que el sector público puede llegar a ser un actor relevante en ese sentido, y desde el BROU podemos llegar, de alguna forma, a apoyar mucho ese desarrollo.


Una baja relevante de la morosidad

El Banco Central (BCU) está llevando a cabo una política monetaria que está ingresando en una fase claramente contractiva. Los aumentos dispuestos en la Tasa de Política Monetaria (TPM) naturalmente empujan al alza las tasas de interés en pesos. A su vez, las tasas en moneda extranjera (en particular las de los Treasuries a 10 años) han aumentado; aunque ahora se estarían estabilizando entre 2,90 y 3,20%. ¿Cómo están impactando estas subas en las finanzas del banco?

En las finanzas del banco uno tendería a pensar que a mediano plazo se van a dar noticias positivas dado que tenemos una base de depósitos muy importante que nos permite hacer colocaciones que van a ser a tasas más altas de las que había en el pasado, en particular todo lo que es el gran portafolio de liquidez que el banco maneja. 

Respecto a lo que está pasando en el mercado, si bien seguimos en un escenario internacional de tasas históricamente bajas, claramente se ha revertido la tendencia en los últimos meses, y en particular este año ha habido una suba relevante de las tasas de interés que, de todas maneras, en términos históricos, todavía nos sigue hablando de un escenario de tasas relativamente bajas.

En tasas en moneda nacional también hay un aumento, esto asociado a la política que empieza a ser contractiva de parte del BCU para controlar la inflación, pero lo que estamos viendo en el mercado es una expansión del crédito en dólares, en moneda local, tanto a nivel de empresas como de personas, con lo cual todavía estamos en una fase de una forma de expansión del crédito para el sistema.

¿Eso tiene derivaciones en la calidad de la cartera? 

No, y como decíamos, la morosidad ha bajado en todo el sistema. En el caso del BROU, fue un 2,5% al cierre del año pasado, la más baja en mucho tiempo.

En plena pandemia veíamos noticias positivas, pero éramos muy prudentes al comentarlo porque entendíamos que mucho tenía ver con que hemos refinanciado y las prórrogas que dimos a los créditos, entonces eso podía afectar los números. Pero hoy, ya pasada esa etapa, hemos consolidado una baja en los niveles de morosidad que es relevante.