Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio
Entrevistado por CRÓNICAS, Pereira dijo que hay senadores del Partido Nacional (PN) que han llevado el tono a un lugar que es “inadmisible” para la política y resaltó que hay una parte del partido de gobierno que “dice tener” una actitud dialoguista, que “choca con otra parte del partido que difama al Frente Amplio (FA)”. A su vez, arremetió contra Álvaro Delgado y destacó que era una persona dialoguista, pero que “algo lo cambió”. Referido al apartado económico, subrayó que es “favorable” que la inflación esté dentro del rango meta, pero el precio de eso son los problemas de competitividad que afectan a la producción nacional.
Por Mateo Castells
Menú: El entrevistado eligió de la carta de La Corte merluza grillé con puré de papas, que acompañó con Coca-Cola light.
-¿Cómo ve al FA de cara al balotaje?
-Lo vi salir consolidado de la primera vuelta, ganó la mayoría en el Senado y 48 diputados de 99, lo que habla de la importancia de su bancada parlamentaria. El FA superó en votos al PN y al Partido Colorado (PC) juntos y quedó en mejores condiciones de ganar el balotaje. En cuanto al tono de la campaña, creo que hay senadores del PN que han llevado el tono a un lugar que es inadmisible para la política. Uno de los senadores electos planteó la idea de ir por una patria sin izquierda y dijo que así será, lo que significa dejar afuera a la mitad de la patria y la mitad del Senado. También, las expresiones de Graciela Bianchi sobre el expresidente Mujica son muy hirientes. Hay una parte del PN que dice que hay que tener una actitud dialoguista, que choca con otra parte del PN que difama al FA y que plantea una patria sin izquierda. Entonces, ¿son dialoguistas o no? La verdad, parece que no. Álvaro Delgado era dialoguista, sin duda alguna, pero algo lo cambió.
-¿No es de esperar que haya tenido un cambio de actitud cuando es candidato a presidente?
-Yo no digo si es de esperar o no, digo que uno conoce o desconoce a las personas, que no está ni bien ni mal. A Delgado, por momentos, lo desconozco, y hay otras personas de los partidos que están en el gobierno a las que no desconozco. Entonces, de alguna manera, me parece que en la vida uno tiene que terminar siendo el mismo que era, sí cambiando posiciones, pero no cambiando el sentido de los vínculos y de las confianzas. Esto simplemente es una percepción, que ojalá él mismo la corrija. Cuando conocí a Delgado, era un tipo con el que se podía hablar bien.
-Desde el FA se ha hablado sobre la idea de nacionalizar las AFAP. ¿A qué se refieren específicamente?
-Eso fue algo que dijo Alejandro Sánchez. Ya explicó que quiso dar un ejemplo y le salió una frase que luego se interpretó de una manera no deseada. El FA tiene planteado ir a un modelo de ahorro individual sin lucro, que implica regular las ganancias y que no se le pueda cobrar a alguien simplemente por depositar en su cuenta. La empresa hace una inversión de tus fondos para que cuando te retires tengas una mejor jubilación. Si eso no está resultando, hay que poder analizarlo. Y lo que dice el FA es que toda esa discusión tiene que laudarse en el diálogo social, con el resto de los partidos, el movimiento sindical, los jubilados y empresarios. Pero claramente lo que el FA tiene previsto es cambiar la Ley 20.130.
-Entonces, ¿cuál es el plan para las AFAP?
-Discutir y encontrar la mejor manera para preocuparnos del ahorro individual, pero que ese ahorro tenga consecuencias en la capacidad de ingreso de la gente, que deposita la mitad de su dinero en una AFAP y la otra mitad en el Banco de Previsión Social (BPS) y cuando va a cobrar en la AFAP se encuentra con una prestación muy menor, hasta algunas son ridículas. Estudiar todo ese proceso implica que nuestros técnicos y académicos, pero también nuestros decisores, participen en la elaboración de lo que es lo mejor para Uruguay. Modificar la Ley 20.130 no puede ser una improvisación, porque debe tocar una serie de aspectos que están desarrollados en el programa del FA. Yo comparto lo que dice Mujica de que las transformaciones deben pensarse en términos de largo plazo, pero que cada vez deberán ser cada menos tiempo y así ocurrirá con la seguridad social, principalmente por los cambios acelerados que se dan en el mundo.
-En 2011 Mujica dijo que en el período comprendido entre 2015 y 2019, el gobierno que asumiera debía pensar en aumentar la edad jubilatoria. Hoy desde el FA se plantea volver a fijarla en 60 años, cuando la actual reforma la fijó en 65. ¿No es contradictorio con lo que afirmaba en aquel entonces el expresidente?
-Nuestro planteo es bajar la edad jubilatoria a 60 años y generar estímulos para jubilarse a una edad más tardía, pero que aquel que perdió el trabajo a los 58 años y no consigue trabajo hasta los 65, que es un porcentaje muy menor el que consigue trabajo cuando lo pierde después de los 55 años, sea contemplado. Generar promedios es muy desajustado cuando afecta la vida de las personas. Entonces, se han puesto ejemplos de las experiencias de otros países como Francia, que tiene un sistema de protección por si alguien pierde el trabajo a los 58, que cubre hasta los 65 años. Una cosa es tener una red para que la persona no caiga al piso, y otra no es tener ningún sustento. Y aun así en Francia hubo grandes movilizaciones, porque claramente no podés pasar toda tu vida trabajando.
-Usted aseguró que Yamandú Orsi, en caso de ser presidente, aumentará las jubilaciones mínimas. ¿Hay cálculos hechos al respecto que sustenten esto?
-Hay cálculos y hay una historia. El FA aumentó en todos los años de su gobierno las jubilaciones y pensiones mínimas, un porcentaje que luego no lo descontó en enero. Eso posibilitó el crecimiento de las jubilaciones y pensiones tres puntos por año, lo que implicó triplicar las jubilaciones y las pensiones mínimas en 15 años. Lo que le falta a eso para llegar al salario mínimo es un 20%. Nosotros creemos que es posible llegar a ese 20% en un período de cinco años y para eso hay que creer a tasas de 3%, para lo que Yamandú Orsi ha planteado una serie de políticas para que ese crecimiento ocurra.
-¿Y es posible en el contexto económico actual, teniendo en cuenta que Uruguay viene creciendo hace años a una tasa del 1%?
-Fue posible en el período entre 2015 y 2019, que fue un contexto negativo desde el punto de vista económico, con tasas de crecimiento similares a las actuales. Y fue posible porque se priorizó a las personas que estaban en peores condiciones y también se priorizaron los “veintemilpesistas”. En este gobierno, los “veintemilpesistas”, que ahora son “veinticincomilpesistas”, se incrementaron a 100.000. Eso es lo que nosotros no queremos que pase. La gente se dignifica cuando trabaja, pero también cuando tiene un salario que le permita vivir.
-¿Qué opina de la política monetaria llevada a cabo por este gobierno?
-Claramente fue muy criticada por el sector agroexportador y el sector productivo uruguayo, porque se entiende que hay un atraso cambiario importante. Es verdad que ayudó a llevar la inflación a números adecuados y es verdad que la inflación es el peor impuesto que puede tener la gente, como también lo es la baja de salarios, que fue lo que sucedió en este gobierno. Este gobierno contuvo el gasto bajando los salarios, cerca del 5% en buena parte de los asalariados públicos, perdiendo entre 45 y 60 jornales, y significando un total de US$ 7.000 millones. No hay ningún impuesto más duro para el trabajador que esto. Y luego, que la inflación estuviera dentro del rango meta, es favorable siempre y no puede ser criticado, pero el precio de eso fue que nuestra producción nacional tuviera problemas de competitividad.
-¿Y cuál sería el rumbo en un gobierno del FA?
-El FA aplicó uno que fue discutido, pero que para el sector productivo generó mejores condiciones. Ahora Gabriel Oddone marcará la línea, yo no soy el ministro de Economía de un gobierno del FA, pero tengo claridad de que habrá modificaciones, tratando de cuidar que la inflación se mantenga dentro del rango meta y buscando que nuestra competitividad mejore respecto de lo que sucedió en estos cinco años.
-Justamente, la designación de Oddone generó voces contrarias dentro del partido, como lo manifestaron el Partido Comunista y el Partido Socialista. ¿Esto vislumbra un panorama complejo a la hora de gobernar y tomar decisiones económicas?
-Cuando se designó a Danilo Astori, en 2005, también hubo disidencias. Es lógico que en un partido con la diversidad que tiene el FA haya opiniones diferentes sobre quién debería conducir la política económica en Uruguay. Y como en todo partido, puede haber posiciones opuestas, pero una vez que Yamandú confirmó el nombre, todos respetaron la decisión y manifestaron su apoyo. En el FA hay esa grandeza de discutir internamente si algo gusta o no, pero luego se acata el nombramiento de un ministro a cargo del candidato a presidente.
-¿Cómo analiza la hegemonía que tuvo el MPP dentro del FA, visto que obtuvo el 40% de los votos en primera vuelta?
-Es una votación histórica, siendo la lista más votada de la historia. Por la forma de los sublemas, la presentación de las listas y la priorización de los senados, en el Parlamento quedan con 35 bancas de las 48 en Diputados y en Senadores con nueve de los 16. Y esa es la ley electoral, pero cuando converso con los compañeros que hoy están al frente del MPP, veo que no hay una intención de hacer valer la hegemonía del MPP en el Parlamento, sino de buscar los acuerdos como siempre se encontraron. No es la primera vez que el MPP tiene una votación enorme, ya la tuvo cuando Mujica fue presidente y ha mantenido ese criterio de encontrar los equilibrios dentro del FA. No me genera ningún pavor, me gusta un FA más equilibrado, pero respeto siempre lo que la gente decide con el voto. Si finalmente decimos que el soberano es el soberano, el soberano definió que el 40% del electorado frenteamplista votara a la 609.
-¿Es un MPP distinto al de antes?
-Todos somos distintos que antes. Yo cuando tenía 20 años era distinto a lo que soy hoy. El MPP tiene un cambio generacional que se preparó y que es muy potente, que lo lidera Alejandro Sánchez, pero que tiene una cantidad de senadores y diputados que ya tienen una larga experiencia.
-El spot de Mujica apoyando a Orsi, donde se lo ve sin su dentadura postiza, ¿fue algo pensado desde el MPP o salió del propio FA?
-Fue algo de Mujica. Es absurdo pensar que el MPP le va a decir de hacer un spot y lo vamos a hacer de tal manera, y que Mujica lo haga. Eso es no conocer a Mujica. Mujica tiene un nivel de decisión muy potente y se lo ha ganado. También es un hombre colectivista, pero nunca va a hacer algo que no quiera hacer. Entonces, lo que dijo fue lo que sentía, y a mí me emocionó. A otros no les habrá gustado y les habrá parecido que no se debería hacer, pero así es la vida democrática. Lo que no se puede decir son las canalladas de que lo usamos para dar lástima. Mujica no da lástima, Mujica nos da orgullo. No solo porque fue presidente de los uruguayos, también por su compromiso histórico con Uruguay y con las nuevas generaciones.
“Cuando termine el período de gobierno, la pobreza infantil debe haber bajado, como mínimo, a la mitad”
-Sobre la pobreza infantil, Delgado, en su programa de gobierno, habla de destinar US$ 200 millones a lo largo de los próximos cinco años para atender esa problemática. Unicef, por su parte, plantea que se necesitarán US$ 355 millones para sacar a los 167.000 niños que hoy están en la pobreza. ¿El FA qué números maneja?
-El número que plantea el gobierno parte del problema de que en este período aumentó la pobreza infantil. La riqueza uruguaya creció en seis puntos porcentuales y la pobreza infantil aumentó, lo que demuestra la falta de políticas públicas adecuadas para abatir un problema que es muy doloroso. La cifra de dinero a destinar hay que ajustarla, pero hay que colocar la pobreza infantil como prioridad nacional. A mí me parece que la cifra que maneja Unicef resulta de buena calidad para abatir la pobreza desde el punto de vista económico, pero hay que pensar en otras variables que el FA piensa a través del proyecto de Cristina Lustemberg y que también están en el programa, como la riqueza cultural y el acceso a la educación. Cuando termine el período de gobierno, la pobreza infantil debe haber bajado, como mínimo, a la mitad, y creo que podemos hacerlo y debe ser una prioridad del gobierno del FA eliminar la pobreza infantil.