Gil Iribarne: “Es preocupante que el sistema político no apoye a los organismos de control”

Ricardo Gil Iribarne, presidente de la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep)


La Jutep no da abasto en todos los casos que tiene para abordar, pero aun así no recibirá ni un peso más en la Rendición de Cuentas, según dijo en entrevista con CRÓNICAS el presidente del organismo. De todas maneras, aseguró que esto no implica un desincentivo porque van a seguir trabajando de igual forma. Por otro lado, advirtió que si Uruguay no cuida sus fortalezas, va a terminar como los países donde dicen: “Este roba pero hace algo por lo menos”.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Pasó un año de la renuncia del exvicepresidente Raúl Sendic. ¿Cómo evalúa el rol que tuvo la Jutep en ese caso?

-Lo evalúo muy positivamente porque fue la primera vez que la Jutep actuó de oficio en un caso, que es el rol que queríamos empezar a jugar. Pensamos que hicimos lo correcto y estamos conformes con nuestro informe, que fue sólido, no fue rebatido en los argumentos técnicos y fue incorporado por la Justicia en el expediente. Además nos permitió situarnos de otra manera con respecto a la opinión pública, nos dio cierta solidez.

-Según ese informe, Sendic violó normas de administración de fondos públicos. ¿Cree que fue adecuadamente sancionado?

-Hay distintos planos de sanción. La Justicia se expide sobre el Código Penal y delitos; en este caso hubo un procesamiento que está en marcha. Por otro lado, hay normas que no son delitos, que claramente se violaron, lo que implica una falta administrativa. Ahora, como renunció y dejó de ser funcionario público, no hubo sanción posible.

-Es decir que si hubiese seguido en su cargo, el Estado lo tendría que haber sancionado.

-Sí porque violó normas.

-Como decía, fue procesado –por abuso de funciones y peculado, aunque apeló el fallo-, pero desde el Frente Amplio no tomaron medidas porque renunció.

-Si lo que se hizo estuvo bien o mal, ahí no nos metemos; ni en ese caso ni en otros sobre los cuales nos expedimos públicamente, como el del intendente de Soriano [Agustín Bascou] o el del senador [Leonardo] de León. No opinamos porque los partidos políticos actúan en un plano distinto al nuestro. Capaz que la Justicia dice que no pasó nada, capaz que la fuerza política dice que no pasó nada o se hacen los distraídos, como suele suceder, y nosotros decimos que se violaron las normas. También pasa que a veces decimos eso y no hay sanción; no es el caso de Sendic, pero si alguien viola las normas y sigue en el cargo, tendría que ser sancionado.

-¿Se refiere al caso de Bascou, por ejemplo?

-Tanto al caso de Bascou como al de los ediles de Maldonado –que se aprobaron una partida que es claramente ilegal-, porque son funcionarios públicos y el Estado no los sancionó. Eso sí está mal y nos corresponde decir que debería sancionarlos porque violaron la norma.

-La participación de la Jutep en el “caso Sendic” le dio a la institución gran visibilidad y aumentó su demanda de trabajo. Imagino que resulta difícil abordar todos los casos con el mismo equipo.

-Sí, sin duda. Hoy estamos dejando cosas para atrás, lamentablemente no hay otra opción. A raíz del caso Sendic y de la postura más proactiva que tuvo la Junta, tuvimos unos 90 planteos entre denuncias, pedidos de información, entre otros, por parte de funcionarios, ciudadanos, juzgados. Estamos tomando casos pero el plazo no lo sabemos porque no damos abasto y no podemos resolverlos superficialmente, además de que nuestra prioridad son los pedidos de la Justicia. También nos encargamos de hacer capacitaciones, de las declaraciones juradas, de representar a Uruguay en algunos organismos, entre otras tareas. No podemos abarcar todo y en la Rendición de Cuentas no hay un solo peso para la Jutep.

-De todas formas, la Jutep consiguió que el Senado atendiera algunos de sus reclamos en la Rendición de Cuentas.

-No tenemos la versión final, pero el Senado efectivamente resolvió modificar algo tras la negativa total de Diputados. Sin embargo, no hay un solo recurso más. Se va a crear un cargo para un ingeniero en sistemas, pero con plata que se va a sacar de gastos de la Jutep. Si no se aprueba ningún ingreso vamos a estar en problemas.

-¿Por qué cree que ni el Parlamento ni el Ejecutivo tomaron en cuenta las necesidades de la Jutep?

-No queremos atribuir intenciones. Cuando el Poder Ejecutivo mandó el mensaje presupuestal no incluyó a la Jutep, pese a que habíamos presentado una serie de artículos sin costo. Como somos un servicio descentralizado lo presentamos por nuestro lado. En la primera votación en Diputados, por unanimidad no se aprobó ninguno de los artículos, pero en la segunda, los miembros en la Comisión [de Presupuesto integrada con Hacienda] del Partido Colorado y del Partido Nacional sí los aprobaron, aunque no alcanzaron los votos.

Estaba claro que había poca plata y que los artículos con costo no se iban a aprobar, pero nadie hasta ahora nos ha explicado por qué no se aprobaron los que son sin costo, que permitían, entre otras cosas, disponer de los bienes propios, como tres cocheras que tenemos, para alquilar, o prestar servicios y generar ingresos por esas vías.

Todo eso nos iba a posibilitar mejorar, pero nos den o no [más fondos], vamos a seguir trabajando. En un año, con los recursos que tenemos, demostramos que podemos hacer bastante. Y si alguno pensó que nos íbamos a desalentar, se equivocó. Sin atribuir intenciones, no sentimos que el sistema político esté apoyando a la Jutep ni a otros organismos de control, y eso es preocupante.

-¿El sistema político en general?

-En el caso de la Rendición, después de una primera instancia donde todos los partidos le dijeron “no” a la Jutep, hubo un cambio y la oposición hoy nos está apoyando, lo cual nos parece positivo. Sin embargo, sacamos un informe clarísimo sobre la Junta Departamental de Maldonado [por las partidas “ilegales” para los ediles], que nadie lo rebatió, pero nadie hace nada. Es el sistema político, no es un partido en especial, porque en Maldonado, por ejemplo, están los tres principales partidos implicados –los tres votaron las partidas-. ¿Por qué no quieren fortalecer a los organismos de control? Cada uruguayo sacará sus conclusiones.

“Somos serios y confiables cuando se trata de denunciar al adversario, pero no nos dan recursos por las dudas de que les compliquemos la vida”.

-Entonces van a seguir con el mismo ritmo de trabajo.

-Posiblemente.

-Decía que esto no implica un desincentivo para la Jutep.

-Implica un mensaje para la ciudadanía que es embromado. Acá lo que no se está midiendo bien es que se le está diciendo a la gente que no se quiere apoyar a los organismos de control. Vamos a hacer lo que venimos haciendo, hay cosas que las postergamos, cosas que no las hacemos al tiempo que quisiéramos, pero vamos a seguir porque la ciudadanía nos exige eso.

-¿Ese mensaje del que habla contribuye a la desconfianza de la gente hacia los partidos políticos?

-Sí, sin duda. Ese es el error de los partidos políticos, que no se dan cuenta de que ese tipo de mensaje desalienta a la gente, aumenta el escepticismo, y eso es uno de los factores que hace que algunos países se vengan abajo. Creo que una de las fortalezas de Uruguay es que la ciudadanía todavía exige, y eso hay que cuidarlo, porque si no vamos a terminar como los países donde ya no creen en nada y dicen: “Este roba pero hace algo por lo menos”. Eso es terrible. Y a la vez, cuando lo único que hacés es usar la corrupción para denunciar a tus adversarios políticos y no para trabajar en serio, la gente al final ya no cree en el denunciado, en el denunciante ni en ninguno, y lo que pierde solidez es el sistema democrático.

¿Acá los políticos usan la corrupción para eso?

-Sin dudas. Cada vez que nos expedimos sobre alguien de un partido, el otro partido aplaude, pero cuando les toca a ellos, “la Junta se está extralimitando”. Sistemáticamente se quiere usar a la Jutep para eso. Somos serios y confiables cuando se trata de denunciar al adversario, pero no nos dan recursos por las dudas de que les compliquemos la vida.

Si a raíz de que dijimos ciertas cosas no votan nuestros artículos, me parece lamentable, pero no vamos a dejar de hacerlo. Si pensaron que esto nos presiona, no van a tener suerte. Vamos a seguir abarcando a todos los partidos, al que haga las cosas mal. Cuando publicamos un informe, el efecto muchas veces es reputacional, es decir, la gente se enoja contigo porque la Jutep dijo que vos hiciste algo mal, y te hiciste el distraído y tu partido también.

-¿Hay un riesgo de que se politice el uso de la Jutep?

-Hay una intención de algunos políticos de usar a la Jutep, ahora, depende de nosotros dejarnos usar o no.

-Y quienes tienen esa intención, ¿buscan un rédito electoral?

-Claramente. Ninguno vino a denunciar a alguien de su propio partido.


Organismos del Estado que contribuyen a la corrupción

-Para la Jutep, tanto Sendic como De León violaron normas, pero para la Justicia hubo delito solo en el primer caso. ¿Cómo lo ve?

-En los dos casos se violaron normas de conducta, pero no del Código Penal. Me parece bien que la Justicia en un caso diga que sí y en otro que no porque está fundamentado. Se verá qué hace el Estado con eso. En el caso del senador De León, que el fiscal dijo que como no era funcionario público [cuando era presidente de ALUR] no le podía aplicar los delitos de corrupción, está bien. Si lo que queremos es incorporar a los directores de esos organismos, hay que cambiar las leyes.

-¿Habría que incorporar al ámbito privado a las leyes anticorrupción?

-A las instituciones que operan en el ámbito privado pero son del Estado, que surgieron en los últimos años en nombre de la eficacia y la mayor flexibilidad, pero que tienen agujeros negros en materia de control, porque justamente sus trabajadores no son funcionarios públicos.

-¿Eso puede contribuir a que haya corrupción?

-Sin duda, porque además en muchos casos son empresas comerciales con niveles de venta muy altos. Más allá de que en Uruguay tenemos la tendencia de vincular la corrupción con los funcionarios públicos o los políticos, el sector privado también juega un papel importante. Lo demostró Brasil, cuya principal empresa privada es la dueña de todo el esquema de corrupción.

“Hay una intención de algunos políticos de usar a la Jutep para tener un rédito electoral”.

Igualmente, el Estado uruguayo solo podrá exigirle al sector privado cuando cumpla con sus propias obligaciones, porque todavía tiene demasiadas debilidades como para estar en condiciones de exigir y también controlar a los privados. A su vez, en materia de legislación hay muchas cosas que están bien pero no se cumplen. En los casos que nombraba de Soriano y de Maldonado, hay un montón de cosas que la ley dice que no se pueden hacer, pero no está claro quién controla, quién sanciona, no hay sanciones, entonces ahí es donde se tendría que mejorar.

-Pese a estas debilidades del Estado que señala, Uruguay se mantiene con un índice de percepción de corrupción muy bajo en América Latina.

-Uruguay es el mejor país de América Latina en el tema de la corrupción, no tengo dudas. Ahora, la gente en la calle dice que los políticos uruguayos son todos corruptos. Eso es mentira, pero ¿cómo los convencemos? Con mensajes de confianza, no negando el problema.

-Y en el Parlamento tampoco se ha avanzado en este tema. ¿A qué atribuye la cantidad de proyectos de ley sobre corrupción encajonados?

-Muchos están convencidos de que somos los mejores del mundo, que no tenemos nada para cambiar, que no hay riesgo, y se duermen en los laureles, pero sí tenemos riesgo. De hecho, resulta que estamos teniendo casos de corrupción. No son muchos, no es algo sistémico, pero hay.

-¿Le parece probable que puedan concretarse previo al año electoral?

-Si hasta ahora no se hicieron las cosas, difícilmente se hagan en este año, porque además la tentación de usar el tema de la corrupción para ganar votos es muy grande; es un error grave pero puede pasar, y en ese caso el descrédito ante la ciudadanía va a aumentar.