Gabriel Gurméndez, presidente de Antel
En un marco de mayor competencia, la empresa de telecomunicaciones “está más fuerte financieramente de lo que ha estado en toda su historia”, aseguró su presidente en una larga entrevista con CRÓNICAS. A su vez, el jerarca detalló los logros alcanzados en lo que va del período y enfatizó en la importancia de la llegada al interior con mejores servicios, donde “se percibía un rezago y una clara inequidad” en la materia. También fue consultado sobre su eventual candidatura y destacó su preferencia por la actividad pública.
El menúEn el restaurante Plantado del Hyatt Centric, Gurméndez degustó bife ancho al horno a las brasas Josper con puré de boniato, que acompañó con Sprite Zero. Para extender la sobremesa, eligió café.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cuál es el balance que hace de estos más de tres años de gestión?
-Nosotros el primer día nos planteamos poner al cliente en el centro del esfuerzo de la empresa, en un contexto de mayor grado de competencia, y nos comprometimos a mantener a Antel en el liderazgo de las preferencias de los uruguayos y en la vanguardia tecnológica para ser una empresa competitiva. También enfatizamos fuertemente la prioridad hacia el interior del Uruguay, donde se percibía un rezago y una clara inequidad en el acceso a las telecomunicaciones. A su vez, dijimos que íbamos a cumplir esta tarea con transparencia y con un manejo austero y profesional de los dineros públicos.
En ese marco de mayor competencia, contra todos los pronósticos catastróficos y las profecías de que poco menos que Antel se iba a fundir, se vio una empresa que tuvo un reflejo muy enérgico en lo publicitario y en la oferta comercial, en un mercado mucho más competitivo donde pudo crecer y hacer desvanecer todo ese relato que se había planteado. O sea, en un contexto de mucha mayor competencia y libertad de los consumidores para elegir, Antel dio la batalla y la ganó. Eso se logró porque los dos últimos balances muestran los mejores resultados financieros de Antel en su historia, que fueron de US$ 247 millones y US$ 246 millones respectivamente.
En resumen, Antel creció en cantidad de clientes en todas las líneas de sus negocios y creció en market share. Además, bajó sus tarifas, el precio del gigabyte en los últimos tres años se redujo casi un 70%. Y el consumo promedio de datos se multiplicó por tres en los últimos tres años. Entonces, tenemos una empresa con más clientes, que consumen más, que pagan menos, y la empresa está más fuerte financieramente de lo que ha estado en toda su historia.
-Hablaba de la inequidad en el interior. Sin embargo, las administraciones anteriores lograron llegar a gran parte del territorio nacional con servicios de telecomunicaciones. ¿Cuál era la situación que percibían en ese sentido?
-Si algo va a marcar fuertemente los resultados de esta administración es el esfuerzo de inversión y el foco que puso en tratar de llegar con equidad en el acceso de las telecomunicaciones al interior del Uruguay. De los logros más significativos fue que casi 100 pueblos del interior rural profundo, que no tenían ni siquiera la posibilidad de hablar por teléfono, hoy tienen acceso a Internet. Es un mensaje muy potente de la concepción de un país que tenía la obligación de darles a los pobladores de esos lugares la igualdad de oportunidades. Había una deuda moral con el interior que había que subsanar y había una discriminación entre los uruguayos, porque había algunos que en materia de telecomunicaciones eran ciudadanos de segunda. Como empresa estatal había que hacer un esfuerzo extraordinario en ese aspecto y se hizo.
Además de la telefonía celular, lo mismo ocurrió con la fibra óptica, que tuvo un desarrollo extraordinario en las administraciones del Frente Amplio, notoriamente, y en forma muy importante, pero también había una grave desigualdad, porque en todo el cordón metropolitano y las barriadas populares de Montevideo y de las capitales de los departamentos, la fibra óptica no era la realidad de las comunicaciones de las familias y de las empresas, y en ciudades, villas y pueblos del interior, tampoco, sino que la realidad era la antigua conexión de cobre. Allí llevamos adelante un impulso inversor extraordinario, y en pocos meses todas las conexiones antiguas de cobre del país se van a sustituir por fibra óptica.
-¿Cómo se encuentra Uruguay en materia de calidad del servicio?
-Uruguay subió casi 40 puntos en el ranking internacional en la velocidad de Internet, entonces, no solamente bajamos las tarifas, sino que además hubo una mejora de la velocidad de datos por este esfuerzo de inversión para mejorar la calidad, la infraestructura, la velocidad y los precios. Y en materia de liderazgo tecnológico estamos en un momento muy importante que marca uno de los hitos más relevantes: desde el primer momento dijimos que íbamos a traer la tecnología 5G al Uruguay, lo que también es muy relevante para mantener un Antel competitivo.
Una de las cosas más satisfactorias como gestor de una empresa pública fue una publicación que se hizo hace algunas semanas de una encuesta, el Perfil del Internauta (de Radar), que analiza el acceso a las tecnologías digitales en Uruguay, que demostró que en los últimos tres años de gestión se logró cerrar la famosa brecha digital. Con el avance de la tecnología y las inversiones se fue acortando paulatinamente, en un logro que es de política nacional, que trascendió administraciones.
-¿Cuál fue la diferencia en estos últimos tres años? Porque también es cierto que ya se había logrado un desarrollo importante antes de esta gestión.
-Por supuesto que eso es cierto, pero el último esfuerzo siempre es el más costoso y el más difícil. Este cierre de la brecha digital se logró porque en estos últimos tres años donde más avanzamos y mejoramos fue en los niveles socioeconómicos más bajos, en los integrantes de la educación pública con menor nivel educativo, en el acceso a las tecnologías de las personas mayores de 65 años y en las poblaciones rurales más alejadas.
-Recién nombraba la llegada del 5G. ¿Qué cambios trae consigo y qué significa para el país?
-El 5G tiene dos dimensiones relevantes como nueva tecnología celular, una es evidente y rápida de percibir en la experiencia de los usuarios, y es que todo lo que hacemos actualmente con los teléfonos inteligentes, en la medida en que la tecnología 5G tiene una súper velocidad, una menor latencia, nos va a permitir una experiencia mucho más satisfactoria, de mejor calidad y más rápida. El 5G va a modificar las maneras en las que se van a desarrollar las actividades productivas, intelectuales, educativas, y en general todo el funcionamiento de la vida de las personas en cuanto al futuro del trabajo.
-¿Por ejemplo?
-La sociedad está conectando con el primer mundo, la conducción autónoma de vehículos, la telemedicina quirúrgica, las realidades inmersivas para la educación, la automatización de los procesos logísticos, las fábricas robotizadas, los puertos automáticos, las universidades experimentando con big data, inteligencia artificial. En un Uruguay que hoy exporta un billón de dólares de software tradicional, la tecnología 5G va a permitir que el ecosistema emprendedor y creativo pueda vender nuevas soluciones hacia afuera. Esto nos pone en la senda de ser un centro de innovación digital. Es una marca más que nos destaca en el mundo.
Lo estamos lanzando con mucha potencia. El primer día ya iluminamos 100 zonas con 5G en el país y a fin de año vamos a tener 200 radiobases. Por primera vez se hace un lanzamiento de una nueva tecnología con alcance en los 19 departamentos, porque va a estar en las 19 capitales, aunque estamos muy lejos de que el territorio quede cubierto por completo, faltan años para que eso ocurra. Lo importante es que iniciamos ese camino.
-Mucho se ha hablado sobre los daños que puede ocasionar el uso del 5G. ¿Han estudiado el tema?
-No hay ningún estudio científico que demuestre que el 5G produzca daños a la salud. Existe una normativa internacional referida a la radiación no ionizante, existen normas internacionales al respecto que rigen en nuestro país. La tecnología que nosotros utilizamos en el Uruguay es la misma que se utiliza en otros países del mundo donde la protección y los estándares de la salud son muy estudiados y sofisticados. Esta discusión se ha dado en anteriores generaciones de celular, siempre que ha aparecido una nueva generación de celular ha surgido esta cuestión.
-¿Cómo se analizan los resultados de la portabilidad numérica a más de un año de implementada?
-La primera evaluación es que todos los uruguayos vieron una reducción en el precio de los servicios de telecomunicaciones a partir de que hubo más competencia, entonces, el beneficio general para la sociedad es muy relevante. Las comunicaciones se hicieron más accesibles y se abarataron. Antel fortaleció sus balances y su eficiencia, suspendió el gasto innecesario y el despilfarro, y las inversiones se canalizaron hacia lo que le importa una empresa de comunicaciones.
-Según el Ranking Merco 2022, Antel ocupa el puesto seis entre las 100 empresas con mayor reputación de Uruguay, y usted está en el número 15 entre los 100 empresarios con mayor reputación, siendo el único presidente de una empresa pública que aparece en la lista. ¿Qué representa esto?
-Es un reconocimiento del estamento empresarial a que fue acertada la visión estratégica con la que desarrollamos la actividad de Antel y los logros que fuimos obteniendo.
-¿Qué reflexión le merece la discusión de que en su momento, cuando estaba sobre la mesa la construcción del Antel Arena, se optó por esa obra dejando de lado las inversiones para resolver el problema hídrico que ya se percibía?
-Tenemos muchos cuestionamientos sobre el Antel Arena. Esos recursos debieron ser aplicados en el negocio principal de la empresa, que son las telecomunicaciones. Esos US$ 120 millones tendrían que haber ido a las redes de celular, a la fibra óptica, a las centrales. Después está la discusión de segundo grado, la de la sociedad, que dice: “¿No debimos haber invertido, antes que en un estadio, en otras prioridades sociales que estaban rezagadas?”, y me parece un debate bien interesante. Se utilizó una inversión multimillonaria en un fin que no era el debido para Antel, con falta de planeación, de transparencia, adjudicaciones directas, desorden financiero y todo lo demás que motivó las denuncias que son de público conocimiento, además del ocultamiento y la reserva del uso de esos dineros públicos.
¿Candidato?
-Desde hace tiempo su nombre circula en la prensa como posible candidato por el Partido Colorado. De hecho, días atrás, en la Asamblea General, el propio presidente de la República lo nombró “candidato”. Según pudo saber CRÓNICAS, minutos antes se había acercado el expresidente Lacalle Herrera a saludarlo y le dijo: “Acá está el candidato del Partido Colorado”. ¿Le sorprendió el episodio? ¿Está analizando postularse?
-Lo que ocurrió en la Asamblea General fue un hecho sorpresivo por la forma, el lugar, las circunstancias y el protagonista. Sí, fue una sorpresa, pero, como sabés, yo no pude escuchar lo que el presidente decía. Frente a este tipo de situaciones tengo una inhibición constitucional afortunada y sabia, que nos obliga a los gestores de las entidades públicas a abocarnos a la responsabilidad para la que nos designaron, por lo cual no puedo entrar en ese terreno, podré contestar en función de que se cumplan los plazos constitucionales que lo habiliten. Además, más allá del entusiasmo que uno pueda tener por la vocación de servicio público, es una decisión compleja que depende de otros factores, y eso tiene su lugar y su tiempo. En la vida que he llevado desde el punto de vista profesional, ha sido siempre más fácil para mí la decisión de pasar del sector privado al público que del público al privado. De hecho, fue la última decisión de cambio de vida que tomé cuando el presidente Lacalle me invitó a ocupar un lugar desde donde creía que podía satisfacer con mi experiencia un servicio público.