Aníbal Durán, director ejecutivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu)
La construcción privada cerró el 2024 con grandes logros, principalmente gracias a la inversión y al crecimiento de la “estrella” de sus proyectos: la vivienda promovida, según dijo el director ejecutivo de Appcu a CRÓNICAS. A su vez, calificó como abiertos y positivos los diálogos con los actuales jerarcas, especialmente con el ministro de Economía, el de Trabajo y la ministra de Vivienda. Pese a ello, expresó su disconformidad con la intervención estatal en los convenios laborales y la “eterna historia de la burocracia”.
-¿Cómo evalúa el desempeño del sector de la construcción privada en el 2024?
-Verdaderamente fue un muy buen año donde se destacó la inversión. Limitándome solo a los metros cuadrados que se han construido y se siguen construyendo en Maldonado y Montevideo, abarcamos dos millones, lo que implica una inversión en el último cuatrienio 20-24 de aproximadamente US$ 3.000 millones, brindada por privados para la construcción de viviendas, es decir, no estamos hablando de UPM.
Además, si bien estoy hablando de la vivienda promovida, que es la estrella, también el sistema de megaproyectos, que es más amplio y admite una inversión mínima de cuatro millones y medio de dólares, experimentó un crecimiento. De todas formas, esta iniciativa fue dirigida por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) y caducó a fines del año pasado. Actualmente, estamos intentando su prórroga por parte del nuevo gobierno o la creación de alguna nueva norma similar.
-¿Qué cifras exactas poseen del avance de estos proyectos?
-La vivienda promovida se inauguró en el año 2011 y hoy el total es de casi 50.000 viviendas activas. En el 2024 se ingresaron 246 proyectos, que cada uno presenta una cantidad de viviendas que difieren entre sí; pueden poseer 20, 30 e incluso 80. Desde el comienzo del programa hasta el presente ingresaron 1.816 proyectos. Cabe mencionar que ha ido in crescendo; año a año ha aumentado tanto el número de proyectos como el número de viviendas.
-Específicamente, ¿cómo se compara su desempeño en el 2024 con respecto al 2023?
-Hubo una mejora. El 2023 fue un buen año, con 205 proyectos de vivienda promovida, pero fue superado por el año pasado con un número de 246.
-¿Qué dificultades enfrentaron para alcanzar estos logros?
-Las dificultades se reducen a la eterna historia de la burocracia. Siempre ha estado presente, pero existe una burocracia más favorable y otra que es errática, que te pone peros y trabas. Eso es lo que a veces es inconcebible, porque a través de ella se frustran proyectos e ideas. Uno presenta algo en cierta dependencia estatal y el proyecto no sale, no camina.
Acá no me limito a la Agencia Nacional de Vivienda, hablo de un espectro más amplio. La burocracia es un gran obstáculo para las construcciones de gran escala. No quiero menospreciar, pero no hablamos de un señor y una casita; hablamos de un edificio de millones de dólares que da mucho trabajo a mucha gente. Entonces, hay que considerarlo de forma distinta.
Sin perjuicio de ello, Appcu tiene convenios con muchas dependencias del Estado que sí han entendido esa realidad, ayudando a agilizar los trámites que significan una inversión millonaria de dinero y muchos puestos de trabajo. Es un círculo virtuoso, ya que, también, cuando se lanza una obra, hay decenas y decenas de pequeñas industrias que trabajan alrededor. No genera solo empleo en mano de obra, sino que lo hace sobre todos los insumos de una construcción: están los profesionales que trabajan, los paisajistas, las barracas, los fleteros. Se mueve un sinnúmero de cosas alrededor de la obra. Yendo a un caso menor, hasta se han abierto panaderías porque los obreros van y consumen pan o bizcocho.
No olvidemos que al terminar las obras se sigue generando trabajo, hecho que no ocurre en las demás industrias. Por ejemplo, al terminar un edificio, todavía se necesita emplear personas como a un portero, un equipo de seguridad, un electricista, un sanitario o una institución inmobiliaria.
-En términos numéricos, ¿cuántos puestos de trabajo pertenecen al rubro?
-La construcción hoy genera 60.000 puestos de trabajo directos, número que es récord en el sector. Cuando hablo de obreros directos, me refiero a obreros en obra. En la jerga se dice que por cada obrero directo hay uno indirecto, uno fuera de obra. Entonces, hablamos de 120.000 personas. Si se agregan los fleteros, hay entre 130.000 y 140.000 personas dependientes del sector constructor. Esperemos que se perpetúe este año. Tenemos que esperar cómo se mueven las nuevas autoridades; todavía no lo han definido, pero nos escucharon.
-Sobre el cambio de gobierno, ¿cómo evalúan la visión del nuevo ministro de Economía, Gabriel Oddone?
-Hallo un poco irrespetuoso pronunciarme sobre un erudito como Gabriel Oddone, que conozco hace muchísimos años y sé que es un muy buen profesional. Tiene todas las condiciones. La preocupación esencial de él es el bajo crecimiento del país y para eso está fomentando la inversión. Cuando estuvo en Appcu, abogó mucho por el tema de la vivienda y la inversión en vivienda. Sin definirse por los regímenes de megaproyectos, vivienda promovida, sin dar una postura, apostó mucho a la construcción porque sabe que genera mucho trabajo y crecimiento.
Estamos absolutamente de acuerdo con mantener el ritmo inflacionario impuesto por el gobierno anterior, donde ya el presidente del Banco Central ha dicho que va a continuar en esa línea con la inflación en el rango meta, cuestión que nos parece sustancial. No soy ningún experto en la materia, pero no puedo menos que estar de acuerdo con ello.
-También se reunieron con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo. ¿Cómo fue el encuentro?
-La reunión con Juan, con quien hace 55 años voy a la cancha de Rampla a gritar los pocos goles que hacemos, empezó con un abrazo y mi regalo de una camiseta de nuestro cuadro, aunque ya tiene 30. Juan quedó emocionado con la camiseta de Rampla, pero no totalmente receptivo con que nosotros celebramos la bilateralidad de las relaciones en el convenio colectivo. La propia OIT (Organización Internacional del Trabajo) sostiene que los convenios deben ser bilaterales, sin la intervención del gobierno. Creemos que debería negociar el Sunca con la asociación y el Estado no debería interceder, como ocurre. La Ley de Negociación Colectiva establece que el acuerdo sea tripartito, pero no estamos de acuerdo. Sostenemos que habría que repararlo y modificarlo, hecho que el gobierno de Lacalle tampoco consideró ni cambió. Juan se limitó a escuchar y no tomó postura. De todas formas, lo importante es que, pese a su convicción comunista, que podría encasillárselo como “cerrado”, demostró todo lo contrario. En la asociación tenemos un equipo multidisciplinario desde el 94 que trata la seguridad y salud en el trabajo. Semanalmente hacemos eventos sobre ello en nuestra sede; se los mandamos a él y al inspector de Trabajo, Luis Puig. El ministro hizo mucho hincapié en su preocupación por la seguridad y expresó querer saber cómo trabajamos el tema. Juan quedó muy reconfortado con eso; incluso dijo que iba a venir a alguna charla acá que brindemos para tomar conciencia personalmente de lo que hacemos.
-Entonces, ¿podría afirmar que fue un intercambio positivo?
-Muy positivo. Hemos encontrado mucha apertura en el diálogo en todas las partes, empezando por el presidente Orsi y el Pacha Sánchez. Tuvimos buenos intercambios y estamos totalmente abiertos a que nos llamen y que no tengan ningún problema en reunirse por lo que sea pertinente. A eso apunto, al diálogo y a ser muy descontracturados.
-¿Qué expectativas tienen respecto al apoyo del nuevo gobierno al sector y a que las propuestas que plantearon se lleven a cabo?
-Sería un poco temerario decir la opinión. Lo que sí te digo es que fueron muy receptivos en escuchar. Están recién asumiendo, pero fueron muy receptivos en escuchar, en tomar notas y sobre todo en responder, porque la peor respuesta de todas es la no respuesta. Estamos cansados de la no respuesta. Yo también hice hincapié, sobre todo con Gabriel, con Juan y con la ministra Cairo, en que nos dieron respuestas. Supongo que lo harán con todas las cámaras, obviamente, pero eso nos satisface mucho.
-¿Qué iniciativas y medidas concretas creen que deben llevarse a cabo?
-La mejor medida es que no toquen medidas, sobre todo las que refieren a la vivienda promovida. Si permanecen como ya están, sería bárbaro, tal como se lo dijimos a la ministra Cairo, quien no se pronunció al respecto, pero sí nos escuchó de forma muy abierta y receptiva.
Otra medida muy importante que mencionamos fue el plan “Entre todos” de vivienda promovida, enfocado a las personas de los deciles más bajos. Con la administración anterior logramos el aumento de los topes a un 35% en Montevideo y Canelones para que más promotores incursionaran en el programa. Varios ya lo hicieron y compraron terrenos en lugares y barrios más alejados de la zona céntrica de Montevideo, debido a que son los terrenos más baratos y deben venderse a un bajo costo al apuntar a las personas de menores ingresos.
Lo que la asociación plantea a las autoridades, en primer lugar, tanto al ministro de Economía como a la de Vivienda, es, en lo posible, la conservación de los megaproyectos. Con el cambio de administración también cambia la Comap, que se encarga de llevar el mando de los megaproyectos. Aunque esto va a permanecer, parece que el gobierno va a crear una división de inversiones en el presupuesto que va a manejar la comisión. Para que se vote la Ley de Presupuesto falta medio año, así que ahora no tiene objeto dialogar sobre los megaproyectos. Los que estaban en ejecución se mantienen, pero no se pueden presentar nuevos. Lo que queda es esperar la resolución presupuestaria y la reactivación de la Comap.
El papel de la tecnología
-¿Qué rol cree que pueden jugar las nuevas tecnologías y enfoques digitales en la transformación del sector de la construcción en el país? ¿Han pensado formas para integrarlos?
-Somos un poco conservadores en ese aspecto. Sí tenemos grúas imponentes de última generación importadas de España y Estados Unidos de cientos de miles de dólares. Como te digo una cosa, te digo la otra: es un gran logro. En otros elementos de la construcción, que es muy manufacturera, de las manos del hombre, no ha habido mucha evolución porque hay mucha confianza en el trabajo del obrero. Si bien se gana tiempo con la grúa que sustituye el trabajo obrero, falta la característica manufacturera. Es un perjuicio, no digo que no pueda ocurrir, nadie se cierra a eso; hemos dado charlas al respecto, pero yo no creo que sea un tema inmediato.