Las mipymes y los emprendimientos significan para muchas personas la oportunidad de poder depender de sí mismos dentro de cierto rubro del ecosistema empresarial. Sin embargo, cuando un nuevo proyecto se encuentra en etapa de formación y de establecimiento, se multiplican los desafíos. En este sentido, ANDE trabaja a través de diferentes programas para brindar asistencia, procurando favorecer la productividad y la competitividad. En la actual administración, el foco está puesto en las micro y pequeñas empresas, las cuales se consideran más vulnerables en la búsqueda de estas metas.
–Teniendo en cuenta el foco de ANDE en las mipymes, ¿qué diagnóstico hace de su situación actual?
-Con todo lo que significó la pandemia, hubo una pérdida de puestos de trabajo importante, algunas empresas cerraron, pero fueron también las pymes las primeras en reactivarse. Esta es una información que nosotros la venimos siguiendo a través del Monitor Mipymes que se elabora en la agencia. En el mismo se realizan además otro tipo de estudios, por ejemplo, la situación de natalidad y mortalidad de las empresas. En ese sentido, estamos viendo algo que no es nuevo, que uno podía intuir, las pequeñas empresas no tienen problemas o barreras al inicio de una actividad, lo que pasa es que en general nacen muchas empresas, pero el problema es que también mueren muchas. Además del número de empresas que mueren, surge también la dificultad de que mueren relativamente rápido en el tiempo. Las pequeñas empresas no logran sobrevivir en su mayoría más allá de tres años, ahí es donde encontramos la razón de ser de lo que son nuestras políticas públicas.
–Identificando el escenario actual y pensando en solucionarlo a través de políticas públicas, ¿cuáles son los aspectos a los que se debe apuntar?
-Hay un tema de productividad, sin dudas. También hay un tema de competitividad, las empresas tienen que trabajar en el acceso a mercados. En lo que respecta a la competitividad, debe tenerse en cuenta que son empresas que emplean muchos trabajadores, pero que no logran trasladar eso a las ventas. Uno podría ir a la contribución al Producto Bruto de este tipo de empresas y corroborar que las ventas son muy bajas en comparación con la cantidad de empleo que generan. Ahí hay un problema de productividad y es en eso en lo que más tenemos que trabajar.
–Habla de este escenario, estas problemáticas y el respectivo apoyo en relación con lo que son las empresas conocidas como mipymes. ¿Cómo se enmarca en ANDE lo que significa ser una de ellas? Dentro del abanico que las compone, ¿en cuáles se está haciendo foco?
-Son empresas que van de micro a medianas, específicamente, de uno a 99 empleados, con una facturación anual de hasta US$ 8 millones en el caso de las medianas. En esta administración estamos muy focalizados en lo que son micro y pequeñas empresas, las que tienen de uno a cuatro empleados y las que tienen de cinco a 19 empleados. Entendemos que ahí es donde están las mayores fallas en la productividad, ya que, en el caso de las medianas, en nuestro país, se trata de empresas de 80 o 90 empleados, las cuales son casi una empresa grande y tienen sus propias formas de asesoramiento y vinculación.
–ANDE tiene el desafío de desarrollar su labor a lo largo y ancho del país. ¿De qué forma se lleva esto adelante?
-Cuando asumimos nos encontramos con una realidad donde muchos de los instrumentos no llegaban a todo el territorio nacional. El trabajo que hicimos en los primeros meses fue pensar la mejor forma de llegada, lo que había era una experiencia con los Centros de Competitividad Empresarial en cuatro departamentos del país, y a partir de ellos tomamos lo bueno y cambiamos aquellas cosas que nos mencionaban que no estaban tan bien. El gran éxito de la estrategia que venimos desarrollando es el trabajar alineado con el sector privado, lo fuimos a buscar a los centros comerciales o las gremiales empresariales en todo el país. En esa instancia pedimos que trabajaran con nosotros, que sean nuestros socios en poder desplegar los Centros Pymes. Estos son básicamente centros de atención a pequeñas empresas y emprendedores en todo el territorio nacional. Hoy tenemos 19 centros funcionando, en 16 departamentos del país. Están faltando los departamentos de Lavalleja y Canelones, en Lavalleja se va a abrir en los primeros días de junio, en Canelones seguramente en el correr de julio o agosto.
-¿Cómo es la estrategia de trabajo en los Centros Pymes?
-La estrategia es estar en el departamento, pero no quedarse solo en la capital, hay que salir al interior del interior. Los técnicos de los Centros Pymes están recorriendo mucho las localidades, durante el año 2022 se atendieron en el entorno de 10.000 beneficiarios en todo el país entre empresas y emprendedores. Llegamos a más de 300 localidades y ese es un dato que para nosotros es importante. El abordaje fue llegar a todo el territorio de la mano del sector privado y en alianza también con los gobiernos departamentales, los cuales están involucrados en esto, brindando su apoyo desde las oficinas de desarrollo.
–¿Cuáles son las características que debe tener un emprendimiento para encuadrar dentro de los programas de ANDE?
-En cuanto a los emprendimientos, ANDE lo que hace es trabajar con aquellos que tienen determinado potencial de crecimiento, ya sea en sus ventas o en la generación de empleo. Es decir, nosotros no trabajamos con emprendimientos vulnerables, no porque no lo queramos hacer, sino porque ya hay otros instrumentos en el Mides o en el Ministerio de Trabajo a través de la Dirección Nacional de Empleo. Ellos están focalizados en eso y nosotros coordinamos, pero no atendemos el público para no duplicar esfuerzos. En el otro extremo, todo lo que son emprendimientos más de tipo innovación y de crecimiento dinámico son atendidos por la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) y el Ministerio de Industria con su nuevo programa Innovation Hub. Teniendo en cuenta esos dos escenarios, nosotros buscamos la brecha del medio entre unos y otros, que son los que, por otro lado, están menos atendidos.
–¿Qué es Impulso Emprendedor y cómo se desarrollará en 2023?
-Impulso Emprendedor es un programa que este año tuvo el 19 de mayo su primera instancia. Está enfocado en la fase de creación de los emprendimientos, donde buscamos sensibilizar y poder generar ideas para que los emprendedores puedan validar sus emprendimientos. Esta primera instancia fue de sensibilización de la importancia de emprender, de los riesgos que hay, de las cosas que salen mal y del hecho de que uno tiene que reponerse y arrancar de vuelta. Después, esa actividad se complementa con capacitaciones y también con asesoramiento y tutorías individuales para cada una de las empresas. De esta primera instancia participaron 200 empresas, de las cuales algunas se seleccionarán, en el entorno de 100, para ahí sí poder continuar la segunda parte.
–Para realizar estos programas es necesario un diagnóstico de situación. En este caso, ¿qué diagnóstico se hace de la cultura emprendedora en Uruguay?
-La agencia participa junto con la Universidad de Montevideo de lo que es el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que es un monitor del nivel de actividad emprendedora, entre otras variables. El mismo se realiza en varios países del mundo, entre ellos Uruguay, al que le sirve para compararse. Cuando vemos la tasa de actividad emprendedora identificamos que venimos creciendo casi que ininterrumpidamente, por lo menos desde el año 2012 o 2013. Hoy en día entre un 22 y 23% de los adultos cuentan con un emprendimiento o tienen una actividad emprendedora en nuestro país. Esto es un porcentaje relativamente alto si lo comparamos con otros países. También podemos decir que hay un porcentaje mayor en el interior que en Montevideo de actividad emprendedora, y es un poco mayor en hombres que en las mujeres.
–Tener un emprendimiento o una pyme significa tener el privilegio y la responsabilidad de depender de vos mismo. Teniendo en cuenta la búsqueda de ANDE de apoyar aquellos que poseen cierto potencial, ¿cómo se da su evaluación?
-Eso se evalúa, por un lado, con las ventas, con las posibilidades de crecer y de acceder a nuevos mercados, y por el otro, con la posibilidad de crecer en cuanto a lo que tiene que ver con el empleo. Cuando se realiza una primera entrevista, por ejemplo, a través de los Centros Pymes que tenemos distribuidos en todo el país, se le hace un diagnóstico y se evalúan las posibilidades que tiene esa empresa de poder crecer y contratar más trabajadores o tecnología. Esto en contraposición a lo de un emprendedor individual, que es más una figura de autoempleo y que lo que busca es tener un ingreso a fin de mes. Eso es súper válido, pero hay otros instrumentos fuera de ANDE para que lo puedan apoyar.
–Presentaron recientemente SOS Pymes Frontera. ¿De qué se trata? ¿Cuál es su objetivo?
-En esta vinculación que tenemos en el territorio y con el sector privado, nuestros socios del litoral con Argentina nos estaban mencionando lo que ya es conocido: la grave situación que están atravesando las micro y pequeñas empresas. Lo que hicimos fue rediseñar un instrumento que ya teníamos, que habíamos abierto en el 2021, con foco en la pandemia y la reactivación de las empresas. Está focalizado obviamente en los departamentos de la frontera con Argentina: Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano. La idea es que puedan presentarse micro y pequeñas empresas y que puedan recibir asesoramiento, apoyo técnico y económico para poder adecuarse a la nueva realidad.
La digitalización en las mipymes, una deuda pendiente
–¿Qué es el Modo Digital? ¿Qué rol cumple hoy para las mipymes lo digital?
-Modo Digital es un programa de unos US$ 15 millones que lanzamos el año pasado en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para trabajar durante cuatro años, pudiendo ayudar a las mipymes para que incorporen tecnología. Uruguay es un país que tiene altos niveles de digitalización, con una gran cobertura de internet y de banda ancha, con prácticamente el 100% de los trámites gubernamentales en línea. Sin embargo, la adopción de tecnología por parte de las microempresas es muy baja. A las empresas les cuesta introducir la tecnología y llevar la digitalización a sus emprendimientos, ese fue el diagnóstico que se hizo antes de comenzar con el programa de Modo Digital. Veíamos que las pequeñas empresas tienen una gran oportunidad de mejorar su productividad a través de la tecnología porque pueden incorporar mayores canales de venta, porque pueden hacer su proceso productivo más eficiente, con mejores indicadores, pero tenemos que apoyarlas.
–¿Cómo está siendo la receptividad de este programa?
-Tenemos el programa en la calle y está costando convencer a las empresas de los beneficios que tiene la incorporación de tecnología. Estamos haciendo unas actividades de sensibilización y demostrando lo que implica la digitalización en todo el país. Hemos ido a varios departamentos y vamos a estar en el correr del año en todos los departamentos tratando de acercar la importancia de la digitalización. Queremos destacar las posibilidades que nos brinda y también las opciones desde el programa, que cuenta con instrumentos que financian y en algunos casos hasta subsidian la incorporación de tecnología.