José Carlos Mahía, ministro designado de Educación y Cultura
Quien estará a cargo del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) los próximos cinco años dijo, en una extensa entrevista con CRÓNICAS, que ir hacia el 6+1 para la educación es posible, pero que cree que es “difícil llegar”, por la situación económica y porque el punto de partida es “lejano”. Por otro lado, Mahía aclaró que el Congreso Nacional de Educación que impulsará el próximo gobierno -y que el actual decidió no convocar- no “sustituye ni condiciona” las decisiones ni las políticas del gobierno, y aclaró que no tiene la mochila de “continuar cosas de esta administración”, pero tampoco la de tener que cambiarlas “por definición”.
Por Mateo Castells | @teocastells
Menú: El entrevistado eligió de la carta del restaurante Plantado, de Hyatt Centric, bife ancho acompañado de ensalada, y para beber prefirió agua sin gas. Para la sobremesa, optó por café.
-Ha dicho que el bono educativo de $ 2.500 será una prioridad en el próximo período. ¿Cómo lo van a implementar?
-Es una prioridad del programa del Frente Amplio (FA). Para la instrumentación hay que esperar, porque puede ser de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ahora o ANEP un poco después, porque las actuales autoridades son del gobierno saliente. Además, con la salida de Virginia Cáceres, instrumentar esto es difícil y hay que ver cómo se hace. Desde el punto de vista presupuestal es posible, pero hay que evaluar la mejor forma desde el punto de vista instrumental.
-¿Cómo impacta la salida de Virginia Cáceres del Consejo Directivo Central (Codicen) a un mes del inicio de clases?
-Desde el punto de vista educativo, es una muy mala señal. Todo comienzo de clases tiene dificultades y, que la máxima autoridad de la educación pública en Uruguay cese para una campaña electoral sobre el comienzo de cursos, es un problema para la educación. Desde el punto de vista electoral será cuestión del Partido Colorado qué tan bien o mal le va. En definitiva, para la educación es una muy mala decisión y una mala señal.
-En lo que respecta al bono educativo que le mencionaba y también a ese anhelo presupuestal del 6+1, ¿ha mantenido reuniones con el equipo económico?
-No. El ministro tiene claro cuál es la prioridad y el compromiso programático, pero debemos hacernos de la realidad y del estado de situación del país, particularmente en materia de compromisos, endeudamiento y del apartado fiscal. En esos términos, tenemos que ver hasta qué punto podemos avanzar y a qué ritmo. El compromiso programático está, vamos a ir hacia ese destino, pero la cadencia y las formas se elaborarán con el presupuesto.
-¿Es viable acercarse a esa meta presupuestal para la educación, con los números de déficit fiscal actuales y el margen acotado que tiene el gasto público?
-Ir hacia el 6+1 es posible, llegar lo veo difícil, no porque no queramos, sino por la situación económica y porque el punto de partida es lejano.
-¿Qué sería específicamente acercarse?
-Tener el mayor incremento posible, dentro de una política pública que va a exigir una mejora en la gestión.
-¿El bono educativo se va a acompañar con otras medidas? Porque muchas veces este tipo de transferencias suelen ser alivios coyunturales si no se acompañan con medidas y planes estructurales.
-Eso tiene que ver con la designación de las autoridades de ANEP. Nosotros planteamos en el programa un énfasis en lo que refiere a la primera infancia y hablamos del acompañamiento, que es clave. También es importante concientizar a la población de la importancia de la educación y que los hijos asistan todo el tiempo a las instituciones. No solo es una cuestión de plata, es una cuestión de gestión y de concientización a las familias.
-¿De qué forma están contempladas las realidades de aquellos barrios donde está infiltrado el narcotráfico y la inseguridad y los niños se ven expuestos a este tipo de violencia?
-Eso no se soluciona solo desde la educación. La educación es muy importante, pero no lo va a solucionar. Esto tiene que tener una respuesta global del gobierno, donde hay que trabajar los valores y sobre la inclusión en general, donde se involucren varios ministerios. Esto es algo que me preocupa muchísimo por la naturalización del fenómeno, por las consecuencias que trae y porque es algo que comenzó a profundizarse en estos años, que hay que revertir.
-¿Cuál es el cometido de llevar a cabo el Congreso Nacional de la Educación?
-El cometido es cumplir un mandato legal y, además, creo que debe ser un espacio de reflexión y de propuestas que enriquezcan los contenidos que hacen a las políticas públicas que hacen a la educación, que están en manos a nivel constitucional de la ANEP. Entonces, el congreso no sustituye ni condiciona las decisiones de la ANEP ni de las políticas del gobierno.
-O sea, será un ámbito meramente de escucha.
-Y de recibir propuestas. A nivel constitucional, las decisiones son de ANEP, que tiene independencia técnica. El Congreso de Educación tiene rango legal.
-¿Y por qué cree que este gobierno decidió no convocarlo?
-Por una concepción de un modelo que asumió que los docentes podían ser depositarios de las decisiones de las políticas que el gobierno podía llevar adelante.
-¿Depositarios en qué sentido?
-Que no tuvieran participación y que el nivel de involucramiento sea nulo. Creo que los niveles de participación que se generaron fueron más cosméticos que reales. Nosotros nos planteamos revertir eso y tener una mayor participación de la comunidad educativa en lo que refiere a las líneas educativas y a considerarlos dentro de las propuestas. El Congreso de la Educación no va a mandar en materia educativa ni tampoco lo que se diga ahí va a ser ignorado por procedencia. La clave es el equilibrio.
-¿Cómo espera que sea el relacionamiento con los sindicatos?
-Sano. Cada uno defenderá sus puntos de vista con independencia y aspiro a que el diálogo sea fluido. Solo eso.
-¿Qué aprendizajes quedan de periodos anteriores en cuanto al relacionamiento con los sindicatos? Fue muy turbulento en algunos períodos.
-Hubo un episodio muy traumático que fue el decreto de la esencialidad. Si bien nunca se podría descartar, es un camino por el que nunca más quisiéramos transitar.
-¿Qué van a hacer para atacar las bajas tasas de egreso?
-Varias cosas. Primero, mejorar todo lo que refiere a la cobertura inicial de primera infancia e intentar llegar al 100% de asistencia, que es la base sobre la que se sostiene el futuro. Lo segundo será mejorar la presencialidad como una base fundamental para obtener mejores resultados educativos, con instrumentos como los maestros comunitarios y orientadores, que acompañen a los estudiantes, además de apoyo multidisciplinario. También vamos a hacer una apuesta de mejorar la inversión económica y que la participación de los actores educativos sea un motor para mejorar los resultados. No hay un resultado que se pueda medir en un período de gobierno, las experiencias de la mejora de los resultados trascienden las administraciones y estoy seguro de que, sin tener una concepción fundacional, podemos tomar como base herramientas que hoy existen y seguir potenciándolas, como todo lo asociado al Plan Ceibal, que tiene mucho para dar en materia de crecimiento y desarrollo.
-¿Y la reforma educativa? ¿Qué de ella entra en esto que menciona?
-Lo primero es evaluarla, porque se da una paradoja. La denominada transformación educativa comienza en su globalidad cuando el gobierno que la promovió no está. Por lo tanto, lo primero es evaluar. Este año ya están elegidas las clases y los profesores con horas asignadas y grupos armados, y creo que hay que aprovechar este año para evaluar, incluir opiniones de los actores educativos, además de opiniones técnicas, para tener una propuesta sobre fin de año que signifique modificar todo aquello que sea necesario, sin preconceptos. No tengo la mochila de tener que continuar cosas de esta administración, pero tampoco la de tener que cambiarlas por definición. Habrá que cambiar lo que sea necesario y mantener aquellas que lo merezcan.
-Se dice que el MEC reina, pero no gobierna, que quien realmente gobierna en la educación es el Codicen. ¿Cómo es su vínculo con Pablo Caggiani?
-Muy bueno. Yo propuse su nombre a Orsi y estoy convencido de que tiene grandes condiciones para llevar adelante el cargo de director. Me imagino un futuro de articulación en términos de un respeto estricto a la autonomía que la constitución le da a ANEP y un rol orientador del MEC, con la reinstalación del Sistema Nacional de Educación Pública.
-¿Se le va a dar lugar a la oposición en el Codicen?
-En Codicen, no, en otros lugares del Estado, sí. Entiendo que eso se resolverá desde Presidencia en estos días.
-¿Por qué en Codicen no?
-Porque hay dos órdenes de docentes y trabajadores de la educación ya ocupados. El gobierno debe tener mayoría en la educación y por eso es que debe tener los tres lugares.
-¿Eso no va un poco en contra del afán dialoguista que manifestó Orsi cuando ganó?
-No, porque una cosa es dialogar y otra es cogobernar. El FA y yo tenemos intención de dialogar y construir propuestas que trasciendan las visiones del gobierno, pero la ciudadanía fue clara y dictaminó que unos deben gobernar y otros no. Y así vamos a trabajar.
“Este gobierno flexibilizó mucho las pautas de egreso, no es extraño que esas cifras hayan mejorado”
-Datos del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) muestran que solo el 51,6% de la población de entre 21 y 23 años terminó la educación obligatoria. Este gobierno se planteó aumentar la tasa al 70% y no la cumplió. ¿Cuál será la meta en su gestión en cuanto a estas cifras?
-El contenido de los números estadísticos es relativo. Este gobierno flexibilizó mucho las pautas de egreso, por lo tanto, no es extraño que desde el punto de vista de los resultados administrativos, esas cifras hayan mejorado levemente, aunque, en términos generales, las mediciones oficiales muestran que estamos peor que cuando inició este gobierno. Hay que ser muy humildes a la hora de fijarnos las metas y, en esos términos, yo creo que atarnos a las cifras es un error. Le pasó al gobierno anterior de Tabaré Vázquez y a esta administración. Lo que pasa es que no se puede llegar con la carga de decir que la administración anterior fue espantosa y anunciar algo radical para mejorar la educación, como le pasó a esta administración. Caer en una visión simplista y de política partidaria como se tuvo en esta administración no es el camino que vamos a desarrollar.