Pablo da Silveira: “El FA tiene demasiados amigos en el mundo educativo y eso lo paraliza”

EN HYATT CENTRIC

Foto: Serrana Pin

Pablo da Silveira, ministro de Educación y Cultura

Conforme con la reforma educativa, que él prefiere llamar transformación, el ministro Da Silveira dijo, en entrevista con CRÓNICAS, que la tasa de egreso de la educación media es “bajísima” en términos comparados con la región y destacó que no todos los sindicatos tuvieron “la misma actitud de oposición salvaje” a “cualquier cosa que hiciéramos”. También resaltó el apoyo “enorme” que han dado los docentes en la reforma educativa y agregó que el Frente Amplio (FA) ha actuado con “mucha hipocresía y demagogia” en la educación.

Por Mateo Castells | @teocastells


Menú: Risotto sepia de langostinos, calamares y pulpo fue la elección del entrevistado, que acompañó con agua sin gas. De postre pidió flan con dulce de leche y, para concluir, un café expreso.


-¿Qué evaluación realiza de estos casi cinco años al frente del Ministerio?

-Es demasiado temprano para evaluar. Nos queda medio año de gobierno y vamos a trabajar hasta el último día. Dicho eso, creo que ha sido una gestión muy marcada por lo que fue la pandemia. Nosotros llegamos en marzo de 2020 con una planificación muy detallada a hacer lo que todos queríamos en educación, pero el 13 de marzo tuvimos que meter esa planificación en un cajón y salir a responder a una emergencia que demandó muchísimo esfuerzo. No hay que olvidarse que fuimos los primeros en cerrar las instituciones educativas en todo el continente y los primeros en abrirlas. Hubo que tomar muchas medidas, asegurar la distribución de alimentos aunque las escuelas estuvieran cerradas y hacer lo necesario para que Ceibal pudiera compensar el cierre de clases, que fue más complicado de lo que parece. Y todo eso se tradujo en lo que mostraron las pruebas PISA del año pasado, y es que Uruguay está entre los países del mundo menos afectados en términos de aprendizaje por la pandemia. 

-Además de la pandemia y lo que menciona, con el diario del lunes y evaluando todo lo acontecido, ¿hubiera hecho algo distinto con respecto a la reforma educativa?

-Uno siempre aprende y en segundas oportunidades encuentra cosas que no haría exactamente de la misma manera. Pero, al mismo tiempo, estamos contentos con la estrategia elegida, que fue impulsar una transformación educativa sostenida en cuatro pilares que apuntaron al cambio de gobernanza, a la gestión institucional, a la transformación curricular y al fortalecimiento de la formación docente ligado al reconocimiento de carácter universitario. Estos cuatro pilares estuvieron bien elegidos y hemos conseguido hacer avances en todos, pero eso no significa que todos los problemas hayan sido resueltos ni que no quede nada por hacer. Queda por hacer mucho más de lo que se hizo.

-Distintos sindicatos han sido muy críticos con esta reforma. ¿Cree que hubiera sido distinta su postura si esta reforma la hacía el FA? ¿Fue un tema que se politizó por demás?

-Es importante distinguir entre docentes, sindicatos y dirigentes sindicales. Los docentes han dado un apoyo enorme a esta transformación educativa. Muchos de ellos han entendido el sentido de esta transformación y su pertinencia, y se han comprometido. Los sindicatos son organizaciones que está bien que existan en una sociedad pluralista y no son todos iguales, ni siquiera todos los sindicatos de la educación. Hay algunos con los que es más fácil y otros con los que es más difícil. No todos los sindicatos tuvieron la misma actitud de oposición salvaje a cualquier cosa que hiciéramos y creo que, independientemente de que tienen todo el derecho de hacer lo que quieran, sí tuvieron una posición que no refleja la de esos miles de docentes que se involucraron y comprometieron. En ese sentido, fueron una voz legítima, pero no una voz que para nosotros sea determinante. El FA ha actuado con mucha hipocresía y demagogia en el tema de la educación, reclamando una participación que cuando fueron gobierno no aplicaron, o que aplicaron esporádicamente. 

-Fue muy crítico con lo que dice el programa del FA en su apartado de educación, que habla de una mayor participación docente. El mismo Orsi dijo “yo quiero a los docentes”. ¿Qué cree que pasaría con la educación si en el próximo período gobierna el FA?

-El programa del FA dice algo tremendo. Quieren reinstalar como algo obligatorio el Congreso Nacional de Educación, que nosotros no eliminamos, sino que lo dejamos como optativo y que cada gobierno elige si lo convoca o no. Pero no es solo eso, su programa dice que el Congreso, que es básicamente una reunión de docentes sindicalizados, debe ser políticamente vinculante. Vinculante es una palabra técnica, que quiere decir obligatorio. Vinculantes son las leyes. Esto quiere decir que lo que está proponiendo el FA es que una reunión de docentes sindicalizados pueda tomar decisiones que van a ser obligatorias para el gobierno en funciones, no jurídicamente hablando, sino políticamente. Entonces, si el FA llega al gobierno, va a haber un conjunto de legisladores que supuestamente representan a la ciudadanía y un Poder Ejecutivo, que también supuestamente representa a la ciudadanía, pero que en materia educativa no van a tener que reflejar las posiciones y deseos de la ciudadanía, sino que van a aceptar quedar políticamente obligados por lo que decide un congreso de docentes sindicalizados. Creo que es de los puntos más alarmantes que se incluyen en las bases programáticas del FA.

-¿Por qué cree que gobierno y oposición tienen miradas tan distintas al respecto de la educación?

-Creo que el FA tiene demasiados amigos en el mundo educativo y cualquier cosa que haga va a tocar intereses de amigos u organizaciones que son apoyos políticos del propio partido, y eso lo paraliza. Y por eso no ha podido hacer nada de fondo en los 15 años que gobernó y tampoco podría hacer nada en el caso de que vuelva al gobierno. El FA está demasiado paralizado en cómo lo condiciona su compañero de ruta y sus apoyos políticos. Eso vale en general para el FA, porque su dirigencia no estaba convencida de hacer el referéndum contra la LUC, porque pensaban, con razón, que si perdían, la LUC quedaba legitimada. Fue el PIT-CNT el que los embarcó en esa aventura. Y ahora hay una gran parte del FA que no está de acuerdo con la locura del plebiscito relativo a la seguridad social, pero una vez más la central sindical los metió en eso. Entonces, creo que un problema que tiene el FA es que le falta autonomía política, y en educación eso llega a grados extremos.

-Según datos del Ineed, en 2023 solo el 51,6% de la población de entre 21 y 23 años terminó la educación obligatoria, lo que muestra que la meta de este gobierno, que se situó en el entorno del 70% de egreso, no se cumplirá, al igual que no se cumplió en el anterior período de gobierno. Teniendo en cuenta que es un problema que ha estado presente más allá de partidos y períodos de gobierno, ¿por qué no se generan acuerdos para abordar la educación en Uruguay? ¿Qué hace falta para hacer lo que planteaba EDUY21, de proponerse metas de 10 a 15 años?

-Esa cifra de tasa de egreso de la educación media representa la mejora más importante que ha habido en las últimas décadas. El porcentaje de mejora en este período de gobierno es el más alto que se logró en un quinquenio en muchos años. El FA siempre estuvo en el entorno del 40% y nunca pasó la barrera del 50%. 

-Pero aun así no se cumplieron las expectativas…

-No estamos conformes con eso. Para nada. Porque nuestra tasa de egreso de la educación media es bajísima en términos comparados. Para tener una idea, en Chile está en más del 80% y en otros países de la región oscila en el 70%. Estamos muy mal en este apartado, pero por primera vez en muchos años, hay una dinámica de mejora en esta materia. Nosotros estamos mejorando las cosas. Conseguimos que por primera vez hubiera una dinámica de mejora, pero todavía estamos muy lejos de donde queremos estar. Y por eso, creo en fijarse metas ambiciosas cuando aun en cierto momento tengas que decir “esto no lo cumplí”. Primero, porque es una forma de fijar prioridades y de enviar mensajes a los ciudadanos respecto de cómo nos deben evaluar. Y segundo, aunque eventualmente no se llegue a cumplir una meta muy ambiciosa, todos los esfuerzos realizados para cumplirla te llevan a un guarismo mejor que el que hubieras alcanzado si no te hubieras propuesto alcanzar esa meta tan ambiciosa. No olvidemos que en los años del FA hubo dos grandes acuerdos de todos los partidos sobre la educación y no sirvieron para nada. Nunca se ejecutaron el total de las cláusulas que estaban establecidas en esos acuerdos. Es bueno que en una sociedad haya acuerdos y en Uruguay felizmente construimos muchos, pero ojo con creer que hay que hacerlo todo por consenso, porque no hay idea más paralizadora que el consenso.


“Se hizo un esfuerzo económico por darle a la educación todo lo que se podía en un contexto complicado”

-¿Faltó presupuesto para la educación?

-Si tenemos en cuenta que tuvimos una pandemia, una sequía histórica, una crisis cambiaria con Argentina y una guerra en Europa que afectó la economía global, creo que el esfuerzo que se hizo ha sido muy significativo. Si no hubiera pasado nada de lo anterior, seguramente habríamos tenido más plata. Pero lo que se hizo fue un esfuerzo muy grande de racionalización. Hay un reclamo permanente de los docentes de que se redujeron grupos, sin embargo, no pasó nada muy grave. ¿No será que había demasiados grupos chicos con un docente a cargo y que en realidad no hacían falta tantos? Lo que se hizo en estos años fue un esfuerzo grande de racionalización y un esfuerzo económico por darle a la educación toda la plata que se le podía dar en un contexto complicado.


“Tirar acusaciones al voleo para generar sospecha, es jugar sucio”

-¿Qué opina del argumento que ha utilizado la oposición para atacar la reforma, de que la baja significativa de los niveles de repetición se debe a la baja exigencia que se imparte en las aulas del país?

-Nosotros somos muy transparentes y hemos potenciado al Ineed, que es la principal herramienta que tiene el país para saber cómo estamos, y hasta tal punto es así que el Ineed nos ha dado malas noticias y las hemos aceptado e incorporado como datos del problema. Creo que cuando se hacen esta clase de acusaciones, que son muy graves, hay que tener la seriedad de acompañarlas con evidencia. Tirar acusaciones al voleo para generar sospecha, sin decir nada demasiado concreto, me parece que es jugar sucio.