Raúl Montero, presidente de OSE
Conoce de cerca el trabajo de OSE porque se desempeñó allí durante más de 20 años. Luego de una década en la Intendencia de Durazno, volvió al organismo para ocupar la presidencia. En muchos aspectos lo encontró igual, pero con una evolución en materia de cobertura de servicios y un avance tecnológico que pretende profundizar. Además, proyecta hacer un análisis de las últimas inversiones realizadas por la empresa pública, para determinar si estuvieron bien orientadas o fueron insuficientes.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-Por más de 20 años había trabajado en OSE y ahora volvió como presidente. ¿Qué ventajas le da el haber tenido esa experiencia?
-Yo entré en el año 86, en el 90 empecé a ejercer como jefe técnico de Durazno y cubrí también Florida y Flores por algunos años. Estuve hasta el 2009 en ese cargo y luego, por 10 años, fui director general de Obras de la Intendencia de Durazno. Ahora vuelvo a OSE como presidente, como tú dices. Yo creo que me da la ventaja de conocer, puede ser una desventaja también ser un poco subjetivo, porque uno realmente tiene muchos amigos y conocidos, y empieza a tener cariño por la OSE. Pero son más las ventajas que las desventajas.
-¿Cómo analiza la evolución que ha tenido el organismo?
-OSE ha logrado tener una cobertura de agua muy importante en las zonas urbanas, que se arrima casi al 100%; no es tan así en saneamiento, donde alcanza casi el 50%. Recordemos que el saneamiento del Interior es responsabilidad de OSE, pero en Montevideo se encarga la Intendencia.
Sigue siendo un organismo muy dependiente de la tarifa, no tiene reservas ni hace aportes al gobierno nacional porque no hay superávit. Tiene algunas condicionantes que hacen que quede como anclada y que desde afuera se la vea con una visión de retraso tecnológico. Yo siempre digo que OSE tiene una característica: no se va a poder liberar del caño y el agua va a seguir siendo la misma. Como dijera un amigo, no va a circular a velocidades mayores a un metro por segundo. ¿Por qué digo esto? Porque si uno habla de una empresa de comunicaciones, se pasó del cobre a la fibra óptica, pero el volumen del agua no podemos cambiarlo, entonces estamos anclados en ese sentido.
-¿En qué aspectos se puede avanzar?
-Tenemos que avanzar en los controles de los sistemas. Ya ha habido algunos avances. Hay regiones que están monitoreadas con un celular, desde donde se puede ver cómo está funcionando una bomba. Debemos aprovechar el avance tecnológico para disminuir esos defectos que se le achacan a la OSE de que demora en reaccionar ante ciertos problemas. Por ejemplo, tratar de minimizar derrames de aguas servidas por falta de funcionamiento de diferentes instalaciones. Y es necesario renovar la infraestructura, que tal vez sea el origen de los malos índices de agua facturada sobre agua elevada. OSE tiene miles de kilómetros de red, pero renueva menos del 1% por año, diría que un 0,7%-0,8%.
-¿Se piensa en resolver esos malos índices de agua facturada sobre agua elevada?
-Tenemos el desafío de orientar mejor todo lo que ha invertido OSE. Es decir, tal vez nos hayamos equivocado en hacia dónde orientar las inversiones o los gastos. No estamos seguros de que hayamos apuntado bien en el sentido de que no ha rendido lo que se ha invertido. No estoy señalando un error, estoy diciendo que queremos estudiar si hubo equivocaciones.
-¿Se refiere a las últimas administraciones?
-Sí, en general. El balance de agua de OSE está anclado en un valor cercano al 50%, o sea, se factura el 50% del agua que se produce. Hay un 4% o 5% que no se factura pero se sabe a dónde va y es necesario para el mismo proceso, porque es propio de algunos procedimientos para mantener la calidad del agua, como purgar tuberías, lavar tanques o distintas instalaciones. Pero hay otro 45% que hay que achicarlo, y muchas veces lo que se ha invertido no se nota en los resultados.
Lo que queremos evaluar es si eso es porque no tenemos la estrategia adecuada y no estamos atacando aquellos problemas que realmente interesan, o es que el problema es difícil y necesitamos más recursos y otros procedimientos.
El 45% no facturado se compone de pérdidas, las que la gente ve en la calle y las que no se ven, que hay que encontrarlas. Pero también de veces que medimos de menos o que no medimos porque hay gente que comete algún fraude, y razones administrativas. Hay temas de legalidad, de gente que consume agua y no es registrada por OSE, que es una cifra importante. Tenemos que atacar todos esos flancos.
-Entonces, quieren evaluar si las últimas inversiones estuvieron en el eje correcto.
-Si estuvieron en el eje correcto o es que han sido insuficientes y por eso solo nos han dado para hacer mejoras puntuales.
-Ahora, dada la situación actual, si la conclusión es que las inversiones fueron insuficientes…
-Ahí estaríamos frente a un problema y tendríamos que buscar otro recurso.
-Hablaba de la dependencia que tiene OSE con respecto a la tarifa y la imposibilidad de contribuir con Rentas Generales. ¿Se plantea apuntar a mejorar ese aspecto? Porque también es cierto que en OSE pesa más lo social a la hora de llegar a una población más vulnerable, que lo económico.
-Lo digo como un hecho concreto, no es una queja. Los esfuerzos tienen que apuntar a mejorar la eficiencia de los servicios y no a aumentar una tarifa por tener superávit. Estoy de acuerdo con lo que dices, y más en este momento, cuando más sensible es el poder dar agua a todo el que la necesita. El gobierno nacional y el mundo entero están haciendo una campaña para resistir a la pandemia basada en mejorar los hábitos de higiene, pero damos por sentado que tenemos agua. Es algo obvio, pero a mí me da cierto orgullo. O sea, nadie duda de que en Uruguay, salvo algunas excepciones, tenemos agua en calidad y en cantidad.
-¿Cuáles son esos planes para mejorar la eficiencia de los servicios?
-Tenemos algunas ideas. Nos encontramos con varios problemas y tal vez la sequía ha desnudado fragilidades en el sistema de abastecimiento de agua. En algunas zonas tenemos un déficit importante de fuentes de agua y es necesario plantearse un aumento.
Se había planteado hacer una reserva en Casupá. Es una idea relativamente vieja, pero el directorio anterior la dejó encaminada. Nosotros la estamos siguiendo, viendo cómo ejecutarla. Tenemos un ofrecimiento de financiación. Tiene un valor de 80 millones de dólares, que si sumamos las expropiaciones llegamos a 100 millones. Eso equivale a lo que OSE viene invirtiendo por año, o sea que es un monto demasiado importante como para encararlo solos. Estamos hablando con OPP y con el Ministerio de Economía a fin de conseguir el apoyo requerido.
A su vez, tenemos que ir ejecutando inversiones que van desde procesos continuos como hacer conexiones nuevas de agua y saneamiento, hasta la mejora de la calidad de los efluentes que vertemos en los cursos de agua. En ese sentido OSE ha hecho muchas plantas de tratamiento de aguas residuales y no vamos a interrumpir ese proceso. Además, sabemos que es ambicioso por la situación en que estamos, pero no queremos renunciar a continuar desarrollando el saneamiento del Interior.
-¿La universalización del saneamiento es un objetivo a seguir?
-Si queremos universalizar el saneamiento vamos a estar frente a un problema que trasciende este período de gobierno y varios más. Ahí va a haber que usar un poco el ingenio; es imposible encarar todo porque estamos hablando de miles de millones de dólares. Lo que tenemos que hacer es mejorar las condiciones de vida y buscar otras soluciones que vayan mitigando los problemas, a los efectos de no dejar de lado a nadie en todo el país.
-¿La política de ajuste que el gobierno está llevando adelante no limita el margen para invertir?
-Siempre limita. Por un tema de responsabilidad estamos obligados a repensar las inversiones. Nosotros estamos trabajando para reducir un 15% las inversiones este año. También queremos disminuir los gastos, sobre todo, los que no están directamente relacionados con la producción de agua.
-¿Está prevista la realización de auditorías?
-Estamos muy ocupados en hacer que esto funcione bien. Hemos visto algunas cosas que nos parecen errores y, en la medida que entendamos que tenemos un problema que amerite la auditoría, la vamos a hacer, pero no dejamos de mirar hacia adelante.
-¿Qué tipo de errores han encontrado?
-Por ejemplo, compras de productos críticos en las que no se usaban los procedimientos correctos –se usaba mucho el sistema de compra directa por razones de urgencia-, pero ya hay una investigación en curso y algunos funcionarios están siendo investigados.
-¿Con qué objetivos cumplidos le gustaría culminar el período?
-Si le damos seguridad al agua de Montevideo, si logramos mover el nivel de agua facturada sobre la elevada en un porcentaje razonable y si podemos avanzar en el sistema de saneamiento en el Interior, yo me sentiría muy satisfecho. Otra satisfacción, que es más subjetiva, es volver a restaurar la confianza en OSE.
-¿Por qué cree que se ha perdido la confianza?
-Puede ser que sea culpa del organismo, de nosotros los funcionarios, pero también creo que no se ha defendido bien de algunos ataques (de quienes denuncian una mala calidad del agua). Más allá de que seguramente hayamos cometido errores en estos años, desacreditar el agua de OSE es dejar sin esa única fuente segura de agua a mucha gente humilde, y es de cierta irresponsabilidad.
A mí me molesta cuando algún académico realiza críticas muy violentas sobre eso. Las recibimos, pero nos preocupa que se genere una desconfianza que empuje a la gente hacia otra fuente de agua que sea muchísimo menos controlada.
Tal vez OSE no sea transparente en la información que da. Hay que decir más lo que pasa, y si tenemos problemas, hay que decirlo. Yo apunto a la transparencia en los procederes y a ser más claro con la gente.