Valeria Ripoll, candidata a vicepresidenta por el Partido Nacional
A Valeria Ripoll no le pesa la idea de tener que ocupar un rol articulador y negociador como lo es el de la vicepresidencia. Lo que más pasa por su cabeza, confesó, es la responsabilidad que asumió de representar a colectivos que han puesto su confianza en ella para llevar al Parlamento debates que quizá otros llevarían de otra forma. Así lo narró en una entrevista con CRÓNICAS, en la que además destacó que sufren la comparación de 15 años contra cinco y que, “sin embargo, el saldo es positivo en la mayoría de las cosas”, y que el problema de la pobreza es “el mismo que había en los períodos anteriores”.
Por Mateo Castells | @teocastells
Menú: La entrevistada degustó risotto sepia de langostinos, calamares y pulpos, que acompañó con jugo de naranja natural.
-Usted es candidata a la vicepresidencia por el Partido Nacional (PN). ¿Cómo se visualiza ocupando ese rol, que es más bien articulador, y presidiendo la Cámara Alta?
-La vicepresidencia tiene mucha negociación. Creo que hay que negociar mucho con los propios y con la oposición y es de las cosas que menos me preocupan, porque viniendo del movimiento sindical, la mayoría de la actividad tiene que ver con la negociación. Es un rol en el que me veo bien y para el que estoy capacitada, porque tuve 15 años de experiencia en Adeom. Sí estoy permanentemente pensando en esa responsabilidad que asumí, de representar a colectivos que realmente están poniendo su confianza en mí. Siento sobre mis hombros un compromiso con colectivos como el de familias con personas con discapacidad, que tengo claro que han depositado gran confianza en que yo pueda llevar al seno del Parlamento debates que quizá otro no lleve de la misma forma. El hecho de haber vivido algunas situaciones me generó una experiencia sobre las necesidades de la gente.
-Esta sensibilidad por las causas que menciona, ¿cree que está contemplada por el PN?
-Sí, tiene que ver con la decisión de Álvaro de que yo sea su compañera de fórmula, buscando tener esas sensibilidades que complementen y buscar priorizarlas en el Parlamento. Yo conocí a Álvaro a partir de plantearle problemáticas de las personas con autismo en pandemia y así empezó nuestro vínculo. Yo trabajé en su equipo técnico para la elaboración del programa en este tema y hay otros temas que también son muy importantes para mí, en los que pienso poner el centro, como salud mental, adicciones y políticas sociales. Estos temas están en el centro de lo que plantea el propio partido y han sido los que priorizamos al momento de presentar el programa.
-¿Y cree que estos temas que menciona fueron prioridad en este gobierno?
-Sí. Hay algo que me mostró este gobierno, estando alejada de la política, que tiene que ver con el tener todas las excusas para no hacer y hacerlo igual. Mi hijo Nahuel, que tiene autismo, tiene 17 años. Su diagnóstico fue a los dos años, y ahí empezó mi militancia social, que tiene que ver con las necesidades de mucha gente. A medida que se profundiza, uno ve que en el Frente Amplio (FA) se usó a los colectivos sociales para llegar al poder, y se suponía que cuando llegaran al gobierno iban a aplicar políticas que realmente cambiaran la vida de la gente, y no lo hicieron. Y 15 años es mucho tiempo, donde no hubo crisis ni pandemia, donde tuvieron mayoría parlamentaria y bonanza económica. Lo que no hicieron fue porque no quisieron, no porque no pudieron. Ese fue uno de los dos motivos por los que me fui, no solo del FA, sino de la política, porque entendí que usaban a la gente y después, cuando tenían las posibilidades, no hacían lo que prometían. Y, sin embargo, en este gobierno donde yo no era una militante partidaria, llevé un problema y me escucharon, con cosas que se resolvieron en el momento y que, durante el gobierno, más allá de la pandemia, varias acciones que pedimos se hicieron.
-Pasado el ruido de las internas y el impacto que tuvo su designación en el electorado, ¿cómo cree que hoy está impactando su figura en la intención de voto?
-Fue una buena decisión de Álvaro, no porque se trate de mí, sino por el perfil que él buscó. Nosotros somos una fórmula que se complementa. Él es el político de toda la vida y su elección de vice tuvo que ver con ese complemento que viene desde lo social, con una mujer que es madre, que tiene los problemas que tiene la mayoría de la población y las mismas dificultades. Algunas cosas que en su momento quisieron poner como deméritos, terminaron siendo las características de las problemáticas de la población. ¿Quién no tiene un préstamo en su sueldo o problemas para llegar a fin de mes? Estoy convencida de que ese fue el perfil que buscó y lo está demostrando la propia campaña que era lo que la gente necesitaba. La gente necesitaba esa cercanía.
-Tanto usted como Álvaro Delgado han defendido que hay una mayoría silenciosa que busca continuidad y que no hay ambiente de cambio, como sí lo había en 2019. Sin embargo, una encuesta de Cifra que consultó a la población sobre qué cambios debería hacer el próximo gobierno, muestra que el 33% haría «muchos ajustes», el 37% haría «algunos ajustes» y el 20% optaría por un cambio de rumbo y el 8% mantendría el rumbo actual. ¿Cómo interpreta estos números?
-Creo que la mayoría está planteando que hay algunas cosas que cambiar y nosotros estamos de acuerdo. No vamos a hacer exactamente lo mismo que hizo este gobierno. Hay que acordarse de que en este período pasaron muchas cosas, donde durante dos años el gobierno estuvo enfocado en la pandemia y en cuidar a la gente. Estoy convencida de que en el próximo período hay cosas para mejorar y hay algunas que vamos a tener que cambiar. Nosotros sufrimos la comparación de 15 años con cinco y, sin embargo, el saldo es positivo en la mayoría de las cosas. No estamos bien, pero estamos mejor.
-¿Cuáles son esos temas donde considera que se deben hacer cambios?
-Hay que seguir profundizando la transformación educativa y seguir avanzando en los distintos niveles de la educación. La transformación educativa era necesaria y no podemos volver atrás. Lo que tiene que ver con la generación de empleo también. Nosotros generamos muchos empleos, pero falta y hay que incentivar el empleo joven. También tenemos los mayores números de desempleo en las mujeres jóvenes del interior sobre todo y hay que incentivar las inversiones, para que la contraprestación de algunos beneficios que planteamos para que se instalen nuevos inversores, tenga que ver con el incentivo al trabajo juvenil.
-¿Y la desigualdad en los salarios? No parece ser un tema que esté en discusión en la campaña.
-También. Pero yo creo que el camino es el correcto. Lo que falta es más tiempo para que se pueda ver el efecto de algunas de las medidas que se llevaron adelante. Es todo lo que tiene que ver con las políticas sociales y con el hecho de que no se quite el apoyo cuando alguien consigue trabajo. No alcanzamos a todos, pero hay que seguir trabajando y mejorando las condiciones de todas las personas. Si queremos atacar la pobreza infantil, hay que universalizar el acceso a las escuelas de tiempo completo y tiempo extendido, a la extensión de los CAIF y a que los padres de esos niños puedan acceder a trabajos dignos. Para que se vean los resultados se precisa más tiempo, porque hay políticas con las cuales de un día para el otro no se ven los cambios que se necesitan. Las cifras de la pobreza demuestran que venimos en esa reducción.
-Sobre esto que menciona, los datos muestran que en los principales problemas que tiene hoy el país, existe cierta estacionalidad. Hay 167.000 niños pobres y ocho de cada 10 jóvenes de contexto crítico no culminan la educación media, por ejemplo. ¿Qué hace falta para generar acuerdos nacionales para abordar temas complejos e importantes para el país, siendo que recientemente se aprobó el proyecto de ley de la diputada Lustemberg, que apunta en ese camino?
-Hay que tener una mirada más a largo plazo. En infancia era necesario tener algo así. Hay temas que se deben transformar en políticas de Estado y que trasciendan, no pueden ser solo políticas públicas con una mirada cortoplacista de cinco años, porque así no lo vamos a resolver. El problema de pobreza que tenemos es el mismo que el que había en los períodos anteriores. El casco duro de la pobreza es el más difícil de atacar, que si no se tiene una mirada de largo plazo no se va a poder resolver, porque no van a dejar de ser hogares pobres de acá a un par de años. Se tiene que hacer un trabajo que corte un proceso generacional de hogares que vienen de varias generaciones que traen estas situaciones, donde hay problemas de consumo, con hogares monoparentales y sin el apoyo suficiente.
-¿Estos temas se transforman en botines electorales si no se plantea una mirada a largo plazo?
-Es lo que está pasando. Por momentos no puedo creer que Yamandú Orsi plantee que estamos en los peores momentos de inseguridad del país, parece que no vivió en Uruguay en 2018 y 2019, cuando realmente la situación era insostenible.
-¿Y no es un discurso similar al que utilizó la oposición en aquel entonces?
-No, porque 15 años no es lo mismo que cinco. Y en 15 años lo único que hicieron fue empeorar la situación de seguridad del país, romantizando la delincuencia y liberando presos, que es lo mismo que plantean hoy. Desde el FA se han tomado con poca seriedad el tema de la seguridad y lo que dicen es mentira. Uruguay no es un país más inseguro, no logramos las cifras que queríamos porque el tiempo no alcanzó para aplicar políticas de largo plazo.
-Visto esto que menciona y teniendo en cuenta su postura ante la necesidad de hacer acuerdos políticos sobre temas centrales, ¿cree que es viable hacer un acuerdo en seguridad con el FA?
-Si ellos lo toman con la seriedad que el tema necesita, sí. Nosotros siempre estuvimos a disposición de ellos y, de hecho, en este período se generó un grupo de trabajo donde quien no quiso aportar fue el FA. Entonces, la realidad es que dependerá de ellos si forman parte de un acuerdo nacional o no.
“En Uruguay estamos acostumbrados a los malos dirigentes sindicales”
-Desde que fue designada como candidata a vice, en todas las entrevistas se ha enfrentado con su archivo. Su postura sobre la LUC, la reforma educativa y de seguridad social y hasta una denuncia al intendente de Rocha, fueron los puntos donde distintos periodistas le mostraron su postura anterior a formar parte del PN, a las que usted respondió que se trataba de la postura que representaba al colectivo que integraba, que era Adeom. ¿Hoy lo que defiende representa lo que piensa Valeria Ripoll o lo que piensa el PN?
-Está claro que si estoy en el PN es porque acompaño al colectivo, a lo que piensa y propone. Obviamente, en algunos temas hay diferencias, pero igualmente creo que en el archivo se me han puesto sobre la mesa distintas situaciones. En Uruguay estamos acostumbrados a los malos dirigentes sindicales, que ponen primero su posición personal y nunca discuten en las bases de su sindicato. Un ejemplo de ello es cuando Marcelo Abdala viajó a Venezuela y se sentó con Maduro y le dijo que iba en nombre del pueblo trabajador uruguayo, cuando el PIT-CNT nunca discutió su posición sobre Venezuela y él fue a decir que defendíamos la revolución bolivariana. La mayoría de los dirigentes sindicales tienen doble camiseta, no dejan la actividad sindical y militan para ser senadores o diputados, como ocurre hoy en el FA.