El exministro de Turismo tiene claro que el Partido Colorado, teniendo en cuenta las últimas votaciones, debe recuperarse “mucho” para llegar a liderar la coalición, pero, aún así, trabaja para ganar la interna y ser mayoría en octubre, según manifestó en una extensa entrevista que concedió a CRÓNICAS. A su vez, respecto de la coalición republicana que promueve su partido, Viera dijo que si no se logra un acuerdo “más amplio”, que comprenda todos los departamentos, peligra el futuro y la existencia de la propia coalición.
Por Mateo Castells | @teocastells
Matambre a la leche con puré de calabaza, acompañado de agua sin gas fue la elección del entrevistado del extenso menú de La Corte. De postre eligió flan con dulce de leche, y para finalizar pidió un café simple.
-El Partido Colorado (PC) atraviesa un momento bisagra, donde tiene seis precandidaturas y se ha apuntado hacia la falta de liderazgos marcados. ¿A qué atribuye esta situación?
-La diversidad de candidatos es positiva y creo que para eso son las elecciones internas. Es la misma cantidad de precandidatos que tuvimos en 2019. Me parece razonable que el PC, dadas sus actuales circunstancias, tenga un abanico amplio de ofertas, que haga que todo colorado que haya votado dentro o fuera del partido tenga una posibilidad de sentirse representado o un espacio donde participar. El PC sigue buscando, de alguna manera, la renovación del liderazgo, más allá de las candidaturas, y por eso el claim de mi campaña es «Liderazgo para el cambio», porque creo que el 30 de junio se elige el candidato a presidente por el PC, pero también un liderazgo. Nosotros proponemos un liderazgo que vuelva a las raíces coloradas y batllistas, y que impulse un proyecto para impregnar a la coalición de más batllismo.
-¿A qué factores atribuye la baja intención de voto?
-El PC empezó a votar relativamente bajo a partir de la elección de 2004, y como siempre, los resultados son causados por varios temas. Nosotros hemos analizado muchos y uno de ellos fue la crisis que le tocó vivir al presidente Batlle, y cuando hay ese tipo de crisis, donde la gente sufre, los costos políticos los paga el partido de gobierno. El otro motivo es que justamente esto coincidió con un proceso de renovación en la interna partidaria. No es que no haya aparecido renovación, porque en definitiva aparecieron Bordaberry y Talvi, que entusiasmaron a mucha gente, pero lamentablemente no perduraron.
-¿Considera que los viejos caudillos, incluyéndolo, no hicieron lo necesario para impulsar nuevos liderazgos?
-Los liderazgos no se inventan, nacen. A veces se trata de oportunidades. Yo fui un dirigente del PC y líder en una región, después fui dirigente nacional a fuerza de trabajo y necesidad del partido, pero es la primera vez que soy precandidato a presidente.
-La interna ha tenido distintos movimientos, con precandidatos que se bajaron y apoyaron a otros, como Zubía y Acosta y Lara. ¿Cómo ve estos movimientos?
-Son movimientos naturales. Hay candidaturas que no crecen, y cuando eso pasa el candidato se da cuenta que no tiene las posibilidades que creía tener, y a raíz de negociaciones y afinidades decide bajar su candidatura y apoyar a otras. Se da en el mundo entero. En algunos casos quedan dudas si esas alianzas son compatibles, pero lo importante es llegar a acuerdos, que es de lo que se trata la política.
-¿Cree que el manual de hacer política para las internas quedó obsoleto? Quedó demostrado en 2019 que ya no gana quien tiene más territorio.
-Es difícil hablar de un manual. Cada elección es una historia diferente y una situación distinta. No hay recetas, y sobre todo en el mundo actual, con una comunicación que es fundamental y que ha cambiado mucho, con la irrupción de internet y las redes sociales. De todas formas, creo que para la elección interna siempre una estructura política es imprescindible.
-¿Qué reflexión le dejo la especulación de que Julio Luis Sanguinetti lo suplantara, cuando usted dijo que iba a renunciar al Ministerio? Se dijo en su momento que, en caso de ser él el nuevo ministro, usted no renunciaría.
-Yo no dije eso. Desmiento todo lo que circuló en prensa respecto de ese episodio. Lo que pasa es que cuando hay una designación es lógico que se den conversaciones y propuestas, con debates en la interna de cualquier partido, además de que es inevitable que se manejen algunos nombres. Como esa decisión se demoró mucho, terminó trascendiendo el nombre de Julio Luis, que sí estuvo propuesto, antes de que se concretara la definición, pero después fue él mismo quien se encargó de decir que retiraba su nombre para el cargo. Yo propuse otro nombre, que es el hoy ministro, que no fue por un tema personal, sino porque a mí me gusta tomar este tipo de decisiones con criterio. Yo propuse, en la mesa chica de Batllistas, a alguien que tuviera conocimiento de la gestión, con un perfil más técnico que político, porque iba a estar en el cargo poco tiempo.
-¿Esperaba que Julio Luis apoyara a Ojeda?
-No. Me tomó por sorpresa. Pero está dentro de la libertad de cada uno y de alguna manera, en principio, no fue oficial. Nos fuimos enterando por los movimientos políticos que hacía.
-Que Julio María Sanguinetti lo apoyara le costó el acompañamiento de varios dirigentes, según ha circulado en la prensa.
-No creo que nadie haya dejado de apoyar mi precandidatura porque Julio María Sanguinetti me apoye. Yo soy el candidato que eligió Batllistas, en una asamblea nacional con más de 400 dirigentes, que hicimos el 16 de diciembre del 2023. Después, es natural y esperable que, en el partido, para esta elección, al no estar ni Talvi ni Sanguinetti, se iba a barajar y dar de vuelta. Cada uno es libre y tiene el derecho de tomar las decisiones que crea que son más convenientes.
-Respecto de la interna, ¿cómo imagina la foto del 1° de julio?
-La foto estuvo en la casa del PC cuando homenajeamos a Batlle y Ordoñez en su 168 aniversario, donde estuvimos los seis precandidatos. Además, la unidad está representada en el hecho de firmar un compromiso de unidad y de respetar, más allá de los porcentajes y reglamentaciones, que el que gana, gana, aunque no lo haga por mayorías absolutas.
-Estuvo en duda eso.
-De mi parte, en ningún momento hubo dudas al respecto y fui el primero en decir que no estaba dispuesto a otra cosa que no sea respetar el resultado de una elección. No hay una campaña dura. Hubo, y siempre hay, algunas salidas fuera de tono en determinado momento de algunos candidatos, que son más que nada temas emocionales y muy coyunturales, que no es mi caso.
-No se lo ha visto a usted apuntar contra sus correligionarios…
-Ni me va a ver, porque no es mi estilo. Yo soy un constructor y me gusta mirar hacia adelante. Tengo mucho para hablar de mi propuesta como para perder el tiempo hablando de mis correligionarios.
-¿Se aspira a que el PC gobierne y lidere la coalición o se aspira a integrarla?
-Yo trabajo y voy a trabajar para ganar. Yo no sé trabajar de otra manera y toda mi vida lo hice así. Voy a trabajar para ganar y ser la mayoría en octubre, después veremos para qué dan los votos. Es lógico que el PC, con las últimas votaciones, deba recuperarse mucho para llegar a liderar la coalición.
-¿Le faltó diálogo al manejo de la coalición?
-La coalición de gobierno funcionó y tuvo logros importantes, pero debe mejorar en su funcionamiento. Recuérdese que la coalición de gobierno nació en pocos días, pasada la elección de octubre de 2019, convocada por Julio María Sanguinetti que fue a hablar con dirigentes del PN, y en pocos días conformamos esta coalición electoral, en base a un acuerdo programático. Había mucha gente que decía que la coalición no iba a durar y que no llegábamos a los tres meses, y votamos un presupuesto, votamos la Ley de Urgente Consideración (LUC) y reformas importantes. En definitiva, la coalición funcionó democráticamente porque jamás tuvimos un intento, siquiera, de verticalazo para votar algunas cosas. Parece claro que vamos a seguir en la coalición, porque la primera obligación que tiene un político es ganar las elecciones. Y está claro que, por la situación electoral del país, si no es con una coalición, es imposible ganar las elecciones. A su vez, el PC plantea que también se cree una coalición en los 19 departamentos. En principio, estaría confirmada en Montevideo, Canelones y Salto. Nuestra aspiración es que termine funcionando en todo el país y es algo fundamental. Si no se logra un acuerdo más amplio para la coalición republicana, a nivel de todos los departamentos, peligra el futuro y la existencia de la propia coalición.
-Usted ha apuntado a la reducción de la jornada laboral, un tema que ha estado en discusión en este período. ¿Cómo plantea hacerlo? ¿Es consciente que deberá negociar y convencer a empresarios y atender a las condiciones de los sindicatos?
-Para nosotros, el compromiso es con los trabajadores. En este período de gobierno se generaron 80.000 nuevos puestos de trabajo, ha bajado el desempleo y hay que seguir trabajando en esa dirección. Para eso necesitamos más inversiones y un Estado más eficiente. Pero también los trabajadores necesitan calidad de vida, no solamente es empleo y salarios. Y es hora de ponernos a analizar y debatir sobre la jornada laboral. Para eso, proponemos un debate que apunta a unir la productividad a la jornada laboral, asegurando al generador de la fuente de trabajo que su productividad no se verá perjudicada. Debemos ir a la fórmula alemana, que plantea 100-80-100: 100% del salario, 80% del tiempo trabajado y 100% de productividad. Esto debe estar ligado en un convenio bipartito; no estamos proponiendo bajarlo obligatoriamente con una ley, porque cada sector y cada área, puede demandar una solución diferente. El objetivo es que el trabajador tenga más tiempo para vivir, para hacer otras cosas y ser feliz.
-¿Ha tenido reuniones con empresarios y sindicatos?
-Tuve reuniones con el PIT-CNT y con la Cámara de Industrias. Fue un diálogo muy bueno y constructivo. Todos tienen sus temores y sus dudas, pero cuando le explicamos que la intención no es hacer una ley, la cosa cambia.
-¿Qué le planteó el PIT-CNT?
-Me decían que el PIT-CNT no iba a aceptar unir una propuesta de estas a la productividad, y sin embargo estuvieron dispuestos a conversarlo. La propuesta es diferente a la que ellos han hecho, pero están dispuestos a negociar lo que proponemos.
“Yo quiero una oficina de planeamiento y presupuesto, no solamente de presupuesto, como es hoy”
-Usted apunta, en contraposición a las propuestas de reducir el tamaño del Estado que tienen sus competidores, a hacer un Estado más eficiente. ¿Cómo se hace eso teniendo en cuenta el gasto público?
-Teniendo en cuenta que debe haber un Estado presente, lo que debería estar en debate es el rol del Estado, no el tamaño. El rol del Estado debe ser brindar servicios eficientes y estar allí donde el mercado no permite una competencia. Nuestro mercado es muy especial, nosotros vivimos en un país que no tiene condiciones ideales para una competencia en algunas áreas. Entonces, ahí donde naturalmente y por el propio mercado habrá un monopolio, prefiero que sea uno del Estado y no uno privado. Además, quiero un Estado con un rol desarrollista y planificador. Yo quiero una oficina de planeamiento y presupuesto, no solamente de presupuesto, como es hoy.