LILIAM KECHICHIAN, MINISTRA DE TURISMO
Suele decirse que los logros del Frente Amplio son producto de la próspera situación económica que marcó la última década. Pero lo cierto es que mientras que el partido de gobierno gozaba de esa bonanza, el turismo uruguayo padecía el viento en contra. Puentes bloqueados, medidas disuasorias en el principal destino -Argentina- y la crisis del 2008, fueron algunas de las trabas que el Ministerio de Turismo tuvo que superar. Y lo hizo con creces, según la ministra Liliam Kechichian. “Ganamos más de un millón de turistas” y “hoy se habla de turismo en todo el país”, destacó. De todas formas, hacia adelante vienen desafíos que habrá que sortear. El más grande, sostuvo, es “masificar el turismo”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cuáles considera que son los hitos en materia de turismo de la última década?
-Yo destacaría en estos últimos años el crecimiento del turismo en varios carriles: el crecimiento institucional, cierto prestigio que ha ido tomando como actividad económica de primer nivel, y el gran logro es que hoy se hable de turismo en todo el país y no solo en la costa atlántica -eso fue siempre una aspiración, que por suerte hoy se está concretando-. Ninguna de estas cosas se logró por arte de magia, sino por tener personas del Ministerio trabajando en el territorio.
-¿Y qué destacaría de ese trabajo del Ministerio en esta década?
-Esta década tuvo de todo. Cuando se habla de viento de cola, yo digo que nosotros tuvimos un viento en contra unos cuantos años; tuvimos bloqueado el principal punto de ingreso al país cuatro años, tuvimos medidas disuasorias en el principal destino, que es Argentina, el cepo al dólar, la recarga en las tarjetas, la crisis financiera del 2008.
Tuvimos en el 2011 el pico más alto de llegada de turistas, que fueron 3 millones, que volvimos a tener en 2015. Uno de los hitos es que en estos últimos 10 años ganamos más de un millón de turistas.
Otra cosa interesante es que se dejó de hablar de la temporada. Hoy Uruguay tiene un plan estratégico pensando en el 2020, un plan de desarrollo de turismo sostenible. La palabra “sostenible” fue muy discutida, no está ahí de casualidad. Creo que el plan estratégico es el principal aporte que como Ministerio hicimos y vamos a dejarle a las futuras administraciones.
Ahora comenzamos un proceso de actualización, si bien es al 2020, los cambios en el turismo son tan vertiginosos que hemos decidido en este período de gobierno, hacer una actualización al 2050 con la misma metodología, que es compartir y consensuarlo. El plan anterior se hizo con más de 800 personas en todo el territorio de la cadena de valor del turismo -transportistas, agencias de viaje, hoteles, grandes empresarios, pequeños emprendedores-.
Vamos a iniciar ese proceso pensando en el 2050, que va a tener incorporados los nuevos productos que hemos ido desarrollando en estos últimos años, como el turismo náutico, el turismo gay friendly, el turismo idiomático, el turismo en espacios de naturaleza, productos que han venido creciendo y consolidándose, y son relativamente nuevos para Uruguay.
“En estos últimos 10 años ganamos más de un millón de turistas”
-¿Qué evaluación hace de la evolución del turismo en el país?
-Yo lo veo muy positivamente. Creo que se alinearon las políticas del sector privado junto con el sector público nacional y el departamental. Por primera vez en muchos años hay un trabajo conjunto casi de política de Estado, me parece que eso es importante.
Y como decía al principio, creo que es una actividad que venía corriendo de atrás, porque los servicios en este país nunca fueron muy bien considerados. Siempre estaban el campo, las vaquitas, las industrias y las chimeneas, pero el turismo y los servicios eran mirados de reojo por el sistema político. Lo digo por mi propia fuerza política, en la que peleé mucho en su Comisión de Programa para que esto se cambiara.
Creo que -lo digo sin ningún tipo de connotación política- la decisión del presidente Tabaré Vázquez en el 2005 de incorporar el turismo al “Uruguay productivo”, a ese capítulo del programa de gobierno, fue realmente una mirada muy de largo plazo que ayudó mucho, y en ese sentido hemos venido trabajando.
-Hoy hablaba de los planes hacia 2020, incluso a 2050. En ese sentido, ¿cómo visualiza el futuro de la actividad turística en el país?
-La actividad turística está altamente impactada por las nuevas tecnologías de la comunicación, por lo tanto la veo en una permanente transformación. Todo el comercio digital está impactando fuertemente –Airbnb, Uber y otros- en la cadena de valor del turismo, en el alojamiento, en el transporte, así que veo que ahí va a haber cambios fuertes.
En Uruguay sueño con el tren unido al turismo; en todos los países que se precian de tener un buen turismo, el tren es un buen aliado. Sueño con el transporte eléctrico, con algún centro de entretenimiento techado, como hay en Europa o en Estados Unidos, que uno lo puede usar todo el año.
Y sueño con accesibilidad, con que Uruguay pueda darle respuesta a una parte de la población. A veces cuando hablamos de integración, hablamos solo de integrar con el turismo social a la gente que menos tiene desde el punto de vista económico, pero tenemos 10% de discapacidad y una población envejecida, con problemas motores. Sueño con que podamos dar alguna respuesta integral también a la discapacidad, para que todos puedan hacer uso de un derecho humano como es el ocio y la recreación.
“Hoy Uruguay tiene un plan estratégico pensando en el 2020 de desarrollo de turismo sostenible”
-¿Qué desafíos tiene por delante el sector?
-Yo creo que hay un gran desafío vinculado a la sostenibilidad, creo que ahí hay un compromiso grande del turismo. El turismo bien manejado es una herramienta cultural fantástica, pero mal manejado puede ser contaminador, depredador.
Creo que el desafío más grande es llegar cada vez a más gente, y que no solo sea a través de los programas de turismo social, sino que se pueda ir incorporando, en tanto es un derecho humano, de una manera más natural a la vida de la gente, es decir, que se pueda masificar el turismo.
-¿El término sostenibilidad hace referencia al medioambiente o abarca algo más?
-Abarca más cosas, pero indudablemente es muy bueno que Uruguay tenga hoy un Sistema Nacional de Áreas Protegidas, que significa que algunas zonas tienen determinada protección pero igual se pueden disfrutar. Ahí tenemos un desafío y nosotros lo estamos tratando de transitar.
La sostenibilidad también tiene que ver -por lo menos desde mi mirada de izquierda- con la lucha contra la pobreza, con mejores salarios -que en algunos casos están muy deprimidos- para los trabajadores del sector, que juegan un papel muy importante. Cómo cuidamos y capacitamos a ese recurso humano, para mí también tiene que ver con la sostenibilidad.
“La decisión del presidente Tabaré Vázquez en el 2005 de incorporar el turismo al “Uruguay productivo”, a ese capítulo del programa de gobierno, fue realmente una mirada muy de largo plazo que ayudó mucho”
-¿Qué posibles amenazas ve en el horizonte?
-El turismo, así como está impactado por las tecnologías de la información, es altamente sensible a cualquier cuestión. Por ejemplo, si hay H1N1 en México, el destino se cae; si hay un pequeño terremoto en un solo lugar de Chile, todo el país se puede caer; si hay una bomba en una plaza de Estambul, pasa lo mismo. Cualquier episodio vinculado a la seguridad sanitaria o de otro tipo, puede afectar al turismo, y hay que estar siempre muy alerta.
-¿Cómo impacta el cambio climático en el turismo? ¿Preocupa al Ministerio?
-Nosotros participamos de las comisiones, tanto del Ministerio como de la nueva Secretaría de Medio Ambiente en Presidencia de la República, y muchos operadores nos dicen que hay islas que han desaparecido, que hay lugares donde el crecimiento de la temperatura del agua ha complicado su uso, donde las mareas han crecido, donde se han perdido playas. Hay una cantidad de belleza natural que hace al equilibrio del planeta y que es además atractivo turístico, que nos tiene que tener alerta siempre.
-¿Eso ya está afectando al Uruguay?
-El ministro de Ganadería nos dice siempre que el principal problema ambiental que tiene Uruguay es la erosión de la tierra, y en las costas y en las playas hay que atender la situación. Por eso hay un plan vinculado a los suelos muy fuerte que está haciendo el Ministerio de Ganadería. Hay que estar muy alerta.
-En los últimos años se han desarrollado nuevas actividades turísticas en el país. ¿A cuál le ve más futuro?
-Yo creo que al turismo náutico. Uruguay siempre tuvo ríos navegables hermosos, pero nunca tuvo producto turístico. Hace unos cuatro años hicimos una licitación internacional para tener un plan estratégico de turismo náutico y fluvial, que lo ganó una empresa española. Hoy tenemos un plan nacional, y empezamos a transitar por él en lo que hemos creado que es el Corredor de los Pájaros Pintados –Soriano, Río Negro, Salto, Paysandú, Artigas-.
Creo que en el turismo náutico tenemos una enorme oportunidad porque tenemos en Argentina un mercado muy grande de casi 100 mil navegantes, que si tuvieran un lugar para atracar con servicios, vendrían a Uruguay –que hasta ahora no habíamos podido dar ese servicio-. Tengo grandes expectativas con ese producto.
Además, el turismo naturaleza para los europeos viene teniendo un crecimiento muy fuerte; el segmento gay friendly ve en Uruguay el país más amigable de América Latina, en la medida en que hemos conquistado algunos derechos como el matrimonio igualitario –ellos son muy sensibles a cómo se los recibe en cada uno de los países que visitan-; y obviamente el turismo social, que nos ha permitido llegar a algunos sectores, así que creo que ahí tenemos un desafío grande.
Estos nuevos productos nos permiten empezar a conquistar, además de la región y los 160 mil europeos o americanos que vienen a Uruguay, más peruanos, más colombianos y más mejicanos, que tradicionalmente solo miran a Estados Unidos para hacer sus vacaciones, y que empiezan a poner sus ojos en el sur. Teníamos tres o cuatro mil colombianos, hoy tenemos 32 mil –son pocos pero muestra un crecimiento sostenido-, tenemos 17 mil peruanos, creo que ahí tenemos también un desafío grande para diversificar la llegada de turistas.
“En Uruguay sueño con el tren unido al turismo; en todos los países que se precian de tener un buen turismo, el tren es un buen aliado”
-¿Qué análisis hace de las tendencias en el sector turístico a nivel mundial y cómo nos influyen?
-El turismo en el mundo sigue creciendo. El año pasado viajaron unos mil doscientos millones de personas, y en el año 50 habían viajado 50 millones, es decir, el crecimiento del turismo es absolutamente impresionante en todo el mundo.
Que Uruguay el año pasado haya sido recomendado como uno de los diez destinos a conocer en el 2016 por Lonely Planet y por National Geographic, es un avance extraordinario, es un síntoma de que estamos en el radar de las grandes publicaciones turísticas del mundo. Creo que fue un cambio muy fuerte.
-¿Cree importante cerrar acuerdos con otros países para aumentar la cantidad de turistas?
-Todo el tema del TISA contenía un capítulo de los servicios, pero Uruguay decidió no estar ahí. Había un capítulo fuerte de los servicios, especialmente con el Pacífico. A veces el turismo no está tan estrechamente unido a los acuerdos bilaterales, aunque como Mercosur creo que tenemos muchas cosas para hacer, como la promoción en mercados lejanos en forma conjunta.
Hoy el multidestino es lo que manda en el mundo, por lo tanto nadie va a venir solo a Montevideo, ni siquiera solo a Punta del Este. Alguien que viene al sur de América seguramente va a Río, a Buenos Aires o a Valparaíso o viene a Punta del Este, viene a Montevideo.
“Todo el tema del TISA contenía un capítulo de los servicios, pero Uruguay decidió no estar ahí”
-¿Cómo afecta al turismo de nuestro país la situación económica internacional?
-Siempre que hay un enfriamiento de la economía se piensa que la gente deja cosas consideradas superfluas como pueden ser los viajes. Los últimos sondeos indican que hay un cambio cultural bastante grande y la gente dejaría de comprar algún electrodoméstico o dejaría de hacer otras cosas, pero no dejaría las vacaciones.
No es una tendencia confirmadísima, pero obviamente cuando la economía se enfría, todas las actividades pueden enfriarse. En algunos lugares donde la gente la está pasando mal, se refugia en el ocio o en la recreación para paliar un poco esa situación, pero esto todavía es un poco empírico, no es un análisis muy científico. Lo que sí hay es una tendencia al menor gasto y menor estadía, no de suprimir el viaje, pero sí de estar menos días y de gastar un poco menos.