El proyecto de ley sobre la obligatoriedad de los debates ya es un hecho. Entre los actores políticos uruguayos, también es un tema de discusión. CRÓNICAS dialogó con Fernando Amado y Rodrigo Goñi, quienes tienen ideas contrapuestas con respecto al proyecto.
En 1994 se dio el último debate presidencial en Uruguay, entre el actual presidente Tabaré Vázquez y Julio María Sanguinetti. En aquella oportunidad había sido el frenteamplista quien había “invitado” al colorado, líder en las encuestas, a debatir.
Desde esa campaña electoral en adelante, muchos fueron los candidatos que expresaron sus ganas de debatir. En la elección de 1999, hubo intención de organizar un debate con Jorge Batlle pero la idea fracasó. En los siguientes períodos electorales, los candidatos por el Frente Amplio (FA), José Mujica y Tabaré Vázquez, que lideraban las encuestas, se negaron a debatir.
En tanto, en 2014, el intercambio de ideas se dio entre el nacionalista, Luis Lacalle Pou, el colorado, Pedro Bordaberry y el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres.
Finalmente, en las internas del presente año electoral, se dieron dos debates: el primero entre el precandidato del FA, Óscar Andrade y el precandidato del Partido Colorado (PC), Ernesto Talvi. El otro se dio entre el precandidato del Partido Nacional (PN), Jorge Larrañaga, y la precandidata del FA, Carolina Cosse.
El éxito de estos últimos debates en la opinión pública y la negativa por parte de algunos actores políticos a confrontar sus propuestas, llevó a que algunos actores políticos decidieran impulsar un proyecto de ley que haga que esta instancia sea obligatoria.
El líder del sector Unión de Izquierda Republicana (Unir), el diputado Fernando Amado, fue el impulsor de este proyecto de ley.
En conversación con CRÓNICAS, Amado expresó que presentó este proyecto en 2011 y lo volvió a hacer en 2015. Además, señaló que es necesaria una ley de estas características, porque “el comportamiento del sistema político en torno a los debates, es poco transparente y egoísta hacia la ciudadanía”.
Aseguró que la propuesta garantiza a la ciudadanía al menos dos debates en año electoral. Asimismo, indicó que quienes están en desacuerdo con el proyecto “se equivocan”; porque “este es un requisito más que tendría un candidato a presidente de la República”.
Uno de los que se mostró en contra de esta iniciativa fue el diputado nacionalista, Rodrigo Goñi. Según mencionó en entrevista con CRÓNICAS, a su criterio el proyecto de ley es “innecesario, inoportuno y atenta contra la libertad”.
Defendió su postura alegando que los candidatos “ya expresaron que van a debatir”. Asimismo, afirmó que “no se puede” mantener esta discusión en tiempo electoral.
Por su parte, Amado expresó que la ley -en caso de que se apruebe- es una manera de enviarle un mensaje a los candidatos, de que no son “los dueños de la pelota”, ya que ellos no pueden elegir si debaten o no, según su conveniencia. Sino que son los ciudadanos quienes votan y eligen quién gobierna.
Así las cosas, la discusión se centra en el carácter obligatorio de estas instancias dado que ambas posturas concuerdan en que los debates resultan enriquecedores de cara a las elecciones.
“Son deseables, y en la medida en que se hagan con respeto y con actitud de diálogo, siempre van a contribuir a una mayor trasparencia. El tema es, debate sí, obligatoriedad por ley es lo que nosotros decimos que no”, puntualizó Goñi.
Amado expresó que los votos están, pero quieren que la ley se apruebe con el mayor apoyo posible de los distintos sectores.
El debate tiene impacto
Los debates que se dieron en el programa de Canal 4, Todas las Voces, tuvieron gran repercusión en la opinión pública. Mientras que el primero tuvo mejor aceptación del público, el segundo recibió más críticas. Para muchos, en esta segunda oportunidad, se dio más una exposición de ideas propias que un intercambio de opiniones.
Ambos diputados coincidieron en que los debates tuvieron repercusión en las urnas, ya que tanto Talvi como Andrade obtuvieron mejores resultados que los esperados.
En este sentido, Goñi, puntualizó que “la gente premió” a los precandidatos que se atrevieron a debatir.