Enzo Benech, subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca
La inserción internacional de la producción agropecuaria fue una de las metas fijadas en el programa del Frente Amplio (FA) para este período. Si bien el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) está “haciendo el esfuerzo” de cumplirla, el viceministro de la cartera, Enzo Benech, en entrevista con CRÓNICAS dejó en claro que aunque las autoridades salgan al exterior a buscar mercados y cumplan los requisitos de calidad y sanidad, “los negocios los hacen los privados”. Por otro lado, destacó la ayuda que el Ministerio brinda a los productores familiares, y aseguró que “en el área rural se puede trabajar normalmente, vivir bien y tener un ingreso digno”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-En su discurso de clausura de la Expo Prado, destacó la inserción internacional como uno de los objetivos del programa del FA. ¿El MGAP está cumpliendo sus metas en esa materia?
-Estamos haciendo el esfuerzo. Eso es difícilmente cuantificable, porque como Ministerio nosotros tenemos la obligación de ir y golpear la puerta de todos los mercados y cumplir con los aspectos sanitarios, de calidad e inocuidad que ellos nos piden. Es decir, respaldamos eso, pero los negocios los hacen los privados. Como ejemplo, el ministro [Tabaré Aguerre] fue a México [la semana pasada] con la delegación para tratar de abrir mercado. También hemos trabajado muy duro en los últimos días con Brasil, con Perú.
Eso es un lineamiento estratégico porque el 76% de nuestras exportaciones son de base agropecuaria o agroindustrial, no tenemos la capacidad de consumir lo que producimos y nuestra gente vive de vender esa producción, entonces, la apertura de mercados también implica mantenerlos.
Hemos logrado recientemente algunas cosas que son hitos muy importantes, por ejemplo, la carne ovina con hueso a Estados Unidos. Somos un país pequeño, pero tenemos algunas herramientas que nos permiten que países desarrollados tengan confianza en nuestra producción. Ahí el Ministerio ha trabajado fuertemente y yo creo que hemos sido medianamente exitosos.
-¿Qué otros objetivos se trazó el MGAP en esta administración?
-Hay grandes objetivos que tienen que ver con la inclusión de nuestra sociedad, con tratar diferente a quienes tienen distinto poder adquisitivo, y desde nuestra Dirección de Desarrollo hemos trabajado fuertemente con las políticas de desarrollo en forma diferencial. Nosotros ayudamos más a los productores más chicos, hemos puesto 50 millones de dólares, que son de la sociedad, para los productores familiares, a quienes se les subsidia hasta el 90%, y luego hay una escala de graduación hasta los más grandes.
-¿Cómo se definen los productores familiares?
-El productor familiar es aquel que tiene hasta 500 hectáreas, que trabaja en el predio –que es su ingreso más importante-, que tiene escasa mano de obra contratada. Eso sustenta un entramado social que nosotros queremos cuidar, por eso es que desde el gobierno y el MGAP las políticas son diferenciales; esa es una línea de trabajo.
Hay otros lineamientos que tienen que ver con la adaptación al cambio climático, que es una realidad y tenemos la obligación de mitigarlo en la medida de lo posible y de adaptarnos.
También tenemos la definición de incrementar la producción, que lo hemos hecho, pero cuidando el ambiente a través de políticas como la puesta en funcionamiento de los planes de manejo de suelos; tenemos requisitos para que la gente pueda plantar respetando su suelo, que no se le erosione. Yo creo que ahí hemos sido exitosos en poner algunas políticas que espero que permanezcan en el tiempo.
-¿Qué balance hace de lo que va del período en este Ministerio?
-Mucho trabajo, algunos logros, algunas dificultades, porque el escenario mundial cambió, y en esto juega mucho. Para hacer negocios siempre se precisan dos, los precios no los pone el que vende, los pone el que compra, y todos tendemos a cuidar nuestros mercados.
“Estamos haciendo el esfuerzo de cumplir las metas del programa del FA”
Ha habido algunos rubros, como el arrocero, el lácteo, la carne o los granos, que han tenido vaivenes de los precios, que no siempre han sido a favor. Hemos tenido momentos de auge y ahora estamos en un momento de cierta retracción, que es distinta dependiendo del rubro, pero esas son las reglas de juego.
Ojalá pudiéramos fijar el precio nosotros, creo que el gran desafío es poder diferenciarnos, anticipar y saber qué es lo que nuestro cliente necesita, qué quiere y por qué está dispuesto a pagar un poquito más. Y detrás de esto están los temas ambientales, que en el mundo están tomando relevancia.
-¿Cómo fue este año para el campo en materia climática?
-Fue bueno, pero tenemos una fuerte presión de los temas puntuales. Recientemente recibimos aquí una granizada fuerte, la semana anterior otra en Salto. Tuvimos un invierno bastante benévolo, que favorece a algunas actividades y perjudica a otras: los ganaderos están contentos porque tuvieron pasto, los fruticultores no están contentos porque faltó frío, los productores agrícolas han tenido algunos problemas por el exceso de agua. La actividad agropecuaria, que es una actividad a cielo abierto, siempre tiene algún problema, pero yo creo que el saldo no es tan malo, es positivo.
“Venimos acompañando un gobierno del FA que ha tenido muy buenos resultados”
-¿Cuáles son los objetivos que le gustaría cumplir antes de culminar esta gestión?
-Esto no se termina nunca porque es un trabajo continuo. Nosotros ocupamos cargos políticos, nunca sabemos cuánto vamos a estar, pero obviamente venimos acompañando un gobierno del FA, que yo creo que ha tenido muy buenos resultados.
-¿Por ejemplo?
-Hemos crecido fuertemente, porque pasamos de producir alimentos para 9.000.000 de personas, a producir para 28.000.000; quisiéramos llegar a 50.000.000, veremos si podemos o no. Junto a ese crecimiento hemos mejorado los Consejos de Salarios; por más que tengamos conflictos, hay una situación de mejora del ingreso de los trabajadores. Y se ha disminuido la pobreza, casi se ha eliminado la indigencia. El agro en Uruguay es pieza clave para el bienestar de la población.
Por otro lado, un tema que estamos poniendo arriba de la mesa hace un tiempo es el de conciencia agropecuaria, y queremos que empiece a hacer carne en nuestra sociedad, es decir, que no se vea el trabajo del productor agropecuario como una actividad de segunda, que se entienda que es necesaria porque todos vivimos porque comemos algo que viene de allí. Y en el área rural, lejos de vivir mal y trabajar mucho –que es lo que la gente en su mayoría piensa según información que tenemos-, se puede trabajar normalmente, vivir bien y tener un ingreso digno.
Hemos avanzado en estos años, entonces, a mí me gustaría que más gente se pueda quedar en el campo o trabajar en las tareas agrarias y que podamos enamorar a alguno que vive en la ciudad para que vuelva al campo. Necesitamos brazos, gente, pero más que eso, cabezas.