Equipos Consultores publicó su informe sobre la aprobación del gobierno de Luis Lacalle Pou, con 1402 encuestas realizadas durante el mes de abril y un margen de error máximo de +- 2,8%, dentro de un intervalo de confianza del 95%. El resultado dio de qué hablar: Un 18% de izquierdistas apoyan la gestión del presidente. El politólogo Daniel Buquet conversó con CRÓNICAS para analizar el resultado.
Por Catalina Misson
“¿Ud. aprueba, ni aprueba ni desaprueba, o desaprueba la forma en que Luis Lacalle Pou se está desempeñando como presidente?”, preguntó Equipos. El 49% de los uruguayos manifestó aprobar la gestión, mientras que un 32% lo desaprueba, 18% tiene opiniones intermedias y 1% no opina. Esto resulta en un saldo neto de +17 puntos, producto de la resta entre la aprobación y la desaprobación.
En la capital del país se registró un 43% de aprobación y un 39% de desaprobación, dejando un saldo neto de +4. En el interior, la aprobación es de 54% y la desaprobación de 26%, con un saldo neto de +28. Previo al gobierno de Lacalle Pou y luego de la última dictadura, solo Tabaré Vázquez en 2009 (+34) y José Mujica en 2014 (+11) habían iniciado el último año de su gestión con saldo positivo.
La aprobación del gobierno varía según la autoidentificación ideológica de los encuestados. Los de “izquierda y centro izquierda” desaprobaron el desempeño de Lacalle Pou en un 70%, mientras que un 18% lo aprobó. Los de “derecha y centro derecha” tienen juicios positivos en un 80%, y un 9% son negativos. Los de “centro” presentan un 48% de aprobación y 21% de desaprobación (+27).
Ese 18% de izquierda
Tal como explicó el politólogo Daniel Buquet a CRÓNICAS, las encuestas pueden tener errores de percepción en cuanto a lo que se entiende por “izquierda” y “derecha” política. Además de que los participantes pueden tener distintos conceptos de lo que significan estos términos, la encuesta de Equipos no revela cuánto de ese 18% de aprobación de los izquierdistas al gobierno de Lacalle Pou son votantes del Frente Amplio, o si tienen interés alguno por la política.
El politólogo cree que en todas partes del mundo hay gente de izquierda que aprueba un gobierno de derecha. En el caso de Uruguay, hay grupos ideológicos que pueden tender más a esta opción, como quienes se definen “batllistas” o “wilsonistas”. También puede ser el caso de muchos votantes del Partido Independiente, o incluso votantes del FA que aprueben la gestión del gobierno, generalmente por su actuación durante la pandemia.
“La única duda es si ese porcentaje de 18% no es un poco alto”, se preguntó Buquet. La encuesta de Equipos revela el mismo fenómeno del otro lado, aunque en menor medida: un 9% de los derechistas desaprueban al gobierno. “Puede ser porque no votan a los partidos de la coalición, o porque son más de derecha que el gobierno”, aventuró. Más allá de las conjeturas, Buquet piensa que aprobar a un gobierno no necesariamente implica aprobar su orientación. “Puede tener una orientación que no es la que yo prefiero, pero pienso que se gobernó bien. Puedo coincidir en la orientación, pero puedo pensar que se gobernó mal”.
¿De qué estamos hablando?
La semana pasada, en el programa “Bancátela” del Canal 4 de Salto, la dirigente nacionalista Valeria Ripoll le decía a un sindicalista de Adeom: “Tenés que sacarte ese discurso viejo de la izquierda y la derecha, las necesidades de la gente van por otro lado”. Esto es solo una de varias declaraciones de figuras políticas que niegan la actualidad de estos términos.
¿Son “izquierda” y “derecha” conceptos perimidos? Para Buquet, no solo aún tienen sentido para la gran mayoría de personas en el mundo, sino que la academia sigue teorizando sobre ellos de manera extendida. “Más del 80% de las personas se ubican en algún lado. En Uruguay ha ido cambiando, pero hoy es aproximadamente un 30% en la izquierda y otro 30% en la derecha. Otra cosa es la gente que no se ubica en la escala, que es menos del 20%”, aseguró.
En términos simples, la izquierda suele ser más “pro Estado” y la derecha más “pro mercado”. Pero existe una variable transversal que tiene que ver con la moralidad; el progresismo y el conservadurismo. “En Uruguay y en otros países, la derecha se desprestigió a la salida de la dictadura y quedó más asociada al autoritarismo que al mercado. A nadie se le ocurre que la dictadura fue de izquierda, y eso quedó bastante codificado. La gente de derecha prefiere no usar el término por eso, y dicen que ya no se habla más de izquierda y derecha”, opinó.
Según investigaciones realizadas por Buquet y colegas, muchas veces la autoidentificación de los líderes políticos “está corrida hacia la izquierda”, porque muchos se ubican en el centro o izquierda. En contraste, “la gente no tiene problema y se ubica muy simétricamente en la escala” por lo que, en relación, “la gente es más de derecha que sus propios líderes políticos”.