Especialistas consultados por CRÓNICAS coincidieron en que, a nivel parlamentario, la coalición multicolor tuvo una buena actuación en 2020, dado que logró la aprobación de dos proyectos esenciales para este gobierno, como fueron la ley de urgente consideración (LUC) y el Presupuesto Nacional. Pero ¿qué se puede esperar del trabajo y la modalidad de funcionamiento del bloque hacia el futuro?
Luego de un año en el que la coalición oficialista gozó, en términos generales, de un buen relacionamiento, y funcionó en forma “exitosa”, son diversos los posibles caminos que la misma puede transitar hacia adelante, tal como plantearon varios analistas a este medio.
Según la opinión del politólogo y director de Factum, Eduardo Bottinelli, en el futuro deberá dilucidarse si se transforma efectivamente en una coalición de gobierno o si continúa siendo un gobierno del Partido Nacional (PN) con aliados. “Ahí es donde hay un ruido todavía que no logra desentrañarse del todo. Hay reclamos, más que nada, de parte del Partido Colorado (PC) y de Cabildo Abierto (CA), de establecer una mesa política de decisiones de gobierno, pero hasta ahora no ha existido”, afirmó.
El pasado 9 de octubre, el senador y líder de CA, Guido Manini Ríos, dijo entrevistado por CRÓNICAS que, a pesar de que se había reunido con el presidente Luis Lacalle Pou cada vez que lo había solicitado, “hoy no hay un ámbito de coalición de gobierno donde podamos sentarnos todos los socios y analizar situaciones o recomendar medidas en conjunto”.
Consultado sobre por qué no se había podido conformar ese espacio tras varios meses desde el cambio de mando, el general retirado comentó: “Tal vez haya faltado voluntad, tal vez haya incidido la pandemia, que hace que se deban focalizar los esfuerzos en determinadas cosas”. En la misma instancia, planteó la posibilidad de que a futuro se pueda instrumentar algo para aceitar mejor el funcionamiento del acuerdo multicolor o para que no haya contradicciones que surgen públicamente.
“El país necesita que la coalición siga firme, porque si no lo hace, va a entrar en un impasse político donde no va a haber soluciones a los problemas. Tiene que funcionar siempre, no vale aquello de que un año antes nos vamos porque empezamos a especular con lo electoral; perfectamente puede llegar al 2024 y seguir hasta el día de las elecciones”, aseguró.
Al respecto de estas declaraciones, en el pasado mes de noviembre, el expresidente y líder del PC, Julio María Sanguinetti, sostuvo en diálogo con CRÓNICAS que “sería útil que hubiera un ámbito de esa naturaleza”. De hecho, en esa ocasión recordó que fue él quien planteó en febrero del año pasado, antes de que asumiera el presidente, la posibilidad de que se generara ese espacio conformado por todos los miembros coaligados.
Hasta el momento, la coalición ha funcionado “sobre la base de la articulación a nivel ministerial, a nivel parlamentario y con entrevistas personales”, agregó Sanguinetti. Igualmente, le restó importancia a las discrepancias internas que se han hecho públicas, al decir que se preocupará mucho “el día que no haya diferencias, porque cuando hay unanimidad es porque nadie está pensando”.
Bottinelli dijo que el modelo actual no es estrictamente una coalición, puesto que “el gobierno es del PN y negocia uno a uno con sus aliados”, por lo que es más bien “una forma de gobierno”, mientras que una coalición real “implica una negociación entre los actores que la conforman”.
Asimismo, declaró que hay algunos aspectos del bloque que no están totalmente aceitados y que muchas veces las diferencias no se tramitan previamente en un ámbito cerrado, sino que cuando surgen ciertas discrepancias, ya son públicas. Como ejemplo, mencionó lo que sucedió en torno a la votación del proyecto de ley que limita la forestación presentado por CA, que se aprobó en Diputados gracias al apoyo del Frente Amplio.
Entre las amenazas y la renovación
Por su parte, el politólogo e investigador del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), Daniel Chasquetti, expresó que el acuerdo multicolor funcionó bien durante 2020, aunque tuvo algunos problemas derivados de sus miembros. Entre ellos, “el PC se quedó prácticamente sin líderes porque Sanguinetti se retiró del Senado y Ernesto Talvi de la política, por lo cual está debilitado y necesita del amparo de la coalición para reconstruirse, y Manini se debilitó con el episodio del pedido de desafuero”.
De todas maneras, apuntó que el debilitamiento de dichos socios termina “ayudando” a Lacalle Pou, porque ellos “no tienen mucho espacio fuera de la coalición, por tanto, uno podría pensar que hay condiciones para que la misma siga”.
La gran amenaza que tiene hacia el futuro, de acuerdo con el docente, es que haya un evento inesperado, crítico, que podría ser la pandemia, pero todavía no se sabe. “A Jorge Batlle le surgió un evento desestabilizador, exógeno, que fue la crisis bancaria, y eso hizo volar por los aires a la coalición, que podría haber durado más tiempo, pero reventó en el 2002”, recordó.
Dado que el bloque oficialista se construyó sobre la base del “Compromiso por el país”, que se firmó de cara a la segunda vuelta de noviembre de 2019, cuyos puntos fueron prácticamente todos incluidos en la LUC y en el Presupuesto, “el pegamento, que era ese acuerdo, se está agotando, entonces, todos los temas que no están allí, pueden ser un foco de discrepancia”. Es por ello que, según Chasquetti, lo que va a necesitar el gobierno para los próximos meses es una renovación programática, es decir, confeccionar un nuevo documento que permita avanzar en políticas públicas que no fueron contempladas en el primero.
En cuanto a la eventual mesa de diálogo en la que coordinen los integrantes de la coalición, indicó que, si bien algunos la han pedido, otros directamente no la quieren, como es el caso del ministro de Trabajo y líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, que “no quiere sentarse con Manini”.
Chasquetti planteó que la posibilidad de armar ese espacio no está descartada, aunque lo que existe hoy es un vínculo bilateral entre el presidente y los líderes partidarios, que incluye también a los ministros de los cinco miembros, complementado con una coordinación “muy horizontal” a nivel del Parlamento, lo que ha demostrado que puede funcionar de manera aceitada.
Significa que la aparición de una instancia como la que reclamaron Manini o Sanguinetti “podría ser para una situación de crisis del bloque, como una oferta para renovar el crédito”, pero por ahora no se imagina que surja un ámbito de ese tipo.
Mesa de diálogo sería “problemática”
En tanto, para la socióloga y directora de Cifra, Mariana Pomiés, la concertación oficialista funcionó bien y permitió que se aprobaran los proyectos más importantes. “El gobierno necesitaba la coalición hasta para eso. Si en febrero o marzo el acuerdo se rompe, no tendrá el impacto que habría tenido si se hubiera roto en 2020, porque ya sacaron las grandes iniciativas”, graficó.
Añadió que en el sistema que tienen hasta ahora las autoridades, la cabeza es el PN y dialoga con uno a uno. “Si se abre una mesa de diálogo donde todos son iguales, eso puede ser muy problemático. Es decir, hasta ahora los ruidos se han atenuado porque es el presidente quien conversa con cada uno por separado, pero si todos se sientan en una mesa a dialogar, van a empezar a aparecer las diferencias y las negociaciones van a ser mucho más difíciles para el gobierno”, remarcó.