La columna de opinión del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que CRÓNICAS publicó en su contratapa en la edición del viernes 27 de enero, versaba sobre el actual escenario regional y mundial “complejo y cambiante” en el que sobresale “el autoritarismo en América Latina”, así como los desafíos que plantea para la democracia y los gobiernos. Las palabras del diplomático uruguayo calaron hondo en destacados entendidos en el tema.
Tan solo tres días después de la publicación, en el marco del Consejo Permanente de la OEA llevado adelante el lunes 30 de enero, donde se consideraron los recientes acontecimientos en la República de Perú, el embajador y representante permanente de Antigua y Barbuda ante la OEA y el gobierno de los Estados Unidos, Ronald Sanders, citó un fragmento de la mencionada columna durante su alocución.
En primer lugar, Sanders manifestó su preocupación por la crisis política que atraviesa Perú, ante lo cual solicitó una “respuesta urgente” por parte del Estado del país andino, para que adopte medidas efectivas tras los hechos de violencia que han sucedido allí.
A su vez, llamó a garantizar la seguridad de todo el pueblo peruano, en especial, de aquellas personas afectadas, y asegurar el debido proceso conforme al Estado de derecho. “Este es un principio básico de los derechos humanos y es un principio básico por el cual opera la OEA”, enfatizó.
Luego, se refirió a las declaraciones de Almagro en CRÓNICAS, que lo “impresionaron profundamente”, confesó, y procedió a reproducir la cita: “Los problemas de la democracia solo pueden ser resueltos con más democracia, nunca con menos; tampoco podemos permitir que normalicen las posturas autoritarias, autocráticas y totalitarias; permitir eso sería perder nuestra dignidad como seres humanos y nuestra libertad como bien supremo”.
En ese sentido, el diplomático antiguano reflexionó: “Eso es lo que está en juego en lo que estamos haciendo hoy aquí. La tendencia a la opresión y la represión para conservar el poder no es democrática. La solución al desacuerdo y la disidencia no es tratar de reprimirlos, sino que debe ser un diálogo significativo y una acción concreta para abordar los males que causan el descontento y la insatisfacción”.
El representante agregó que no existe justificación para las protestas violentas, en particular, cuando estas resultan en pérdidas de vidas humanas y daños no solo a la propiedad sino también al desarrollo social y económico. Es por ello que las protestas, en su totalidad, deben ser pacíficas, de acuerdo a su visión.
El Consejo Permanente aprobó la resolución denominada “Declaración sobre acontecimientos recientes” en Perú, con el voto de los países miembros de la OEA, con excepción de El Salvador. Allí, los integrantes del organismo internacional coincidieron en la necesidad de que se realicen elecciones anticipadas en el país andino con el objetivo de sortear el actual estancamiento político e institucional que padece.
El avance del autoritarismo en la región
Por su parte, el internacionalista, politólogo y economista Alejandro Guerrero Monroy, aludió al mismo artículo de Almagro en una reciente columna publicada en el diario mexicano Excelsior. En su escrito, se refirió a los grandes retos que América Latina presenta para la democracia y los ciudadanos. “Actualmente somos testigos de cómo regímenes autoritarios polarizan y radicalizan a quienes piensan distinto en países del hemisferio”, sentenció, en línea con las expresiones del líder de la OEA.
También, citó varios fragmentos del texto elaborado por Almagro que refieren al autoritarismo como un tema “vigente” en la agenda regional, que incide “en el desarrollo y estabilidad de nuestras democracias”, pero, sobre todo, en el bienestar y ejercicio de los derechos de los ciudadanos. “Así lo expresa (el diplomático uruguayo) en una colaboración reciente para el reconocido semanario de América del Sur, Crónicas Económicas”, enunció el columnista.
En tanto, mencionó las secuelas sociales y económicas de la pandemia y la invasión a Ucrania como aquellos factores que impactan en la vida diaria de los latinoamericanos, generando mayor desempleo, aumento de precios, crisis alimentaria y desigualdad. A esto se le suman “las peores sequías en 50 años y récord de huracanes e inundaciones en todo el continente, causando graves daños”.
En este contexto, añadió Guerrero Monroy, “han emergido planteamientos políticos que pretenden lesionar los derechos humanos y la división de poderes. En su texto, Almagro observa con preocupación la permanente agresión a los pesos y contrapesos jurídicos y políticos, como la voluntad de capturar las instituciones democráticas bajo el argumento de un discurso fácil y falso. Y agrega que este pensamiento autoritario ‘ha erosionado el Estado de derecho y ha contribuido al debilitamiento institucional’”.
Finalmente, el especialista hizo alusión a que, para salir de esta situación, el excanciller uruguayo considera fundamental “poner énfasis en la pluralidad y particularmente en el diálogo, este último pilar fundamental del sistema democrático”, puesto que, para él, “el diálogo es el mejor antídoto contra el fanatismo, la intolerancia y la polarización, la cual busca enraizarse en sociedades latinoamericanas”.