El PIT-CNT ya comenzó con la junta de firmas para promover un plebiscito contra la reforma jubilatoria, sobre el que el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y el Partido Socialista (PS) se manifestaron a favor y el Movimiento de Participación Popular (MPP) y Convocatoria Seregnista Progresista se expresaron en contra. Ante este escenario de tensión, CRÓNICAS consultó a los politólogos Daniel Buquet y Antonio Cardarello, que coincidieron en que la central sindical “metió” al Frente Amplio (FA) en un “problema”.
Por Mateo Castells
Ya ocurrió en las elecciones de 2019 que un plebiscito para reformar la Constitución generó divisiones en la interna de un partido en las vísperas del año electoral.
Tal fue el caso del plebiscito “Vivir sin miedo”, impulsado por Jorge Larrañaga luego de juntar las necesarias 400.000 firmas, que llevó a que la interna del Partido Nacional (PN) se fragmentara luego de que el sector del actual presidente, Luis Lacalle Pou, se manifestara en contra.
Algo similar está ocurriendo puertas adentro del FA con el plebiscito para reformar la seguridad social para el que el PIT-CNT ya está juntando firmas.
La propuesta cuenta con el apoyo manifiesto del PCU y el PS, pero tanto el MPP como Convocatoria Seregnista Progresista se han manifestado en contra de lo que se propone desde la central sindical.
Ante esto, el FA optó por dar “libertad de acción” a sus sectores y militantes, buscando de cierta forma zanjar las diferencias y evitar la acentuación de esta fragmentación. Aun así, esta situación, al entender del politólogo Daniel Buquet, significa un problema para el FA.
¿Dónde está el problema para el FA?
“El problema básicamente es que la mayoría del FA no está de acuerdo con lo que propone el plebiscito y yo diría que no forma parte del programa del FA llegar a los extremos de eliminar las AFAP o de un aumento generalizado de las jubilaciones mínimas”, reflexionó Buquet y agregó que el escenario está en una situación “incómoda y complicada”, que no tiene miras de resolverse.
Junto a esto se deberá tener en cuenta otro problema “sustantivo”, que es la creencia de determinados sectores que, aspirando a que el FA vuelva a gobernar, consideran que la aprobación de este plebiscito sería, antes que una solución, un problema, porque tiene un “alto costo”.
A fin de cuentas y tal como lo explicó el politólogo, lo que ha hecho el PIT-CNT es “crear un conflicto”, que además lo “agrandó” el senador Andrade, al decir que no concebía que la izquierda se enfrentara a los sindicatos, en conversación con el programa radial Nada que Perder de M24.
Antonio Cardarello, por su parte, agregó que este asunto le da al gobierno la “posibilidad de atacar y poner al FA a la defensiva”, por un lado, en cuanto al posicionamiento como partido y por otro lado ante la inconveniencia de que estos temas se queden laudados en la Constitución.
Esto también le abre la posibilidad al presidente de intervenir, cuya intervención será de un “peso considerable” si se toma en cuenta que es la “principal figura” de la coalición de gobierno y jugará un rol importante en la campaña.
El peso del plebiscito en las elecciones internas
La tensión de esta dicotomía partidaria parece recaer principalmente en Carolina Cosse, que cuenta con el apoyo del PS y el PCU y que de momento no se ha manifestado ni a favor ni en contra de la iniciativa. En cuanto al resto de precandidatos, tanto Yamandú Orsi como Mario Bergara se han manifestado en contra de la propuesta del PIT-CNT, al igual que lo han hecho los sectores que los apoyan.
Para Cardarello, a Cosse le podría significar un “costo político” manifestarse en contra del plebiscito, porque el “filtro” de la elección interna funciona como una “trampa del sistema”, donde no votan los ciudadanos medios, sino que lo hacen los que se identifican con los partidos.
Este aspecto genera un problema en aquellos candidatos que elaboran un discurso pensando en el electorado nacional al abarcar la elección interna.
“Creo que Cosse es muy consciente de eso y va a tratar de evitar debilitarse y, quizás los frenteamplistas, que son más propensos o están más predispuestos a votar en la elección interna, pueden sentirse más cerca de apoyar el plebiscito, por lo menos eso es lo que han mostrado las encuestas de opinión pública”, manifestó Cardarello.
Por lo tanto, apoyar el plebiscito ayudaría a Cosse a ganar la elección interna, pero le generaría “costos” para ganar la elección nacional, porque el electorado al que debería recurrir “no es seguro” que apoye la reforma.
Tras ser consultado al respecto, Buquet explicó que los incentivos que tiene Cosse para apoyar el plebiscito son el “diferencial” de sus competidores y el apoyo de sus sectores, por lo que “tomar el plebiscito como bandera” puede tener un “atractivo electoral” en los votantes de la interna.