El experto en seguridad Edward Holfman, en el marco del crecimiento de homicidios en los últimos días del 2024, habló al respecto con CRÓNICAS. Mencionó que los homicidios en el último gobierno aumentaron, explicó a qué se debió esto, y evaluó el perfil del futuro ministro del Interior, Carlos Negro, así como el programa del Frente Amplio (FA) para el próximo período. A su vez, destacó las formas de prevenir y combatir la inseguridad, que identifica como el problema más importante del país.
Holfman dijo que “el tema de los homicidios es el gran debe de este gobierno”. Subrayó que en el quinquenio del último mandato del expresidente Tabaré Vázquez ocurrieron 1.652 homicidios, mientras que en el período del 2020 hasta setiembre de 2024 ya se han registrado más de 1.683 homicidios. Además, faltan por contabilizar los meses de octubre, noviembre y diciembre. Por ende, este gobierno tendrá un número de homicidios más elevado que los ocurridos en el último del FA.
“La criminalidad o la inseguridad de un país se mide a través de los homicidios por cada 100.000 habitantes. Nosotros, en la década de los 90, teníamos más o menos cinco homicidios por cada 100.000 habitantes. Hoy la cifra es de 10 a 11 homicidios por cada 100.000 habitantes”, aseguró.
El aumento en la cifra de homicidios se explica por diversos factores, según el experto. Más allá de la violencia en general, se debe al aumento en el enfrentamiento entre bandas criminales. Remarcó que en el anterior gobierno del FA se cerraban entre 500 y 600 bocas de ventas de drogas al año. En el caso del actual gobierno, se han cerrado más de 1.000 bocas de venta de drogas, lo que genera que las bandas criminales quieran volver a agruparse o surjan otras nuevas, y entre ellas se enfrenten, generando muertes por “ajustes de cuentas” y “sicariato”, las cuales califica como “mercantiles”, debido a que responden al mercado ilegal de drogas.
También, relató que los homicidios se concentran en 10 barrios de Montevideo, especialmente en el Cerro. Sin embargo, las bandas para delinquir no se mantienen solo dentro del territorio uruguayo, sino que se asocian con otras provenientes de países como Brasil.
El futuro ministro
Con respecto a la designación de Carlos Negro como próximo ministro del Interior, destacó su experiencia trabajando en la Fiscalía de Homicidios, lo cual podría ser positivo para combatir la inseguridad que identifica como el “problema número uno de Uruguay”. No obstante, Holfman remarcó que si el ministro se “encasilla en el programa del FA y no se despega de él, vamos a tener varios problemas que ya los vivimos con el exministro Bonomi”.
Mencionó que en el 2018 se rompieron los récords en la cantidad de denuncias de delitos, como el hurto, la rapiña y la violencia de género. Esto, para el experto, indica que en el gobierno del FA la represión, que es una de las tareas de la policía, no se estaba realizando correctamente. Agregó que la nueva política y el programa del FA “van a generar que más personas estén con prisión domiciliaria o libres”.
Las estadísticas reales
El experto habló sobre la percepción de inseguridad de la población en contraste con las estadísticas reales de los delitos. Según su visión, existe una desconexión entre ambas que se evidencia en las “encuestas de victimización”. Estas expresan que el 73% de las personas que son víctimas de algún tipo de delito no lo denuncian.
Para mejorar la situación mencionada, afirmó que es esencial tener “una policía sumamente entrenada, que pueda resolver homicidios, con perfiles antidroga y anti violencia de género”. Remarcó que la policía no es “comunitaria”; en algunos barrios es vista como “un enemigo”, lo que lleva a que las personas desconfíen y no realicen las denuncias.
La educación y la convivencia
El especialista habló del rol de la educación para combatir la violencia y el crimen en Uruguay. Dijo que esta es “fundamental” para elaborar “estrategias integrales que aborden y fomenten la paz social y la convivencia”. A su vez, mencionó que también es importante brindar oportunidades económicas a las personas, no estigmatizar a determinados barrios, fomentar el diálogo y reforzar el acercamiento de la policía con una visión comunitaria hacia la población.