Gestión de Pissano recuperó fincas abandonadas y espacios públicos e impulsa una profundización

La directora general de Desarrollo Urbano de la Intendencia de Montevideo, Silvana Pissano, abocó su trabajo de este período de gobierno departamental, entre otros objetivos, a la recuperación de fincas abandonadas y espacios públicos. Por otro lado, si bien se avanzó en la relocalización de asentamientos, todavía queda trabajo por hacer en ese aspecto.

La atención de la problemática de las ocupaciones ilegales de personas en condiciones de vulnerabilidad estuvo en la agenda política montevideana desde el comienzo del actual quinquenio, que se extendió debido a la pandemia del Covid-19.

Fue por ello que se desarrolló un programa dirigido a recuperar fincas abandonadas y darles un fin habitacional, pero también de usos cívicos. Al inicio de esta administración, en 2015, un relevamiento de los municipios B y C indicaba la existencia de 339 viviendas en ese estado. A raíz de esto, el Departamento de Desarrollo Urbano realizó un estudio urbanístico, social, económico y jurídico sobre esas propiedades, recordó Pissano entrevistada por CRÓNICAS.

Los procedimientos vinculados con ese recupero son complejos, de acuerdo con la jerarca, pero se pudo avanzar en gran medida. De las fincas que pudieron ser rescatadas para el acervo público, en 25 casos se llevó adelante un proceso participativo, con comunidades vecinales y territoriales, con colectivos, con articulaciones con otros niveles de gobierno y la academia.

No solamente se acondicionaron para ser habitadas, sino que algunas fueron destinadas a usos sociales y culturales.

Además, para dar respuesta a problemas emergentes en esta coyuntura sanitaria y económica dada por la pandemia, uno de los inmuebles abandonados fue transformado en un centro diurno para personas en situación de calle.

Otra de las fincas encontradas en el mismo estado fue refaccionada para atender a mujeres con hijos sin techo y también a víctimas de violencia de género. En este caso, se trata de 13 viviendas transitorias “que acompañan en un proyecto social la autonomía de estas mujeres para que se integren”, explicó Pissano.

En la misma línea, comentó que desde el área que dirige se ha dado un paso importante para “transformar el abandono en una iniciativa de bienes comunes que ensanchan la concepción de lo que es el espacio público”.

Se debe avanzar

En lo que respecta a los asentamientos en Montevideo, cuya cifra asciende a 310, se desarrolló un proyecto de mejora urbana donde se intervino en más de 60 establecimientos de ese tipo. De esa manera se mejoró la transitabilidad, el alumbrado, y se crearon espacios públicos, en un trabajo conjunto con las organizaciones o las comisiones de vecinos de cada lugar, señaló.

También se hicieron tareas en el marco del programa de mejoramiento barrial y el de relocalizaciones. En estos cinco años fueron atendidas más de 2.000 familias a través de esas dos vías. Sin embargo, Pissano entiende que todavía se debe avanzar mucho más, para poder mejorar la calidad de vida de quienes aún residen en asentamientos.

Más integración

En materia de espacios públicos, en el entendido de que estos generan una sociedad más integrada, la directora municipal considera que la gestión realizada deja un saldo positivo. En ese aspecto se transformaron, mejoraron e inclusive crearon más de 170 espacios públicos. Desde Desarrollo Urbano se trabajó con vecinos y colectivos en distintas modalidades de intervención y de participación, en muchos casos, aggiornando los predios con equipamiento urbano.


Derecho a la ciudad y mejora del medio ambiente

De cara a las elecciones municipales del próximo domingo 27, Pissano está en carrera para ser la primera alcaldesa del Municipio B por el Frente Amplio. El mismo comprende los barrios Cordón, Parque Rodó, La Comercial, Palermo, Tres Cruces, Ciudad Vieja, Centro, Barrio Sur y parte de Aguada.

En la plataforma programática que impulsa, se remarca la importancia de materializar el derecho a la ciudad. En ese sentido, una de sus propuestas más relevantes es transformar las calles, no solamente para que los vehículos circulen, sino para la gente. Como parte de una revitalización en el Cordón, planea la peatonalización de Tristán Narvaja, a fin de “dar vida a los cafés y librerías y ganar profundidad desde 18 de Julio hasta Uruguay”.

A su vez, pone el énfasis en el respeto al medio ambiente, donde busca que desde los hogares se comience la clasificación de los residuos y se generen terrazas verdes. La infraestructura la otorgaría el Municipio, para que familias y edificios enteros se sumen a la economía circular, a la posibilidad del compostaje, además de profundizar la separación de la basura en el hogar.

En otro orden, destaca la necesidad de la defensa del patrimonio, con el propósito de que se puedan “valorar” ciertas arquitecturas que tiene la zona, a través de la iluminación y el mantenimiento. “Le llamamos patrimonio vivo porque queremos llenarlo de vida, de más integración; hacer ferias gastronómicas, cine y teatro a cielo abierto. Estamos proponiendo rescatar la historia, establecer circuitos que vayan acompañados de audioguías en edificios de valor arquitectónico y en espacios de relevancia histórica”, expresó.

Por último, sostuvo que la descentralización es sinónimo de participación por parte de la ciudadanía, por lo cual “hay que avanzar mucho más para tener mayor autonomía”, dado que “hay algunos aspectos que aún están entendidos como una desconcentración de tareas, más que de descentralización real”.