En entrevista con CRÓNICAS, la directora general de primaria, Graciela Fabeyro, explicó que se pasaron de las 90.000 solicitudes de tickets de alimentación a más de 158.000 pedidos. Esto significó para una gran movilidad en el presupuesto con el que cuentan. Asimismo, manifestó que el escenario de la pandemia trajo situaciones complejas, de las que se ha intentado aprender para mejorar.
¿Qué balance hace de estas primeras semanas desde el inicio de clases? Con el diario del lunes. ¿Estuvo bien comenzar la presencialidad?
Todos los docentes y las autoridades que estamos en el sistema educativo siempre privilegiamos la presencialidad. En marzo se consideró porque era posible en la situación de pandemia por la que pasaba el país. Estaban esperando la presencialidad no solo los niños sino también las familias, los colectivos docentes y todos los actores que participan en los centros educativos.
Desde el año pasado venimos observando las realidades y las necesidades comenzaron a ser cubiertas y, en ese escenario, la presencialidad dio su buen resultado; porque incluso permitió recuperar un vínculo que durante unos cuantos días fue fuerte y donde se pudo establecer qué canal de comunicación sería el más adecuado en caso de tener que volver a la virtualidad.
¿Qué se aprendió de la virtualidad del año pasado?
Muchísimo. Se entra a un aula y se ve que están trabajando con la videoconferencia con el grupo allí mismo, recuperando insumos, contenidos y propuestas. Se encuentra que, por ejemplo, están trabajando con ingles desde el Ceibal.
Se profundizó el uso y el vínculo con la tecnología. Porque si bien la informática ya estaba instalada desde hace mucho – desde los 90 hay salones de informática-, aun no se había visto este vínculo de la tecnología como una herramienta, no solo en la virtualidad sino que en la presencialidad es muy interesante.
Además, entrabas a un aula en marzo y encontrabas muchos niños trabajando con su laptop y a la maestra con la videoconferencia, utilizando las herramientas que supuestamente se trabajaron en la virtualidad, pero que ahora ya dejan de ser solo de ese ámbito, y comienzan a ser parte de las estrategias pedagógicas más cotidianamente.
Se optó por retornar a la obligatoriedad esta vez en el plano virtual. ¿Cuántos estiman quedarán por el camino?
En primaria el año pasado tuvimos una desvinculación que había llegado a unos cuatro mil y algo de alumnos, y cerramos el año con novecientos y poco estudiantes desvinculados.
Era un número menor sobre el cual se empezó a trabajar desde que se retomó la presencialidad. Las escuelas volvieron a estar abiertas a partir del 17 de febrero y uno de los motivos de eso era poder trabajar sobre las dificultades que hubo en el vínculo, en la comunicación y en los niveles de aprendizaje; que somos conscientes que las hubo. Allí se fue mejorando de algún modo ese diagnóstico y ese vínculo con esos niños y familias que quedaron desvinculadas.
Trabajamos para que este año ese número se reduzca aún más, llegando a un mínimo. Apostaríamos a tener un 100% de vinculación, por el compromiso que hay en las comunidades educativas.
En todo este proceso se fue siendo más consciente de las dificultades y por eso se buscaron las alternativas. No quiere decir que este todo resuelto ni cubierto, pero se va mejorando porque hubo muchos aprendizajes. Aprendimos tanto de lo positivo como también del error.
Esta semana en conferencia de prensa el gobierno extendió la suspensión de la presencialidad hasta, al menos, el 3 de mayo. ¿Qué visión tiene al respecto?
La toma de decisiones en el sector educativo depende del Poder Ejecutivo, ya sea por el Ministerio de Salud Pública, por el Ministerio de Educación y Cultura, por la Presidencia de la República o por otros actores claves. Por lo tanto, nosotros estamos siempre atentos a lo que ellos decidan. Si la situación se agudizará o si se establecen nuevas medidas del Poder Ejecutivo, evidentemente que acompañaremos esas decisiones.
Las escuelas en si no han sido focos de trasmisión del virus, si han sido afectadas porque no solo teníamos niños, sino que en la última semana antes del 24 de marzo, se tuvieron que cerrar algunas escuelas en forma circunstancial porque el personal docente y las auxiliares de servicios estaban afectados. Así que muchas escuelas retornaron a la virtualidad por esas situaciones emergentes; no a nivel general, pero a nivel particular tuvimos varios casos tanto en Montevideo como en el Interior.
En una encuesta de ANEP los estudiantes dicen que sienten que aprendieron menos en el 2020 ¿cómo se trabajará para solucionar las falencias que pueden haber quedado?
Ese fue el sentimiento y el significado que tuvo para muchos estudiantes. Se está trabajando intensivamente, buscando alternativas y tomando decisiones pedagógicas y didácticas.
Estas alternativas emergen de la división educación, que está conformada por la Inspección Técnica, con los cuatro inspectores generales que abarcan las distintas regiones del país y el colectivo de inspectores que supera los 240. Entonces, realmente hay una red de expertos, que conocen el territorio porque las 2300 escuelas que tiene primaria, son tan diversas cada una de ellas que requieren ese conocimiento cercano, contextualizado, de la vida cotidiana del centro, incluso.
Se generó polémica por los tickets de alimentación que se entregaron a las familias. Primero por el costo que cubren y después porque algunos serían entregados con días de atraso ¿se revisó el presupuesto y los tiempos luego de lo sucedido en la semana de Turismo?
La decisión que se tomó el 23 por la noche, fue cerrar todas las escuelas al día siguiente. Obviamente que había que pensar y tomar decisiones. Son muchos millones de presupuesto, entonces hay que tomar decisiones claras, apoyadas por el Tribunal de Cuentas, por los auditores internos que tenemos en Hacienda.
Además hay un montón de procedimientos administrativos y presupuestales que requieren mucho trabajo y mucho estudio. Eso se solucionó, se pagaron los tres días- 24,25 y26- a los que se sumaron los cinco días siguientes.
Se aportó a cada familia por cada niño, el equivalente a 85 pesos. Ese monto se tomó de otros organismos estatales que proveen tickets y ese es el valor. Si se mira el presupuesto por día, por niño, de los comedores tradiciones, son treinta pesos para el almuerzo y 9 pesos más para la copa de leche. Entonces cuando se va a 85 pesos, más la transferencia que genera el costo en BPS, esto evidentemente cambia el presupuesto a asignar.
Se distribuyó mediante BPS a aquellos padres que son beneficiarios de asignaciones familiares. Para aquellos que aún no lo eran se hizo la transferencia a través de Red Pagos. Entre este martes y el miércoles se estuvieron haciendo las transferencias de 10 tickets para los niños que ya cobraron los 8 días anteriores. Aquellos niños que no recibieron los 8 días previos, y se anotaron ahora, recibirán un total de 18 tickets.
Por otro lado, realizar el padrón da un gran trabajo, porque hay que corroborar cédulas, ver que realmente sean estudiantes y que no haya solicitudes repetidas.
¿A cuántos niños llegaron?
Estamos superaron los 158.000. Pasamos de no llegar a 90.000 solicitudes a este número. Implica una gran movilidad del presupuesto. Además no todos los padres han ido a cobrar a Red Pagos lo que se les fue depositado.
Desde el Pit-Cnt se dijo que se hace ir presencialmente a los directores/as y auxiliares de las escuelas (cerca de diez mil trabajadores) sin ninguna razón aparente y contradiciendo la orientación del presidente, ¿es así? ¿Qué reflexión hace de estos dichos?
Ahí hay algo de error. El 24, 25 y 26 de marzo se pidió una guardia mínima en las escuelas porque había que hacer el padrón de alimentación. Las familias podían acercarse y tenían que tener un centro abierto que los recibiera. Esta semana lunes, martes y miércoles estuvieron todas las escuelas del país cerradas.
A partir del 8 de abril si volvería el equipo directivo o quien el director defina. La idea es que si tenemos que reabrir a partir de la semana próxima, que desde el jueves ya haya alguien en la escuela para otra vez retomar el contacto con las familias.
Hay padres que van porque no tienen conexión en sus casas, hay maestros que llevan propuestas escritas para sus alumnos, o que deciden ir a trabajar en la escuela porque allí tienen una buena conectividad.
Hay que entender que si nosotros cerramos totalmente, de alguna manera bajamos la cortina a aquellos padres que no tienen la posibilidad o la idoneidad de apoyar a sus hijos por vías virtuales. Todos sabemos que la escuela en muchos puntos del país es la única agencia social estatal que esta para acompañar.
Un importante porcentaje de docentes decidieron no vacunarse a pesar de tener prioridad. ¿Le preocupa? ¿El aumento de casos actual puede revertir esta postura?
Yo vengo del campo de la educación para la salud, y claro que me preocupa. Me preocupa por cada uno de los uruguayos que opten por no vacunarse.