El Ministerio de Turismo detectó importantes irregularidades en el Corredor de los Pájaros Pintados diseñado por el gobierno anterior. El subsecretario de la cartera, Remo Monzeglio, afirmó entrevistado por CRÓNICAS que se construyeron varias obras que nunca fueron utilizadas, además de que se compró una lancha en dudosas condiciones y cuyo contrato fue incumplido, caso que ya fue derivado a la Justicia.
Durante el quinquenio pasado, se manejaron de forma “errónea” dineros que el BID otorgó al proyecto del Corredor de los Pájaros Pintados. Esos montos que el organismo brinda a las intendencias para financiar obras, deben ser reintegrados “y con intereses”, según explicó el viceministro.
Cuando las actuales autoridades ministeriales asumieron en 2020, recorrieron el llamado “destino termas”, más precisamente, Salto y Paysandú. Uno de los planteos de los actores turísticos de dichos lugares fue que se les estaba designando una cantidad considerable de dinero a diferentes zonas, pero no a ellos.
Además, realizaron grandes cuestionamientos sobre algunas obras puntuales. Entre ellas, una lancha que estaba en Paysandú, que se había comprado a 48.000 dólares, que no navegaba y hacía cuatro años que no tenía los permisos.
En tanto, en Villa Constitución (Salto), se había adjudicado la construcción de un catamarán, pero lo que se hizo fue “una especie de balsa”, de acuerdo con Monzeglio.
Si bien ese vehículo tiene todos los permisos para navegar, “nunca llevó un turista y cuando lo largaron al Río Uruguay navegó 100 metros, pero cuando quisieron volver al muelle, los motores no resistían, porque pesa toneladas”, aseguró. Actualmente está deshecho, no funciona y se encuentra en el lago de Salto Grande.
También se hizo una tirolesa, pero “fue tal el disparate que hicieron, que no le construyeron una escalera, entonces, el que quiere subirse tiene que trepar como un mono unos 50 metros”.
Otra de las obras en cuestión fue, según la descripción del jerarca, “un mamotreto de unos 20 metros de ancho y un metro de alto, para el que gastaron más de 150.000 dólares, que nadie supo para qué sirve, no se sabe si era una pasarela o qué, pero no tiene fundamento alguno”.
El proyecto de los Pájaros Pintados, a su vez, determinó el pago de 2.000.000 de dólares de honorarios y viáticos para ocho técnicos que estaban contratados para “hacer esas genialidades”, quienes tenían sus oficinas en la sede del Ministerio. Cuando ingresó la actual administración, el año pasado, se encontró con “presiones” para que esos funcionarios siguieran, pues se les vencía el contrato en agosto.
Sin embargo, al ver todas las “barbaridades” que había desarrollado ese equipo, se definió que no se les renovaría el contrato a siete de ellos, dejando únicamente a la contadora, con el propósito de que evaluara e hiciera auditorías de todo el dinero que se había gastado.
El contrato incumplido
La licitación para la compra de la lancha de Paysandú establecía que debía ser nueva, construida especialmente para eso. Es por esto que llamó la atención de las actuales autoridades el hecho de que en cuatro años no había podido navegar.
Así fue que empezaron a hacer las investigaciones y le pidieron informes a la administración anterior del Frente Amplio en ese departamento, pero no les contestaban y los acusaban de que estaban “haciendo política”, evadiendo la responsabilidad de realizar un peritaje y demostrar que el vehículo era nuevo y que podía funcionar.
Cuando cambió el gobierno departamental, en noviembre pasado, ingresó el intendente blanco Nicolás Olivera y el Mintur volvió a enviar el pedido de informes. Fue el ministro Germán Cardoso quien le encomendó al subsecretario seguir adelante con el tema. Al hacer las averiguaciones, salió a la luz que el contrato había sido incumplido, dado que no se trataba de una lancha nueva ni mucho menos construida para ese proyecto.
Monzeglio contó que luego apareció la matrícula de cabotaje registrada por alguien de la Intendencia de Paysandú, quien tuvo que haber advertido, al inscribirla, que la lancha tenía un nombre anterior que era Tape Tory, y que además había sido construida en Argentina.
“Como si fuera poco, después salió a la luz otro documento donde la lancha figura a nombre de un señor (Ernesto Machado), tiene hasta deuda de patente y dice que fue construida en el 2005”, agregó.
Dijo también que el interés del Mintur es cuidar el dinero que se le solicita al BID, aunque lo más grave del asunto es que se pagaron 2.000.000 de dólares en honorarios “para que estos genios hicieran este tipo de cosas que por algunas de ellas, como la lancha, van a tener que ir a la Justicia”.
Tras la conferencia de prensa en la que Monzeglio anunció estos hechos, realizada el pasado miércoles en Maldonado, el Dr. Ignacio Curbelo, director general de Secretaría del Ministerio, presentó la denuncia penal correspondiente, por entender que están frente a un posible ilícito.
El viceministro afirmó que, por lo menos, hubo “connivencia o complicidad”, dado que al haber registrado el vehículo, el funcionario de la Intendencia supo que el contrato no se había cumplido porque la lancha era usada. Significa que tuvo que estar de acuerdo con la otra parte para que el proceso siguiera adelante, según las declaraciones del jerarca.
Para Monzeglio, tanto esa compra con apariencia delictiva como las construcciones anteriormente mencionadas, que nunca llegaron a ser utilizadas, demuestran que el proyecto “ya no tiene sentido”. De aquí en más, el dinero que se le solicite al BID será destinado 100% a las obras y “no a pagar honorarios a gente que después haga este tipo de cosas”. En definitiva, la iniciativa debió terminarse porque “el producto era costosísimo y no estuvo a la altura de todo el dinero que se invirtió”.