La senadora electa por la lista 404, Graciela Bianchi, analizó la jornada electoral y aseguró que la “campaña del miedo” del Frente Amplio fue uno de los motivos de la remontada frenteamplista que no fue ponderada por las encuestadoras. Además, la atribuyó al voto de quienes viven en el exterior y a que algunos batllistas, por su historia, no votaron al Partido Nacional.
-¿Cómo vivió la segunda vuelta electoral?
El día de la elección lo viví tranquila, no soy exitista ni derrotista. Tenía cierto grado de tranquilidad porque pensaba en una diferencia de cuatro puntos. El mismo día de la elección fui de delegada a un circuito en el liceo Suárez, en Pocitos, y ahí los resultados fueron un 70 a 30, a favor de Luis (Lacalle Pou). Obviamente esto no se iba a replicar a nivel nacional pero me reafirmó la idea de los cuatro puntos de diferencia.
Cuando escuché los resultados y se decía que estábamos empatados sufrí un golpe sobre todo de incógnita, pero hasta ese momento estaba tranquila y confiada en los resultados.
-Las encuestadoras también habían previsto una diferencia mayor ¿A qué le atribuye ese cambio que se dio a favor del Frente Amplio?
-Nosotros teníamos información de que estaba produciéndose un aumento del caudal de votos del Frente Amplio y una disminución nuestra de un par de puntos.
Incluso los politólogos aseguran que va a haber que esperar un poco para hacer un análisis un poco más profundo de lo que pasó.
Para mí que soy un bicho político, olfateo que obedece un punto y algo a la gente que viene del exterior. No hay caso, el Frente Amplio sigue insistiendo en el voto de la gente que vive en el exterior y cuando se ve en riesgo recurre a él de forma institucional y al acarreo, eso influye cuando se trata de poca población.
En segundo lugar, hay colorados que no votan a un blanco por viejas tradiciones que están arraigadas en todos los partidos, incluido en el Frente Amplio que ya es un partido tradicional más. El Frente Amplio despierta un fanatismo casi religioso que yo personalmente no puedo entender. Creo que los colorados que no votaron al Partido Nacional quizás son batllistas que están más cerca del progresismo del FA, por supuesto que el batllismo no tiene nada que ver con el populismo del FA, pero se sienten más identificados y ahí puede haber un trasiego de votos de 2%.
-¿Influyó el video de Manini Ríos?
El video de Manini no sé cuánto influyó. En todo caso, para detenernos en este tema, diría que el video salió al mismo tiempo que el comunicado del Centro Militar, ese sí que era nostálgico de la dictadura, ese sí que puede haber producido reacción en algunos frentistas que habían votado a la coalición. El de Manini podría no haberlo hecho porque no le agregaba ni le quitaba nada a la situación.
Lo que sí creo y estoy absolutamente convencida es que el Frente Amplio instaló una campaña del miedo. La campaña del miedo del Frente Amplio fue infinitamente más grave que lo que puede haber sido Manini o el Centro Militar.
Empezando por los artistas, con Castro a la cabeza diciendo que se terminaba el carnaval. Por más que después quiso ilustrarlo por el lado metafórico, fue una cosa directa hacia la gente que tiene menos nivel educativo. Vamos a hablar claramente, como todo gobierno populista el FA se ha nutrido en los últimos años de la gente que tiene menos nivel educativo, por eso se encargaron de destruir a la educación pública. A la gente con menos nivel educativo le entra el miedo a que le saquen la jubilación, los aguinaldos, la ayuda social, la agenda de derechos. El mismo candidato a la Presidencia usó el cuco de la crisis del 2002, lo que resultó hasta ridículo.
Yo conozco a los dirigentes y conozco de qué manera llegan barrio por barrio, llegaron hasta a pueblos del Interior. El Mides y los Centros MEC son células clientelísticas, entonces tienen ya instaladas la red de conexión directa con la gente que vive de las ayudas del Estado por lo que no tienen que montar un aparato para llegar a ellos. Ese miedo actuó sobre las capas más bajas y con menos nivel educativo.
Ahora, si Martínez cree que esos 158.000 votos son de él está totalmente equivocado. Él ha demostrado tener muy poca capacidad política y mucho menos como líder, esos votos son hijos del miedo que instaló Daniel Martínez y todo el aparato del Frente Amplio.
-¿Cómo tomó que Daniel Martínez no reconociera la derrota en la madrugada del domingo?
Forma parte de su pequeñez intelectual. El Uruguay se nutre de una democracia muy consolidada, le llama la atención a todo el mundo que la gente se reuniera, que estuvieran uno al lado del otro con distintas banderas o que pudieran cantar el himno todos juntos. A los argentinos les llama la atención que no se haya movido el precio del dólar, porque nosotros estamos tranquilos de nuestro sistema democrático.
Y un principio que no está escrito de este sistema democrático es reconocer la derrota enseguida para evitar que se generen situaciones de inestabilidad. Lo que pasa es que para eso hay que tener una grandeza política que quedó en evidencia que Daniel Martínez no la tiene y no está a la altura ni siquiera de los líderes del FA.
Hay que hacer una lectura, yo con los tupamaros no quiero nada y con Tabaré Vázquez tampoco, sin embargo, al mirar el estrado inmediatamente evalué que no estaba Mujica ni Topolansky. No es casualidad que no estuvieran en el estrado, hasta ellos tienen determinados códigos y los respetan.
Mujica unos días antes ya había asumido la derrota y había dicho que no se nos iba a esperar con una piedra en cada mano.
Además hay otra cosa que influye. Martínez quiere seguir teniendo posibilidades de tener o ser candidato a Intendente u otra vez candidato a la Presidencia, sabiendo que el MPP y el partido comunista no lo quieren como candidato. De hecho, no lo apoyaron lo suficiente pero no se lo merece tampoco porque fue una vergüenza toda la campaña.
Él lo que quiso fue demostrarle a los líderes que él logró la remontada de los últimos días, cuando en verdad son votos de la realidad política. Como dijeron Zuasnabar y Caetano, lo que afloró fue la mística frenteamplista.
-¿Cómo espera que sea la transición?
Yo espero que sea una transición normal. Yo nunca quise a Tabaré Vázquez en el Frente Amplio pero la actitud republicana de Tabaré de llamar a Luis en ese momento. Claramente hubiera estado en el ánimo de Vázquez recibir a Luis enseguida el lunes. Si no fuera porque Daniel Martínez no reconoció la derrota, hubiera empezado al otro día la transición.
Creo que la transición será normal y después habrá que ver con lo que nos encontraremos cuando se ponga en marcha el gobierno. Pero como dijo Luis, nosotros no vamos a cazar brujas, si se encuentra alguna irregularidad, actuará la justicia.
-Se está armando el puzzle de lo que será el Poder Ejecutivo. Talvi ya confirmó en Cancillería y se barajan otros nombres de la coalición y del propio PN para los distintos cargos. ¿Qué lugar ocupará usted?
Yo no recibí de Luis ninguna señal en ese sentido, sí me dijo hace tiempo que me necesita y me quiere en el Senado; a mí la tarea parlamentaria me gusta muchísimo así que es muy probable que sea esa la situación.
También es cierto que muchos nombres que están trascendiendo todavía no están confirmados. Eso está en pleno proceso de discusión.