Los especialistas en asuntos internacionales, Nastasia Barceló y Antonio Cardarello, en diálogo con CRÓNICAS, dieron su visión respecto a la victoria electoral hace pocos días de Luiz Inácio “Lula” da Silva, su futuro mandato y el nuevo rol de la oposición, liderada por Jair Bolsonaro, entre otros temas. Ambos destacaron que el principal desafío desde el punto de vista político va a ser la búsqueda de acuerdos con sectores del centro, y desde lo social, el trabajo para mejorar la situación de pobreza en que está sumida un porcentaje importante de la población.
Por Matias Kapek | @matias_kb
Finalmente, el pasado 30 de octubre, Luiz Inácio “Lula” da Silva se impuso a Jair Bolsonaro en la segunda vuelta de los comicios brasileños con un ajustado margen de 1,8% de los votos.
Una de las explicaciones de este resultado, según comentó el doctor en Ciencia Política, Antonio Cardarello, puede ser la fuerte polarización, sumada a la figura de un presidente que si bien tenía un considerable apoyo popular, también generaba “un rechazo firme como consecuencia de su gestión económica y, sobre todo, del tratamiento de la pandemia”.
Una de las características destacadas de esta elección, según los especialistas, fue la fuerte adhesión conseguida por el Partido de los Trabajadores (PT) y el candidato “Lula” da Silva de sectores pertenecientes no solo a la izquierda brasileña, sino también de centro; sobre todo, por parte de su antiguo rival, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Estos apoyos, según Cardarello, tienen que ver con que los sectores de centro entendieron que el apoyo a Lula “era la única forma de salvaguardar la democracia”. En esta misma línea, la doctora en Ciencias Sociales, Nastasia Barceló, consideró que la población “no eligió entre izquierda o derecha”, sino entre un proyecto que “reivindica los valores democráticos, los derechos humanos y la convivencia en paz” y otro que no.
A pesar de la formación de una coalición, la diferencia fue mucho menor de lo que se esperaba. Esto responde a que una gran fracción del electorado hace “una identificación del PT con prácticas de corrupción y clientelismo”, resaltó por su parte Cardarello.
Terminada la contienda electoral, se amplía el abanico de desafíos. En lo que respecta al ámbito político, Barceló subrayó que será un mandato en el que se necesitará “diálogo para todo”. Consideró que este camino ya se ha iniciado con lo que han sido las reuniones del presidente electo con Rodrigo Pacheco, presidente del Senado Federal y del Congreso Nacional, y con Arthur Lira, actual presidente de la Cámara de Diputados.
Cardarello, a su vez, que evalúa los pasados mandatos de Lula como moderados, cree que en esta ocasión “se va a tener que mover un poco más hacia el centro”, ya que considera que políticamente se encuentra “mucho más débil”.
Su debilidad política tiene que ver con que la principal fuerza en el Senado y en Cámara de Diputados es la liderada por Bolsonaro, siendo la misma la que posee una gran mayoría de gobernadores. Ante este escenario, el politólogo considera que el presidente electo “necesita construir un apoyo en el Congreso que lo ponga a salvaguarda de futuros juicios políticos”.
Un panorama social complicado
Trascendiendo lo político, y más allá de la polarización en dos bloques claramente marcados de la población de Brasil a la hora de elegir su candidato, Barceló hizo énfasis en que “el gran desafío de Lula es recomponer el tejido social que realmente está muy dañado”. Para esto, según comentó, ya se ha formado un equipo de transición, el cual posee 31 grupos temáticos en distintas áreas.
El fin de una elección marca, además de un nuevo gobierno electo, una nueva oposición. Para Cardarello, el ajustado margen de la derrota deja a la figura de Jair Bolsonaro fortalecida. “Demostró que tiene un apoyo importante en gran parte de la población de los Estados donde predomina más la clase media”, resaltó.
Por su parte, Barceló evaluó a esta elección como una muestra de que “el bolsonarismo, como movimiento político, es mayor que Bolsonaro”. Consideró que a diferencia de lo que se podía pensar hace unos años, la elección demostró que no se trata solo de un “fenómeno específico de coyuntura”.
En cuanto a las repercusiones que el contexto brasileño puede generar en el clima político uruguayo, Cardarello subrayó que se trata de una “buena señal” para el Frente Amplio, pero no más que eso.
Hay equipo
Ya se prepara un “equipo de transición” conformado por 31 grupos temáticos en distintas áreas. En algunas de ellas ya se conocen detalles, en otras aún restan por definirse. El equipo económico va a estar conformado por los principales economistas del “Plan Real”, los cuales estuvieron junto al gobierno de Fernando Henrique Cardoso y pertenecen a la Social Democracia Brasileña, aunque también habrá presencia de economistas vinculados al PT. En el área de Desarrollo Social estarán trabajando sociólogos del PT y también funcionarios vinculados al Movimiento Democrático Brasileño (MDB), bajo pedido expreso de Simone Tebet, quien fue la principal representante de este partido y la tercera más votada en la primera vuelta. El presidente electo ya anunció que el 1º de enero revelará el nombre de sus ministros.